Sí, señor

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   Eran las 5 de la mañana,entre hacer maletas, empacar cosas y ponerme nerviosa recordando los profundos ojos azules de Dante no había conseguido pegar ojo.Decidí levantarme de la cama y ponerme en marcha,a las 8 vendría el taxi a por mi y mis cosas.
   Llegue al apartamento del señor Salvatore a las 9 de la mañana,entre Rose y Jake, así se llamaba el chófer de Dante,me ayudaron a llevar mis cosas al que iba a ser mi cuarto.Rose tomó la delantera y nos guió por el mismo pasillo en el que se encontraba el despacho,al fondo había una puerta blanca,cuando la abrió revelo un cuarto que era muy luminoso y un baño privado,era perfecto.La habitación tenia una cama grande con armario y dos cómodas,un sofá en frente de una televisión y un ventanal precioso con unas maravillosas vistas,todo era en tonos blancos,marrones y grises.
Rose y Jake se portaron muy bien conmigo y me hicieron sentir en casa,tomamos un café en la cocina mientras me iban contando las indicaciones que el señor Salvatore había dejado para mí, eran las siguientes:
1.No podía recibir visitas en su casa.
2.Todos los días a las 7 y 30 debía de dejar en su despacho una hoja con la agenda de ese mismo día.
3.Debería estar 24 horas al día disponible para el.
4.No podía subir al piso de arriba ya que allí se encontraba su zona privada.(Habitación,biblioteca,despacho privado,etc...).
5.Debería vestir con ropa formal,mínimo hasta la cena.
6.Haría vida en mi habitación, cosas como comer también estaban incluidas.
7.Debía respetar su intimidad.
8.Nunca tutearle.
9.Nunca saltarme los 8 puntos anteriores.
  Suspire un poco asustada,pero era el trabajo mejor pagado que había tenido nunca,con lo cual ya no había marcha atrás.
   Jake me informo qué esta tarde vendrían a traer el ordenador y el móvil con los que trabajaría. Y me indicó que la pequeña habitación que había al lado de mi cuarto seria mi despacho.
   Rose me había contado que al lado de la cocina había una habitación que era como la sala de descanso para los empleados domésticos de Dante,donde se reunían a comer,a ver la TV ,jugar a juegos o simplemente descansar,me pidió que siempre que quisiera me pasara a comer con ellos o a pasar el rato.
   Me fui a mi cuarto a colocar mis cosas,el señor Salvatore no vendría hasta las 7,así tendría tiempo de acomodarlo todo.A las 5 llegaron dos muchachos y estuvieron instalando mi ordenador,no tardaron mucho y les di las gracias al irse.
   Rose vino a despedirse de mi,ella solo trabajaba los lunes,miércoles y viernes,y al ser miércoles ya no la vería hasta el viernes,y eso me daba un poco se ansiedad,ya que la había tenido para resolver todas mis dudas,ahora estaba "sola".
-Tranquila Gin, Jake esta aquí prácticamente todos los días,el te echará una mano y te hará compañía cuando yo no este. -me abrazó mientras me lo decía.-Nos vemos el viernes.
-Ya te echo de menos-me reí mientras se lo decía.
   Al irme para mi cuarto me percate que Jake ya no estaba por ningún lado,lo que quería decir que estaba de camino a recoger al señor Salvatore, al darme cuenta de ello las manos se quedaron frías y me pisé muy muy nerviosa. En cierto modo Dante imponía,entre su fama,lo serio que era,su presencia y las malditas reglas que me había puesto, me daba respeto.
   Mientras esperaba al jefe me encerré en lo que era mi despacho,encendí el ordenador y me si cuenta que ya estaba todo personalizado y vinculado a una cuenta de mail que se habían creado para mi solo para el trabajo.Me pareció genial,ya que tenia todos los contactos que me imagine iba a necesitar para mi nuevo trabajo,al apagar el ordenador me di cuenta de que encima de la mesa había una cajita más, la abrí y me encontré con un teléfono nuevo,al tocarle se ilumina la pantalla y me aprecio un mensaje nuevo,era de el señor Salvatore:

De Dante Salvatore
Para Ginebra Stark
Señorita Stark, espero que ya este instalada,cuando llegue a casa la espero en mi despacho de abajo para darle la bienvenida y aclarar unos puntos.

De Ginebra Stark
Para Dante Salvatore
Perfecto señor Salvatore.

   Eso fue todo lo que conseguí contestar. Cuando el ascensor anunció la llegada de alguien yo quería salir corriendo y esconderme debajo del nórdico y hacerme una bolita.Era la hora de hablar con con el jefe.