Capítulo III "Lothdim"

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Elrohir y Lindir habían salido de Rivendel cuando los primeros rayos del sol comenzaban a salir, cruzaron las Montañas Nubladas en dirección al este por el Paso Alto y cruzaron el Río Gris, en dirección al Bosque Negro. Estaban cerca del Reino cuando se encontraron con tres caballeros de Gondor.

—¿Es usted uno de los señores de Rivendel?—preguntó el que parecía ser el líder.

—Sí—respondió Lindir antes de que Elrohir dijera algo. Por seguridad, era mejor si les hacían creer que Lindir era el príncipe.

—Somos la guardia personal de la princesa Eyden, la esposa de su sobrino—dijo el capitán—nos ha enviado para avisarle que intentaron asesinar a la princesa Gilirien.

—¡¿Que?!—Elrohir sintió que lo poco que quedaba de su corazón terminaba por desmoronarse.

—¿Como a ocurrido?—preguntó Lindir llamando la atención del capitán, pues miraba fijamente a Elrohir.

—Colocaron veneno en una de sus bebidas, gracias a los cielos no murió—explicó el capitán—está en las Casas de Curación, pues la dosis fue algo fuerte y la dejó inconsciente.

—Me alegra saber que mi sobrina no murió—dijo Lindir—¿hay algo más?

—Sí. La princesa Eyden teme por la vida de sus hijos, así que quiere que la princesa y el príncipe heredero pasen algún tiempo en Rivendel en lo que la situación se resuelve.

Lindir miró a Elrohir, no sabía que contestar a aquello, sin embargo esa era una decisión en la que Elladan también tenía que participar, pero Elrohir negó con la cabeza, no estaba de acuerdo en llevar a Araser y Gilirien a Rivendel.

—Este tema debe tratarlo con su hermano, mi señor—comentó Elrohir.

—Dile a la princesa Eyden que espere hasta que terminemos de resolver este asunto—dijo Lindir aún confundido por la respuesta de su señor—entonces le escribiré para que envié a sus hijos.

—Esto no puede esperar—dijo el capitán con urgencia—la familia real corre peligro.

—Lo sé, pero en las manos de mi hermano y las mías está su suerte. Tú y tus hombres regresen a Minas Tirith, denle mi mensaje a la princesa y dediquen su tiempo en protegerlos.

Dando por terminada la conversación, Lindir giró su montura en dirección del Bosque Negro. Los hombres de Gondor se despidieron haciendo una reverencia y se marcharon cabalgando hacía el sur.

—Espero me disculpe por tomar su lugar—habló Lindir mientras seguían su camino.

—Estuvo bien—respondió Elrohir—temo por la vida de mis sobrinos, pero sino resolvemos este asunto estallará una guerra y nosotros los elfos ya estamos cansados de eso.

Llegaron al Camino Viejo que los conducía al corazón del bosque, al entrar en él, Elrohir sintió que el aire era menos pesado, diferente a las otras veces que había ido, miró hacia arriba, la luz del sol se filtraba entre las ramas de los árboles, el bosque tenía un aspecto más alegre, nuevamente estaba recuperando su hermoso color verde esmeralda y las flores otra vez se animaban a florecer con intensidad. Posiblemente volvería a ser llamado el Bosque Verde.
Se internaron cada vez más, cruzaron un pequeño lago y continuaron el camino. Lindir volteó hacía la derecha cuando por el rabillo del ojo vio un brillo claro y fuerte como un rayo, logró ver una cornamenta blanca que se escondía entre el denso bosque, el elfo no dijo nada, sabía lo que era y no tenía porque alarmarse, aunque se sintió alegre de saber que ese ciervo aún estaba allí.

—Es bueno saber que todo esto vuelve a la belleza que tenía—dijo a su señor.

—Es cierto—respondió Elrohir—motivo de celebración para los que habitan este bosque.

La Tumba de Cerin AmrothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora