Yo soy Kiara West -10

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Capítulo 10

Le conté a mamá todo lo que creí que sería necesario. Desde mis días en la escuela hasta mis días en la pradera. Ella comprendió que la pradera era mi lugar de escape. Le conté de Andrew y me dijo que ella siempre supo que él me gustaba, y que ella y Alejandra ya habían hablado hasta de nuestra boda. Me reí ante tal locura. El caso es, que le conté todo a mi madre. Aunque, por supuesto, obvié el hecho de que la novia de mi hermano era Ariana o mejor dicho, obvié a la novia de mi hermano y la noche en la playa con Andrew. Al final, ella tomó a Andrew como si fuera un enemigo, aunque yo no quería eso.

― ¿Cómo puede jugar contigo de esa manera? ―Exclamó molesta―, te juro que como lo vea, me va a oír.

―Oye no... no es lo que quiero. Además pasaré de página.

―Hija...

―No mamá. Me dedicaré a estudiar. Este es mi último año y quiero concentrarme en él. ―Me encogí de hombros. Ella me miró como si tuviese pena―. No me importa más.

Era mentira. Él si me importaba y mucho. Yo no podría sacarlo de mi mente como si nada, como él me sacó de su vida.

―Sólo te diré que él no tiene derecho a tratarte así. ¡Y pensar que prácticamente me tenía ganada! Cuando Alejandra se entere...

― ¡Oh no! Nada de decirle a ella...

Mamá discutió unos segundos conmigo sobre eso y luego de darse por vencida, me dio la razón. No era problema de ninguna de las dos. Antes de subir a acostarme, ella me preguntó:

― ¿Estás segura que él se fue con ella? ¿Estás segura de que era una broma?

―Por supuesto, ¿qué más puede ser?

―Hija creo que estás muy a la defensiva... y aunque admito que hasta yo quiero matarlo, tal vez deberías oírle.

―Ni me buscará. ―Volqué los ojos―. Fue estúpido creer que él quería volver a retomar nuestra amistad... ¿sabes? Por un momento pensé que él quería más.

―Alejandra y yo nunca supimos muy bien el motivo de su pelea, y ninguno de ustedes dijo nada. Simplemente se alejaron. Lo tomamos como algo temporal, por la adolescencia. Ambas estábamos seguras de que luego ustedes dos terminarían juntos.

―Ahora sé de quien heredé eso de inventar historias...

―Hija deberías hablar con él.

En eso Jesús entró en la escena con ojos soñadores y sonrientes, no había que analizar mucho para saber que acababa de estar con Ariana. Mamá lo miró de arriba abajo y una sonrisa se extendió en su rostro. Jesús la miró extrañado, tanto como cuando yo entré en casa.

― ¡Tú eres otro! ¡No confías en tu madre!

Me carcajeé. Jesús volteó a verme preguntándome con la mirada que era lo que le pasaba, yo me encogí de hombros. Realmente no sabía que le pasaba a mamá.

― ¿Cuándo pensabas decirme que salías con Ariana? ¡Alejandra me ha contado todo!

Ambos nos quedamos observándola estupefactos. Entonces ella siempre lo supo. Me carcajeé con más fuerza porque tanto alboroto para que mamá al final supiera todo.

―Pensaba decírtelo...

― ¡No es cierto! ―Exclamé cruzándome de brazos. Estaba parada en el primer escalón de la escalera y decidí que sería mejor volver a sentarme en el mueble. Esto estaría bueno.

― ¿Quieres callarte? ―Preguntó mi hermano molesto. Eso me dio mucha más risa.

― Nop. ―Me encogí de hombros―. ¿Mamá sabías que tu hijo es un nenitas cuando se trata de una mujer a la que quiere de verdad?

Corazón TatuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora