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En las oficinas de la policía todo parecía normal, agentes y oficiales iban y venían  por  todos lados sin ningún orden, para  los agentes del FBI el día
también parecía  rutinario solo que  terriblemente mas  estresante y tenso  que para  los policías pues  parecía que  desde que ello llegaron se habían
deslindado de la investigación además con las nuevas sospechas de un infiltrado no parecían poder estar tranquilos.  No paso mucho tiempo para que algún
miembro del equipo se diera cuenta de la ausencia de Spencer y ente caso fue JJ quien se puso un poco paranoica al no encontrarle por todos lados y dio
aviso a todos sus compañeros por la ausencia del castaño.
La preocupación  de todos fue tal que le llamaron  para conocer su  ubicación, lo que ellos no sabían es que acababan  de empeorara la situación que se
daba en la cafeterita.

Ring, ring
-Reíd-
-¿Estas bien?- la voz de  su jefe se escucho  al otro lado de la  línea, se notaba  angustiado y Spencer se sintió mal  por no avisar  que saldría, podía
imaginar a sus compañeros buscándole por todos lados.

-mmm si ¿por que? ¿a pasado algo?-mientras hablaba por teléfono la mujer  sentada frente a el no dejaba de mirarlo  era como si con su expresión tratara
de advertirle que no debía delatar su ubicación.
-nada solo que JJ se ha puesto muy nerviosa al no encontrarte ¿donde estas?-
-estoy en la cafetería necesitaba un poco de cafeína-
En el momento justo que el menciono la cafetería la hermosa chica coloco su mano sobre la de el y la acaricio de una manera que al  doctor se le antojo
escalofriante -te dije que no comprometieras tu ubicación- le susurro suavemente para que nadie la fuese a escuchar,  entonces se levanto  y comenzó a
caminar hacia la salida con la naturalidad de quien jamás en su vida a hecho algo malo.
-si Hotch  estaré ahí en un rato- contesto  un tanto deprisa  al mayor pues debía alcanzar a  la mujer -¡oye espera!- la llamo  en un fallido intento de
lograr que se detuviera. La persiguió por un par de cuadras hasta que esta se detuvo en una calle que se veía abandonada y desértica frente a un automóvil
azul que parecía ser caro, cuando la mujer se detuvo para voltear y ver a Reid, su cara dibujaba  una mueca malvada  como las que había visto aparecer en
los mas  crueles y enfermos criminales. Intento alejarse pero  ya era demasiado  tarde, en apenas  unos segundo la mujer  lo empujo contra el  coche y lo
mantuvo inmovilizado de  tal manera que  le era difícil respirar -debes  aprender que yo soy quien manda aquí, las cosas  se hacen como yo las quiero y no
puedes jugar  conmigo. Si yo digo que mantengas en secreto tu ubicación, lo haces sin  preguntar,  ahora no podre ayudarte y otras chicas morirán por tu
maldita culpa -hablo la chica en un tono controlado que parecía  desprender sensualidad pero  a la misma vez pretendía ser  aterrador y realmente lo era.
Se alejo de Spencer y subió al auto provocando que el agente casi se callera pues no le dio tiempo de recomponerse y cuando arranco el aun se encontraba
recabado en el automóvil.

Al llegar a la estación sin café y en un estado preocupante sus compañeros  se preocuparon por el -¿todo bien guaperas?- le pregunto su compañero Morgan
quien parecía realmente preocupado por el, pue el mas joven se veía fuera de si y eso no era normal en su comportamiento.
-s...si si solo es que casi me atropellan al intentar cruzar la calle y me he tirado el café encima- mintió, pues sabia que  no debía contarle a nadie lo
sucedido,  había sido muy  insensato de su parte  aceptar el encuentro con  esa mujer y sabia que  si el equipo se enteraba  lo mas probable es que le
reprendiera y lo sacaran del caso.


















Puedo ser quien tu quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora