CAPÍTULO 4

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MADELAINE

Chuando se ofreció gentilmente a llevarme al colegio a mí y a mi hermana, pero automáticamente nos negamos, él ya hacía demasiado con pagar las facturas del colegio, simplemente no podíamos quitarle de su tiempo. El chofer de Chuando se ofreció amablemente a llevarnos por lo que muy agradecidas aceptamos.

Ahora me encontraba a punto de bajarme de la limusina cuando los nervios me atacaron y con mi mano temblando la dirigí hacia la manilla que abría la puerta pero antes de que lo hiciera, el chofer ya nos había abierto la puerta, le agradecimos y rápidamente nos bajamos de la limusina, sentía que me iba a caer de los nervios apenas puse un pie al suelo, absolutamente todos los estudiantes que se encontraban fuera de las instalaciones desde parqueados hablando animadamente en su coche hasta los que solo iban de paso se nos quedaron viendo a mí y a Angélica de manera asustada, simplemente parecia que no nos podían quitar la mirada de encima recibiendo una inspección de pies a cabeza por parte de ellos.

-Oye Mad, relajate ¿sí? Es entendible que no estén acostumbrados a ver una hermosa cabellera naranja todos los días rondando por su colegio. -rió Ange a lo que solo pude asentir.

Logrando caminar a través de las miradas curiosas de todos los estudiantes presentes, nos dedicamos a buscar la oficina de orientación para ir a retirar lo que serian nuestros nuevos horarios de clases, dudaba mucho que Ange y yo compartiéramos varias clases y a decir verdad me dolía bastante ya que ella era una especie de alma gemela para mi vida, no sé como lograría soportar tanto tiempo sin ella, ojala pudiera hacer una nueva amiga en estos días o iba a morir de soledad probablemente, mientras más nos acercábamos a la oficina más me iba mentalizando de que ahora en adelante solo iba a poder usar el idioma coreano no sabía el por qué lo pensaba hasta ahorita pero me parecía un dato curioso y pues bueno aquí vamos.

-¡Señoritas! Pero que alegría tenerlas por acá, he estado esperado ansiosamente este día para al fin conocerlas. ¿Podemos tomarnos una foto? -preguntó directo al grano y súper emocionada la que supongo era la secretaria del instituto.

-¡Claro que sí! -chilló de felicidad Ange.

Me asombré demasiado ante la reacción de la secretaria, a decir verdad nunca nadie me había pedido una foto aparte de mi mamá, esto era nuevo para mí pero estamos en Asia ¿qué podía esperar? soy físicamente opuesta a ellos además de que no se suelen ver muchos extranjeros por estos lados así que la comprendía en cierta parte, solo me dediqué a posar y sonreír para la cámara, una vez tomada la foto nos extendió nuestros horarios y nos dedicamos a buscar nuestras respectivas clases.

Cuando me despedí de Ange y por fin llegué a mi clase, aún no había nadie en ella, yo siempre había sido muy puntual por eso no era nada de que extrañarse, por lo que solo me dediqué a tomarme fotos en SnapChat como era de costumbre, ya que era adicta a esta aplicación. Pasaron varios minutos hasta que me sobresalté al escuchar el ruidoso timbre que anunciaba el inicio de lecciones y seguidos segundos después el silencio que acompañaba la clase fue obstruido por la manada de estudiantes que entraron a la clase riendo alegremente pero inmediatamente se callaron donde me vieron, no podía creer que esto me pasaba a mí, ya se me estaba empezando a hacer un tanto incomodo.

Después, solo pude escuchar que empezaron a murmurar cosas entre sí mismos haciendo preguntas y comentarios sobre mí como :

-¿Es posible que una chica tenga los pechos tan grandes? -le comentó un chico a su amigo.

-Nunca había visto a una chica peli naranja, es muy guapa. -concluyó una chica.

-¡Quiero una foto con ella! Exclamaron varios chicos a la vez.

Y así siguieron concluyendo los comentarios de parte de ellos, agradecí que ninguno fuera despectivo por lo que no me dediqué a contestar nada.

-Muy bien clase, tomen asiento por favor. -entró el profesor golpeando la puerta y asustando a todos los alumnos quienes rápidamente se fueron a sentar asustados.

Mis ojos no podían creer lo que veían, justo después de que entrara el profesor y asustara a todos entró él, ganándose las miradas de toda la clase, la mía incluida claramente.

-¿Vamos a repetir las llegadas tardías a mi clase justo como el año pasado? -preguntó de forma neutra nuestro profesor de Biología.

-Que haya pasado hoy no significa que se vuelva a repetir. -exclamó él.

-Eso espero. -concluyó el demacrado profesor.

-Bueno, como ya saben la nueva alumna está finalmente aquí, ven al frente querida. -me alentó el profesor.

Durante todo este tiempo me había mantenido tan callada como una tumba que todos aquí pensaban que seguramente no sabía ni decir hola en coreano, pobres almas en desgracia que no tenían idea. Él, el novio guapo de la ogro se había sentando unos asientos más adelante de la fila que estaba a la par mía y justo cuando pasé a la par suya escuché un comentario de su parte.

-¡Que señor trasero! -exclamó, a lo que sola mente pude sonreír, detenerme y voltearme hacia él antes de irme al frente de la clase.

-Y está mejor que el de tu novia la anoréxica baby. -alardeé egocéntricamente sintiendo que había ganado una batalla ante un competidor que no estaba presente. Su rostro se desfiguró ante mis palabras ya que seguramente no tenía ni idea de que hablaba coreano y había entendido la guarrada que me había dicho segundos atrás. Giré mis talones y me dirigí hacia el frente con mi sonrisa más triunfante, no sabía el porqué de ella.

-¿Gustas presentarte querida? - me preguntó amablemente el profesor, por lo que asentí y saqué mi coreano interior.

-Gusto en conocerlos chicos, mi nombre es Madelaine, tengo 17, 100% latina y naci en C.R., hablo español, inglés, francés y coreano por si algún día quieren aprender algo en estos idiomas excepto en coreano claramente pueden preguntarme y sí, si entendí todo lo que estaban diciendo de mi antes de que empezara la clase reí y seguidamente todos empezaron a reír también.

La clase transcurrió normalmente mientras veíamos cosas de la variabilidad genética entre los humanos y como es de esperarse el profesor me tomó a mí de ejemplo y a otra compañera coreana cuyo nombre desconocía y no me interesaba aprender.

El profesor nos puso al frente de la clase y nos pidió que nos pusiéramos erguidas, empezó a explicar el por qué de nuestras diferencias físicas, el por qué de la diferencia de nuestros ojos, altura y etc.

-Como pueden ver clase, también la diferencia de cuerpo es mucha, dijo el profesor acercándose peligrosamente a mí por detrás.

-Caderas anchas. -dijo el profesor mientras ponía sus manos sobre mis caderas y hablaba detrás de mi oído.

-Pechos grandes. -repitió el profesor sobresaltándome, pero esta vez poniendo sus manos en mis dos hombros. Raro pensé.

-En cambio si volvemos a ver a nuestra compañera Kim Hyu quién es asiática, pues es delgada, sin cadera y tiene pecho pequeño, las diferencias físicas entre una oriental y una occidental son muchas, les queda de tarea averiguar el por qué de estas diferencias, a diferencia de mi el profesor ni siquiera se acercó u puso un solo dedo en Kim Hyu.

-Pueden retirarse de mi clase. -dijo el profesor.

Mientras me dedicaba a recoger mis útiles para salir de clase, me quedé en Shock cuando recordé lo que le había dicho a "él" antes de presentarme frente a la clase.

¿Qué rayos estaba mal conmigo? ¿Por qué le había dicho eso de que mi trasero era mejor que el de su novia? ¿Por qué me había portado como una completa celosa con alguien que tan solo había visto una vez en mi vida? Qué pena, no podía esconder la vergüenza que sentía en estos momentos ante mi comportamiento anterior el cual desconocía su origen.

-Oye, ¿acaso te sientes amenazada por mi novia, guapa? -Sonrió de forma arrogante el primer asiático guapo que había visto en mi existencia pero antes de qué yo pudiera contestar algo él me interrumpió.

-Mi nombre es Jung-Kook por cierto, pero por más que quiera quedarme hablando contigo me tengo que ir, hablamos luego, y así fue como me dejo con la palabra en la boca.

Jung-Kook pronuncié con mis labios disfrutando cada letra que salía de mi boca, hasta su nombre era hermoso. ¿Por qué tenía qué tener novia? Algún día este hombre iba a ser mío. Lo siento Jennie pero yo siempre obtengo lo que quiero y estaba segura que Jung-Kook estaba en mi nueva lista de caprichos.

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