Capítulo V

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Laura

Me lleva al menos cinco segundos comprender lo que está pasando en frente de mis ojos. Jamás se me habría pasado por la cabeza que Ross me defendería de esta manera.

Adam se recuesta en su silla y mira divertido la escena, Ellen está histérica gritando que alguien los detenga, Damiano ordena que paren de una vez pero ninguno de los dos lo escucha.

— Laura, ¿puedes controlar a tu novio? ¡Lo va a matar! — me dice mi padre, enojado.

— Yo... Si... — murmuro, aún sorprendida por lo que estaba pasando.

La novia de Jess, probablemente ex novia, se levanta cuando yo decido intervenir y nos acercamos rápidamente a los hombres. Jess tenía la cara ensangrentada, Ross simplemente tenía el labio lastimado.

— ¡Ross, detente! — exclamo, tomándolo del brazo con cuidado.

Él se levanta y mira enojado a Jess, quien está tirado en el suelo gimiendo de dolor.

— Que sea la última vez que llamas zorra a Laura, porque juro que si vuelves a tratarla así tu cara no será lo único que golpee. — le advierte, para después salir de la casa.

— Así que él es con quien te has acostado cuando yo te dejé, ¿verdad? — pregunta Jess, levantándose.

— Si, ha sido él. — respondo, mirando hacia la puerta por donde minutos antes Ross salió.

— Es un imbécil, siento pena por él... No tiene siquiera un gramo de dignidad en su cuerpo. Toda su vida ha sido fracaso tras fracaso, pero creo que tú has sido el peor. Debe estar celoso porque yo obtuve lo que él sabe que jamás tendrá. — dice, sonriendo de lado. — Hiciste bien en usarlo y tirarlo, veo que soy tu ejemplo a seguir.

Suelto un suspiro y me doy la vuelta para ir a buscar a Ross, pero entonces decido hacer algo... Me vuelvo hacia Jess y mi puño se estrella contra su cara, provocando un gemido de dolor en él.

— Ross no es un imbécil y yo no soy como tú. Vete a la mierda. — le digo. — Mamá, tráeme el botiquín de primeros auxilios.

Ella asiente y de inmediato se va a buscarlo, mi padre me mira con desaprobación pero por primera vez me importa una mierda.

— Adam, vuelve solo a casa. Ross y yo tenemos que hablar. — le ordeno a mi mejor amigo, y él asiente.

Mi madre vuelve unos minutos después y tomo el botiquín para después salir al jardín. No me cuesta demasiado encontrar a Ross, está sentado en un banco mirando hacia abajo.

— Lo siento. — dice, en cuanto me acerco a él.

— ¿Por qué?

— Por haber arruinado la cena y causar una escena. Realmente lo siento.

Sonrío levemente y me siento a su lado. — Le has dado un poco de entretenimiento a la velada. — bromeo, provocando una risa suave en él.

— No pude soportarlo, ¿sabes? Que te haya utilizado y luego te haya dejado, y que encima tenga el descaro de aparecer en tu campus y acostarse contigo... Ni siquiera tiene las pelotas para decir la verdad. Cuando te llamó zorra, ya no podía aguantarme.

— Gracias por lo que has hecho, Ross... Ha significado mucho para mi que me defendieras así. — respondo, y decido sincerarme con él de una vez por todas. — Esperaba que fueras tú.

— ¿Qué?

— Cuando tocaron la puerta de mi habitación, esperaba que fueras tú... No sé por qué, ni siquiera yo lo entiendo, pero esperaba abrir la puerta y encontrarte allí. Tenía la estúpida ilusión de que tal vez me podrías perdonar por lo que te hice y decidieras hablar conmigo, hablar sobre lo qué pasó y lo estúpida que fui por tratar así al hombre perfecto. Entonces, ahí estaba Jess... Y me sentía tan estúpida por mis esperanzas que quise olvidarte, por eso me acosté con él.

Him (Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora