18

726 35 0
                                    

Alice llevo de la mano a Spencer hasta una enorme habitación de paredes de mármol un poco más rosado que el resto de la casa tenia muebles rústicos un escritorio en una esquina, un ropero, una enorme cama con dosel y un par de cajoneras a los lados de la cama y un mueble frente a una ventana y al fondo una puerta que debería conducir al baño. Al entrar a la habitación Alice se lanzó a los labios de Spencer lo besaba con desesperación cuando el clima en la habitación se puso pesado ella separó de el -deberías tomar una ducha te traeré la cena- se dio la vuelta saliendo de la habitación, spence tomo su pijama azul con rayas amarillas que siendo sinceros era espantosa y que ahora le parecía ridícula al pensar en la placentera situación en la que encontraría en un rato además era mejor para el no pensar en su ropa interior victoriana.

Durante la ducha la preciosa rubia entró al baño para hacer una pequeña travesura. Cuando el genio salió de bañarse se secó y vistió pero no encontró su camisa por ningún lado, ni la que se había quitado y menos la del horrible pijama, totalmente avergonzado salió con el torso desnudo para encontrarse con la escena más sexy que había visto nunca, estaba la rubia sentada en el centro de la cama con el cabello despeinado, vistiendo un conjunto de ropa interior negro que resaltaba el color de su piel y sus preciosos pechos pero lo que le resultó más sexy al genio es que llevaba encima su camisa de lino blanco que estaba seguro se convertiría en su favorita, la hacia verse sexy y aún más importante la hacia parecer suya.-ven- le dijo con voz ronca desde la cama, puesto que desde que estuvieron en la ducha se había instalado en su mente el deseo de poseer por primera vez a Spencer. -no te voy a morder- le volvió a insistir abriendo un poco mas la camisa de forma sexy al ver que spence no se movía -mentira, si te voy a morder y bien fuerte, le voy a dejar claro a cualquier otra que eres mío- su voz sonaba amenazadora y peligrosa, aquella voz  en conjunto con aquel cuerpo y mirada lograron excitarlo en segundos. Al ver que no se acercaba pudo ver el nivel de su inexperiencia y soltó una suave risa que se colo por los pantalones de Spencer hasta llegar a su miembro que le provoco un cosquilleo, así que se acomodó al borde de la cama frente a él -bueno si tu no quieres estar conmigo creo que iré a buscar a tu amigo el musculoso tal vez el quiera que caliente sus sábanas- dijo aquello con un tono demasiado dulzón y excitante para después poner un pie en el piso con la intención de poner celoso a Spencer no alcanzó a pisar la alfombra cuando Spencer se abalanzó contra ella besándola con desenfreno en aquella habitación solo se escuchaba la respiración pesada de ambos, los jadeos y el sonido sus dientes al chocar, no le había mentido antes era un excelente besador.

Para ella era increíble la sensación de tenerlo así tan fuera de control, su piel era suave, delicada y su sabor era dulce, no pudo evitar emitir un pequeño gemido cuando puso sus manos  alrededor de su cintura para dar un fuerte apretón. Era deliciosa, era una diosa, Spencer no sabía de donde había sacado el ímpetu y el valor para hacer aquello pero le gustaba, le gustaba la sensación de tenerla indefensa debajo de el, le gustaba tenerla sólo para el. Situación que no paso desapercibida para Alice esto era otro punto a su favor, que el genio fuera posesivo le daba mucha ventaja ala hora de planear su siguiente paso. Continuaron besándose hasta que ella se separó un poco sólo para poder ponerse arriba de el sentada sobre su cadera y las piernas a sus lados - Te dije que te enredaría en mis piernas si te portabas bien, dime cariño ¿te portaste bien?- mientras hablaba se retiraba  lentamente con movimientos sensuales la camisa, los ojos de el se ensancharon al poder observar tan de cerca una escena tan sensual, a ver que este no le respondía se inclinó sobre el y le mordió el lóbulo de al oreja para después susurrar en un tono bajo y jocoso -si, yo creo que te portaste bien, recuerdas que siempre cumplo mis promesas, ahora si que te voy a morder pequeño- al terminar de decirle aquello volvió a besarlo para después tomar el labio inferior del castaño entre sus dientes aquel pequeño acto provocó de manera bestial la excitación de Spencer quien dejo salir un involuntario gemido - ya estás empalmado y aún no hago nada- rio ella restregándose sobre el cuerpo de Spencer -dime ¿aún seré la primera? ¿aún me perteneces?- ante la pregunta el no pudo mas que quedarse inmóvil pero el sonrojo en sus mejillas era la repuesta el seguía siendo puro y seria suyo así que sin poder contenerse un minuto mas se lanzo nuevamente a sus labios, era divertido ser la primera vez de un hombre como el, podía ver con detalle como sus ojos perdían el brillo de la inocencia para verse empañados por la excitación e hizo algo que llevaba mucho tiempo deseando hacer se inclino sobe su cuerpo y comenzó a dejar un regadero de beso desde su oreja pasando por su cuello para terminar en su clavícula donde planto una fuerte mordida ante aquella deliciosa sensación de dolor y placer Spencer gimió fuertemente y levanto la cadera de manera que su sexo choco contra el de Alice robando un gemido a ambos. y continuaron con las caricias y los besos ganando mas confianza cada vez y es que aunque ninguno de los dos lo quisiera aceptar era la situación mas placentera que hubiera experimentado cualquiera se los dos, las manos del genio se aferraban con fuerza a las caderas de Alice mientras esta quitaba la ropa de el y la propia.

Ya estando desnudos decidió jugar un poco con el para provocarle mas y es que comenzó a moverse despacio sobre el, descendía poco a poco por la longitud de Spencer pero sin llegar a permitir que se hundiera por completo en su cuerpo -dilo Spence, di que eres mío y aras todo lo que yo diga- con cada palabra se movía hacia atrás y hacia adelante hundiendo un poco dentro de ella el miembro del chico debajo de ella -DILO- esta vez su voz sonó mas fuerte le estaba exigiendo que se rindiera a ella.

-si... sigue por favor- gimoteaba debajo de ella queriendo que la pelirroja terminara con la tortura y le permitiera disfrutar de ella.

-dilo y continuare- le volvió a decir la chica esta vez moviéndose mas rápido hundiendo un poco mas a Reid en su cuerpo- Spencer gimió sonoramente queriendo que ella continuara a cualquier precio y es que en ese momento le habría vendido su alma al diablo por poder poseerla, aunque decir aquellas palabras y entregarle su voluntad a ella era casi igual a venderle el alma ala diablo, pues cerrando ambos tratos disfrutaría un tiempo de las cosas y sensaciones mas maravillosas del mundo pero después el precio a pagar seria demasiado alto.

-soy tuyo, are lo que me pidas- dijo en voz baja y con voz lastimera y es que era verdad desde ese momento su voluntad ya no le pertenecía a el si no a la preciosa mujer sobre el. Alice entonces bajo por completo sobre el provocando que el ya no tan inocente doctor gritara y arañara las sabanas y es que al principio sintió una punzada de dolor pero luego sintió como si estuviera en el cielo, era su primera vez y era claro que no duraría mucho pero estaba haciendo un esfuerzo inhumano por prolongar aquello todo el tiempo posible, por seguir viendo a Alice saltar encima de el, además el quería que ella también lo disfrutara y lo hacia aunque mas que excitarse por la sensación de tenerlo dentro ella lo que en realidad si era muy placentero, le excitaba ver sus reacciones como se retorcía y gemía debajo de ella y como se esforzaba por no dejarse ir todavía. Después de unos minutos mas el pequeño y ahora impuro Dr. Spencer Reid se abandono al placer absoluto, ambos aun exhausto se acomodaron en la cama, Spencer en ese momento embriagado por las sensaciones y por aquella mujer se acomodo con la cabeza en el pecho de ella y se quedo dormido. Alice no esperaba tal acción no estaba preparada para lidiar con el romanticismo del doctor después del sexo, así que solo espero a que el estuviera profundamente dormido y luego se levanto de la cama, se ducho y sentó en un mueble frente ala cama, la luz de la luna se filtraba por la ventana e iluminaba el cuerpo relajado del hombre en la cama y entonces pensó que tal vez no seria tan mala idea conservarlo cuando todo acabara. Sin pensarlo y sin saber porque le tomo una fotografía y la guardo, después se incorporo en la cama con el pensando en como podía proseguir sin hacer que el resto del equipo sospechara, después de todo eran perfiladores.

Puedo ser quien tu quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora