#10

611 51 3
                                    

Akita ingreso en aquella sala confidencial donde el oficial Sai ya la esperaba. Al verla un poco dudosa, se acerca y la tomo del brazo suavemente. La notó un poco tensa y le susurro que nada pasaría, que no se preocupara. Se ubican al centro de aquella sala y miran hacia un cuarto iluminado de frente por aquella ancha ventana. Nadie podría verlos a ellos dos.

Sai hablo por un intercomunicador y enseguida unos hombres de aspecto sospechosos aparecieron rápidamente guiados por un policía, para luego plantearse frente a ellos desde aquel cuarto iluminado. 

 —  ¿Es alguno de estos hombres el Señor Shigaraki?  — le pregunta directo Sai. 

Akita mira a través del vidrio, detalló a cada hombre esperando hallar una cara conocida. Pero hace una mueca y niega lentamente. Sai asintió entonces le indico le siguiera hacia afuera del cuarto.

  — Lo siento, me la pase buscando en redes sociales y entre las cosas personales de mi amiga alguna foto del bastardo, pero no encontré absolutamente nada. Así las cosas le resultarían mas fáciles a usted  — dice abatida al ambos salir de aquel cuarto.  

  — Como usted lo describió al retratistas nos hemos ayudado, pero si, es una lastima no tengamos una foto clara del Señor.  Igual, no se preocupe, seguimos patrullando. Ese hombre no se acercara la Señorita Sumire.  

Mordió su labio rojo.

 — ¿Su agente esta siendo muy precavido verdad? No quiero Sumire se sienta presionada y mucho menos quiero se atormente si llega a ser cierto que su bastardo padre nos ha seguido hasta Konoha.

 — Le pedí a Udon fuera lo mas precavido posible— y entones el azabache le sugirió acompañarla hacia la salida.  

Akita froto su frente cuando salio finalmente al exterior, y recordó cuando apretó sus manos lo que estaba pasando.

Antes del cumpleaños de Sumire, Katasuke le había convencido de colocarle un guardaespaldas, ya que Sai le había avisado de un extraño hombre que se escabullía muy rápido entre las sombras cerca de la residencia en altas horas de la noche. 

Su única condición fue que Sumire no se enterara. Ella ya había avanzado mucho para que aquel bastardo lo dañara todo de nuevo.  Ya había acabado con su buena amiga Nozomi, no lo haría ahora con su hija.

...

Agarro la cobija y se tapo desde la cabeza, con ello salio al balcón y miro hacia el jardín de los vecinos. Sonrío. Se había hecho un habito mirar los girasoles en cada oportunidad que salía, y es que eran muy hermosos. Fue que en un parpadeo noto a la pequeña girasol saludarla desde una ventana alta de su casa.     

Alzo su mano y le devolvió el saludo suavemente.  Segundos después, la pequeña Himawari se despidió con una sonrisa muy radiante.

Bajo la cabeza y fue que su expresión cambio, a una totalmente abatida y abrumada. Recordó. Nunca esperó reencontrarse a Ryogi en ese pueblo, había logrado no pensar más en él luego del primer día que llegó a Konoha, pero al verlo de nuevo, era mucho el sentimiento de tristeza. 

Apretó la mano con la que le había cacheteado.

Cuando Akita la convencio de hablarle sobre lo ocurrido,  le aconcejo que debían ambos hablarlo mas calmados, que podría ser otro capitulo que cerrar en su vida y así seguir yendo adelante. Sumire de tanto pensarlo creía que si podía llegar a perdonar a Ryogi, pero la cuestión es que no sabia en que momento podría hacerlo.

Volvió a enfocar su mirada en los girasoles y se sorprendió de ver a Boruto salir al jardín de su casa, le daba la espalda en todo momento. Avanzó rápido hacia el interior de su cuarto y sentó en su cama. Sintió el corazón latir tan rápido que tuvo miedo, y fue que recordó el como paso de él ese día.  

Breathe [Boruto x Sumire]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora