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   Ya era miércoles y no sabía absolutamente nada de Dante,únicamente se había comunicado conmigo por cosas del trabajo,mil ideas malas como que pasaba de mí por que se avergonzaba de mi peso pasaban a todas horas por mi cabeza.
-Gin-me llamó Rose-el viernes no podré venir a trabajar por que voy a ver a mi madre,he estado hablando con el señor y me ha dicho que no me preocupe,que de todos modos el quería intimidad esa noche y me comento algo de una cena para dos...a lo que voy,¿me harías el gran favor de prepararle una cena para dos? -me miró con ojos de dar pena y con la manos juntas,lo que ella no sabía es que posiblemente quería esa intimidad para estar conmigo.
-Tranquila,de todos modos iba a pasar esa noche en casa,estará todo listó para cuando llegue- le contesté.
-Gracias,gracias,gracias...te quedaré algunas cosas preparadas, por cierto me dijo que estará en casa a eso de las nueve.-me dio un beso en la mejilla y desapareció corriendo.

   El viernes llegó igual que los demás días,sin noticias de Dante.Cuando ya tuve preparada la cena salí de compras, quería sorprenderle con algo de ropa interior nueva y quizás unos zapatos.

   Cuándo acabe de poner la mesa,encender velas y demás corrí a mi cuarto a prepararme,me di una ducha,sequé y ondule mi pelo, me maquille algo más atrevida de lo normal resaltando mis ojos con eye- liner negro y mis labios con un labial rojo oscuro.Me puse el conjunto de lencería que me compré, era rojo de encaje con liguero y muchas tiras en la parte de arriba,me enganché la medias, me puse los zapatos negros de tacón y por último me enfundé en el precioso vestido negro que me había comprado en Forever21+.Era de tubo hasta por debajo de la rodilla con una rajita en el bajo de atrás,las mangas eran por debajo del codo y el escote era caído de un hombro que dejaba entrever el sujetador. Me mire al espejo y no me reconocía...nunca había arriesgado tanto al vestir,pero me gustaba,era elegante.Eché un último vistazo al espejo,me puse los pendientes y fui a la cocina,justo cuando me estaba apoyando en la isla de la cocina el ascensor sonó y yo me fui corriendo a recibir a Dante al hall.
   Cuando se abrieron las puertas del ascensor yo quería desaparecer, ante mi se encontraba Dante y una morena de piernas kilométricas y un cuerpo de escándalo haciéndose arrumacos, quería salir de allí pitando y no mirar atrás. Mi mente trabajo rápido y me cuadré para parecer alguien del servicio, pero el ya había visto como mi cara pasaba de una sonrisa de oreja a oreja a una especia de mueca rara,mueca que hacia para no echarme a llorar en ese momento.
-Bienvenido señor Salvatore,¿me permite la chaqueta?-no me reconocía,me había puesto la mascara de no llorar,y no lo iba a hacer....por lo menos delante de esos dos.
-Tome señorita,mi abrigo también puede llevárselo- me dijo la morena muy altiva.
   Agarré las chaquetas  y las colgué en el armario de la entrada.Al volver al salón pude oír como ella le agradecía a él la maravillosa sorpresa,puse velas encima del piano y por la mesa,me había quedado todo precioso.
-Está todo preparado Señor,esperó que disfruten de la velada,si me disculpan me retiro ya.-ellos sólo asintieron mientras yo salía de allí pitando.
   Cogí mi bolso y mi chupa negra y no miré atrás. No tenia ni idea de donde pasaría la noche o de que haría al día siguiente,lo que sí sabia era que tenía que salir de allí corriendo.
   Tenía el corazón roto...en cuanto que se cerraron las puertas del ascensor,rompí a llorar.Dolía,dolía mucho.

Sí, señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora