Miradas sin fin

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-Me gusta mucho este lugar, espero que te llegue a gustar tanto como a mi. -Me dice Alex sonriente. Veo que encima de un pequeño escenario hay un piano. Está vacío.

-Bah, tampoco es para tanto. -Le saco la lengua guiñando el ojo derecho. Alex me pega de broma, pero fuerte, lo suficiente para que pierda el equilibrio.

-Que gracioso eres ¿No? -Se ríe al ver que pongo una cara de tonto.

-¿Vamos a sentarnos? -Afirma con la cabeza, vemos una mesa vacía a la terraza. Nos dirigimos hasta allí.

-Permítame. -Le aparto la silla de la mesa para que se siente, la acompaño con la silla y se sienta, mirándome fijamente a los ojos, me encanta su mirada.

-Es usted todo un caballero, Christian con hache intercalada. -Me dice con una cara seria.

-Gracias señorita Alex, de Alexandra. -Los dos nos reímos pero pronto nuestras risas son interrumpidas por un camarero.

-Bienvenidos a Xalet de Montjuïc ¿Que desean? -Es un chico joven, seguro que está de prácticas. Alex y yo nos miramos y me hace un gesto para que hable.

-¿Nos podrías traer las cartas? Por favor.

-Sí claro, ahora vuelvo.

Estoy en frente de Alex, la musica que suena de fondo tiene un ritmo lento, pero con marcha ¿Jazz? No soy bueno en esto. Sus ojos...

-¡Empanado! ¿En qué piensas?

-En nada. -Sonrío y cambio de tema. -¿Te ha gustado el paseo en moto?

-Sí además, el chico que me ha llevado es guapísimo y esta en forma. -Ríe de una forma pícara.

-Que suerte, yo he tenido que llevar a una chica muy fea... -Me da una patada por debajo de la mesa.

-¡Que era broma tonta!

-Eso, inténtalo arreglar. -Se hace la enfadada.

-¿Sabes qué?

-¿Qué sé?

-Que eres muy guapa. -Alex alegra su preciosa cara.

-Disculpad, tomad, las cartas. -El chico joven se rie, seguro que habrá escuchado la mitad de la conversación.

-Gracias. -Respondemos Alex y yo a la vez. Cuando nos damos cuenta nos miramos y sonreímos.

Veo que el chico se llama Toni, lo pone en una placa dorada enganchada en su uniforme. Toni nos acerca las cartas con una amable sonrisa, las cogemos y se va.

-Parece amable el chico. -Le digo a Alex, ya no está "enfadada".

-Hace mucho que no vengo, pero la última vez que vine no estaba.

-¿Traes aquí a tus ligues? -¡Mierda! Se me ha olvidado llamar a Andrea. Me espero a pedir e iré a llamarla.

-No, chico listo, es la primera vez que traigo a un desconocido.

-Vale. -Me río. -No me odies. Al menos espera a que terminemos de cenar.

-Jaja no te odio. -Me manda un beso.

Miramos la carta.

-¿Ya sabes que vas a tomar? -Me pregunta.

-Creo que voy a tomar un foie travi envuelto en queso fresco y su manzana caramelizada con piñones, asado de lenguado con zócalo de patata crujiente y tomate dulce. -Lo digo con acento Francés, se ríe pero con cara de sorprendida al ver lo que he pedido, como si ya hubiera venido aquí otras veces.

-¡Vaya! ¿Ha venido usted alguna vez?

-No. ¿Alex, de Alexandra, que va a pedir usted?

-Pues... voy a pedir un salteado de chipirones con setas y habitas baby, después un solomillo de ternera con salsa de vino rojo afrutado, corazón de foie, uvas y verduras y para postre una crêpe rellena con mousse de chocolate blanco, bañada con crema de dulce de lecha. -Me dice satisfecha con su elección.

-¡Vaya! Se nota que sabe lo que pide.

-Bueno, siempre pido lo mismo. -Se ríe. -¿Qué va a pedir para postre?

-Un coulant de chocolate negro con cremoso de ron y pasas. ¿He elegido bien?

-Sí.

Toni se acerca y le decimos lo que queremos pedir.

-En seguida os traigo los platos.

-Alex tengo que ir un momento a fuera, tengo que hacer una llamada. No tardaré.

-Vale no te preocupes, aquí te espero. -Me sonríe.

Me levanto de la mesa, busco otra terraza que esté mas vacía, cojo mi móvil y busco en la agenda de teléfonos a Andrea, la encuentro y pulso el botón de llamar. Biip, biip... cada "biip" que pasa me voy poniendo más nervioso. Dejan de sonar.

-Hola Andrea, soy yo Christian. -Espero a que conteste.

El destino de una fotografíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora