Todos miraron con horror como el filo de una espada se abría paso entre la espalda de Alethor. Elrohir sacó la hoja de la espada llena de sangre y el cuerpo de su enemigo cayó muerto.
—Im...imposi...ble—tartamudeó Idaylethor—deberías estar agonizando.
—No permitiré, que le hagan daño a mi familia—susurró el elfo poniéndose de pie, con gran habilidad hizo un mandoble y degolló a los hombres que sujetaban a Lindir, quien con rapidez se puso en pie y tomó su espada, ambos se pusieron espalda con espalda y en posición de ataque.
—Déjeme esto a mi—le dijo Lindir—está herido.
—No—fue lo único que dijo, su rostro estaba sudado y un hilo de sangre salía de su boca.
—¡MATENLOS!—ordenó con ira la mujer, los hombres se abalanzaron sobre ellos.
Ambos elfos comenzaron a pelear, los choques de las espadas generaban un gran eco en todo el bosque, las copas de los árboles se movían con agresividad. Elrohir se deshizo de dos hombres, pero entonces Idaylethor lo atacó, los otros seis se concentraron en Lindir, quien esta vez no permitiría que lo dominaran.
—No sé porque intentas detenerme es cuestión de tiempo para que mueras por efecto del veneno—dijo la mujer, intercambiaron golpes hasta que ella le dio una patada en la herida, quebrando la flecha que aún estaba allí y haciendo que la sangre del elfo saliera en mayor cantidad.
Un quejido de dolor salió de la boca de Elrohir al recibir el golpe, desgraciadamente ella tenía razón, podía sentir el veneno recorriendo su torrente sanguíneo, pero no le importó, si iba a morir se llevaría la vida de Idaylethor con él. Gilirien era su querida sobrina y la amaba con todo el corazón, le recordaba a su bella Arwen cuando era una niña y no permitiría que se la arrebataran.
La pelea continuó, Lindir estaba muy cansado, le habían herido el brazo derecho por lo que le costaba mantener en alto la espada, clavó su arma en el pecho de uno de sus atacantes, degolló a otro, pero los demás se abalanzaron sobre él, en un descuido le hirieron una pierna y le fue imposible mantenerse en pie, rápidamente miró más allá de sus atacantes. Vio como su señor y esa mujer desataban una tormenta de odio y desesperación, regresó su atención a la pelea a tiempo para detener el ataque de su contrincante.
—¡Rindete príncipe!—dijo la pelirroja—¡tú y tu sirviente están acabados!—con un movimiento ágil le quitó la espada a Elrohir y de una patada lo empujó haciendo que su espalda chocara contra un árbol.
Elrohir sabía que su vida se estaba yendo, que vergüenza para él morir de esa manera, si tan solo tuviera la misma habilidad para sanarse a sí mismo, pero por desgracia, solo su hermana había heredado esa habilidad de su padre, ni siquiera Elladan la tenía. Borrosamente vio como Idaylethor se acercaba para darle el golpe final.
—¡¡Noooo!!—Lindir trató de llegar hasta él, pero fue imposible, lo desarmaron y golpearon con fuerza hasta dejarlo inconsciente.
Elrohir cerró sus ojos y respiró lentamente, esperó el golpe, mientras pedía a los cielos que a Elladan no le pasara nada.
—Este es tu fin—la mujer levantó la hoja de la espada, que brilló aún sin que hubiese un rayo de luz. Descargó el arma contra Elrohir, pero...
Su mano se detuvo. Idaylethor miró su muñeca, una delgada, pero resistente liana verde la sujetaba, no era cualquier enredadera de madre selva, no, era una liana de nephril que floreció ante la presencia de la mujer, quien estaba atónita. Otra liana salió de la nada dispara hacia ella, luego otra y otra, cada una enredándose en su cuerpo, evitando que pudiera moverse.
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La Tumba de Cerin Amroth
Fanfiction"En un bosque, que antaño estaba lleno de luz y alegría, que hora el sueño eterno lo domina, ya hace allí el recuerdo de un amor que nunca termina". Un tesoro valioso se ha perdido, Elladan y Elrohir lo buscan sin descanso, pero el tiempo se les aca...