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   Al despertarme me di cuenta de que estaba sola en la biblioteca,seguía lloviendo a cántaros y en el piso no se oía nada salvo el repiqueteo del agua en las ventanas.Lo que anoche dijo Dante no había sido un sueño,ya que a mi lado estaba la manta con la que lo tapé doblada.
   Me dirigí a mi cuarto,abrí el grifo del agua caliente mientras me iba desnudando,mientras el agua caía por mi cuerpo me permití pensar en lo que me dijo Dante.Tenía claro que estaba borracho por lo tanto,no estaba en sus cabales ,no lo quería dar más importancia,ya que si seguía pensando en él de una manera romántica sabía de sobra que sufriria.
  Deposité  sobre la cama lo que ese día me pondría; pantalones vaqueros pitillos oscuros,una camisa de manga larga de cuadros y mis Vans clásicas.Tenía el fin de semana libre así que decidí pasarme por casa de Rose a recogerla para pasar el día juntas,antes de salir me peiné  mi melena castaña y cogí el bolso y la chaqueta vaquera,ya que no paraba de llover y se empezaba a notar la entrada del otoño.
   Poco duró el paseo ya que no llegué ni a salir del salón, Dante estaba frente a mi cruzado de brazos y con cara de pocos amigos,¿que se supone que había hecho ahora?¡pero si sólo había sido amable con él!
-Ginebra...-¡redios!esa voz oscura y sexy otra vez...-necesito que me explique por que ayer me dejo decir tonterías sin sentido.
  Joder...creo que se oyó en todo Manhattan como se partía mi corazón...pero la culpa había sido mía por atreverme siquiera en pensar en lo que me había dicho.
-Lo lo lo lo lo siento...-No me salía nada más que decir,lo que si estaban asomando eran las lagrimas que me quemaban los ojos-no le dí más importancia Señor Salvatore,es imposible que alguien como usted puede decir algo así de alguien como yo...-y ahí iban las primeras lagrimas mejillas abajo y yo me estaba muriendo de la vergüenza.
   El se quedó paralizado,y yo me semita ridícula al llorar delante de mi jefe por algunos lo que ni siquiera tenía la culpa.Y en ese momento caí en que no había sido mi culpa que el se emborrachará y se pusiera romanticon conmigo, así que estalle.
-Discúlpeme señor...ahora le digo que yo no tengo la culpa de que usted se emborrachará y se le soltara la lengua de esa manera,pero cálmese,que tampoco me pidió matrimonio ni se acostó conmigo,simplemente me dijo que mis ojos le parecían bonitos,sin más. -!Madre mía me estaba viniendo arriba!como seguramente ya estaba despedida acabé de soltar todo lo que tenia dentro.-Tranquilito Dante que se perfectamente que no soy tu tipo de chica y nunca lo seré,  no juego en tu misma liga y ni quiero hacerlo ,yo no pedí aguantarte borracho, fuiste tú el que acudió a mí.
   Ya no lloraba,pero estaba temblando de rabia,y ahora que aún tenia el subidón no me arrepentia de nada,pero sabía que después lo haría¡Pero si hasta le había tuteado y eso que era una de la reglas!.Y ahora no sabía que hacer...Dante se había quedado plantado en el sitio y no reaccionaba, y yo estaba tan roja de la vergüenza que quise salir de allí lo mas rápido que pude.Me dirigí hacia la puerta que conducía al hall,y al pasar por su lado una mano me agarro con fuerza el brazo y me dio la vuelta,Dante me empujo contra la pared mas cercana,pegó su frente a la mía y cerró los ojos.Cuando los abrió me miró como jamás nadie lo había hecho,oscuro,profundo,con necesidad...
Cuando me quise dar cuenta sus labios estaban rozando los mios,como pidiéndome permiso,al ver que no me apartaba empezó a besarme.

Sí, señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora