Había un par de fotografías, sólo dos. El corazón me palpitó con esos latidos tan conocidos y enamorados. En la primera fotografía había una palabra que fue retratada en algún negocio, como los carteles o letreros que se pegan a las vitrinas o cuelgan de la parte superior de la entrada. La segunda fue tomada en algo de algún adorno romántico para San Valentín y allí estaba mi señal. Juntas decían "Te amo". Estaba casi segura de quién las había enviado, porque conocía la letra que dibujaba mi nombre en la portada. Dí la vuelta a una fotografía y en la esquina inferior derecha decía Liam.
Las lágrimas desbordaron por mis ojos. Liam no iba a parar nunca, ¿verdad? ¿Qué más podía pedirle al cielo? No necesitaba otra señal, me estaba demostrando que me amaba tanto como yo lo amaba a él. Quería mi final feliz, ¡lo anhelaba! ¿Pero dónde estaba Liam? Giré por costumbre mi cabeza en todas direcciones, pero era un cuarto de hotel, allí no había nadie excepto yo. Mañana me iba, ¿dónde diablos estaba Liam ahora? Corrí rápidamente hacía el teléfono y marqué a Jesse. Las lágrimas desesperadas me inundaron más los ojos porque no me contestaba.
-No, Jesse no. No me hagas esto ahora -susurré al dejar pasar cuatro timbrazos sin que me contestara.
Otros dos más y me mandó al buzón.
-Maldición -colgué el teléfono y me dejé caer sobre mis brazos, llorando.
¿Por qué había sido tan estúpiida? Ya hasta dudaba que ese nivel de idio'tez que yo había alcanzado fuera común. ¿Tiempo para pensarlo? ¡Pero qué estúpida, si eso era lo que yo deseba desde el principio! Derramé mi pesar en las pesadas lágrimas que caían de mis ojos. Mañana me iba, ¿dónde iba a encontrarlo?
Mientras seguía llorando como tonta, lamentándome, unos golpes tenues llamaron a mi puerta; ¿quién molestaba ahora? no tenía ganas de ver a nadie, a menos de que fuera... ¡Jesse! Pasé los puños de mis manos por mi cara para tratar de limpiarme las lágrimas y corrí a trompicones hasta la puerta. Al abrirla me llevé una mano al corazón porque al reconocer a la persona parada tras el umbral, pensé que iba a salírseme del pecho.
-¡Liam! -abrí los ojos y parpadeé repetidas veces, tratando de que el rastro de agua se evaporara.
-No renuncies a mí -musitó, fuerte y claro, y con rostro duro-. Por favor.
Lo miré incapaz de hablar, aun bajo la tenue luz del pasillo del hotel, era hermoso. Su cabello corto pero despeinado y el vello facial que adornaba su rostro lo hacía lucir como una de mis fotografías, pero más bello.
-Sé que me pediste tiempo -dio un paso y luego otro, hasta que estuvo adentro de la habitación. Estaba tan cerca que podía oler ese exquisito perfume que lo caracterizaba-. Pero yo ya no puedo esperar más. _____, yo sé que me amas -su aliento me movió los cabellos al hablar. Estaba perdiendo mi equilibrio -, pero dime qué más puedo hacer para demostrártelo yo -su voz se quebró y los ojos se le pusieron vidriosos-. _______, háblame. Dime algo. Lo que sea.
Le contemplé deliciosamente y luego le sonreí entre lágrimas. Acuné su rostro entre mis manos y el vello facial me picoteó la piel de las palmas.
-Ya no voy a escapar Liam -susurré-. Sé lo que quiero.
-¿Y qué es? -en su pregunta, el temor fue visible.
-A ti -musité y me acerqué hasta sus labios.
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Soy mala siempre las dejo así y lo siento pero bueno comenten y voten !! Lo han hecho mucho últimamente que siento que ya no tengo que te recordarles jaja
Las quiero !! 😁
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El Manual de lo Prohibido | L.P |
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazarÍa. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y...