Capítulo 13

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Ambos los miramos con los ojos abiertos de par en par.

-Liam, ¿recuerdas lo que te dije acerca de la privacidad de las personas?-inquirí.
-¿Es el primer día que se conocen y ya tiene secretos entre ambos?-preguntó, queriendo sonar divertido, pero pude identificar en su voz algún tono amargo muy bien escondido.
-¡¡Uuuyy!!-bromeó Sharon, atada de la cintura de Liam. La fierecilla refunfuñó palabras ininteligibles.

Miré a Louis, quién mantenía su mirada fugaz, primero mirando el piso, luego a mí, después a Sharon y por último a Liam, para después volver al piso. Imaginé que estaba ideando alguna forma de salir del embrollo.

-¿Sabes Sharon?-dije, como si nada- Creo que invitaré a salir a Niall-solté, no muy segura de lo que estaba haciendo; pero si algo había que distrajera a Sharon de emparejarme con Louis, era emparejarme con alguien más.

Funcionó, la mirada de todos se posó sobre mí. La de de Louis, agradecida por haber cambiado de tema; la de Sharon, resplandeciendo de emoción; y la de Liam, sería, rara.

-¿En serio?-gritó de emoción.
-Sí, la verdad es que es un chico muy agradable y muy lindo además-dije, al fin y al cabo eso sí era verdad.
-¿Y cuando?-se soltó de la cintura de Liam y ató su brazo al mío, haciéndome caminar y separándome de Louis. Ellos nos siguieron muy de cerca.
-No lo sé, mañana quizá-me encogí de hombros, indiferente.
-¿Entonces te gusta Niall?-preguntó y miré por la colilla del ojo a Liam, quien iba un paso atrás de nosotras junto con Louis; repentinamente atento, de nuevo.

¿Qué iba a decir? si decía que sí, Sharon especularía bastante hasta llegar a los planes de boda, era capaz; si decía que no, entonces no concordaría en nada con lo que yo había dicho antes, y quedaría como... una tonta.

-Pues... emm...-tartamudeé.
-¡Chicos miren eso!-interrumpió Louis, señalando hacía una góndola- ¡Quiero subir!
-¡Yo también!-dijo Sharon.
-¿Qué dicen, chicos?-preguntó Louis.
-Emm... bueno, yo... paso-musité, no tenía muchos ánimos de subir y andar sobre las aguas.
-Yo también-dijo Liam, con las manos en los bolsillos-. Vayan ustedes, nosotros los esperamos.

Capté la situación entonces, Liam y yo, solos de nuevo. La fierecilla brincó de alegría, y su grito era completamente entendible: ¡Sí, sí, sí, sí!

-¿Quieres ir, Sharon?-preguntó Louis.
-Sí, hace mucho que no me subo a una, pero quiero que Liam y ______ vengan también.
-Perdóname, Shar; de verás, yo paso. Puedes ir tú, Liam-dije al interpelado-. No se preocupen por mí, yo los espero.
-No, vayan ustedes-dijo él-. Esperaremos aquí-sonrió y besó la frente de Sharon.
-Aguafiestas-se quejó Sharon, pero igual se alejó junto con Louis hacía la góndola.

Pero antes, Louis me miró y me guiñó un ojo disimuladamente, entonces caí en la cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con el; sacarme de una situación incómoda. Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a Liam.

-¿Por qué no fuiste?-pregunté. Se encogió de hombros.
-Ya me subí la vez pasada, me gusta más estar en tierra-dijo.
-Ya somos dos.

Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo cómo el aire movía mis cabellos.

-¿De qué hablaban Louis y tú?-preguntó, como quien no quiere la cosa. Me solté a reír.
-Ya recordé que eres curioso-musité.
-Que bueno que lo sabes, así que dime ahora-quiso sonreír./
-No, no te voy a decir. Eso es entre tu hermano y yo-no sabía porqué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Liam, o al menos, creyendo que lo hacía.
-Me voy a enterar, ya verás-amenazó y luego sonrió.
-Ya veremos-reí.
-¿Quieres un helado?-preguntó.
-¿Intentas sobornarme con helado?-el rió.
-¿Puedo?
-Lo siento, no-negué con la cabeza, divertida.
-Bueno, entonces te lo invito, ¿quieres? -le miré, entrecerrando mis ojos en él.
-Sin mañas-alzó las manos.
-Está bien.

Nos paramos y nos dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.

-¿De qué lo quieres?-me preguntó.
-Chocolate.

Me sonrió y luego se dirigió hacía el chico rizado detrás del mostrador.

-Due gelato al cioccolato, per favore-musitó, con ese acento italiano ferozmente irresistible.
-Subito-dijo el chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una.

Le colocó chispas de chocolate arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. Liam le pagó al chico y éste se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.

-Che bella coppia che fate-dijo él, cuando le devolvió el cambio a Liam y luego me sonrió. Liam rió y guardó su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.
-Grazie-musitó.

Me sentí tonta, definitivamente tenía que aprender italiano. Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indecisa de preguntarle a Liam, qué era lo que había dicho el chico.

-¿Está rico?-me preguntó él, con esa sonrisa burlona en su rostro.
-¿Eh? Sí-dije.
-Ni siquiera lo has probado-observó y luego comenzó a reír. Qué torpe.
-Ah, sí, cierto-reí, sintiéndome de verás tonta-. Oye, ¿qué dijo el chico cuando te devolvió el cambio?-pregunté, tratando de no verme curiosa. El rió.
-¿Por qué quieres saber?
-Es bueno recopilar palabras en italiano para aprenderlo-qué excusa tan tonta. Rió por lo bajo.
-Bueno, te digo si me dices lo de Louis-negoció.
-Olvídalo-me negué.
-Eres dura-rió.
-Sí, y tú muy curioso. Así que olvídalo.
-Está bien. Ya veremos quién sede primero-especuló, divertido.

El Manual de lo Prohibido | L.P |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora