Corazón Azul -12

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Capítulo 12

Cuando terminé mis compras con Summer, volví a casa con 6 bolsas en cada mano. Al final, Sum renovó por completo mi closet y no pude evitarlo. Primero, porque ella realmente tenía un gusto espectacular para la ropa y cada conjunto que hacía que me probara, me encantaba, además si tenía pensado cambiar, mis outfits1  también lo harían. Y segundo, sabía que se estaba distrayendo olvidándose de mi hermano en el tiempo que estuvimos probándonos ropa. Por más que quería entender, no podía. Jesús parecía confuso y aunque eso no me importaba, también me confundía. Summer era mi mejor amiga y no quería que sufriera, menos por mi hermano.

Faltaba poco para que las clases comenzaran. No quería volver a eso. Mis calificaciones eran buenas y ese no era el problema... la gente, era el problema. No quería ver a Abbie Brown nunca más en mi vida ni a sus amigas, tampoco quería ver a Andrew ni a sus amigos. Sabía que me había prometido cambiar o al menos, iba a intentarlo. Pero por más que quisiera ser valiente, sabía que no podría enfrentarme a todos ellos. Negué con la cabeza decidiendo dejar de pensar en eso, mientras tanto, no me iba a preocupar por ello. Al día siguiente tendría una cita e iba a preocuparme solo por eso ahora. Andrew no iba a estar más en mis pensamientos o eso iba a intentar.

Entrando a casa, leí la nota que estaba en la encimera de granito negro de la cocina. Mamá no estaba. Últimamente estaba saliendo mucho con la señora Doyle. Solté un suspiro, no importaba. Sólo quería darme un baño para luego acostarme a dormir. Cuando salí de la ducha, miré las bolsas en el piso de mi habitación. Debatiéndome entre acomodar la ropa o acostarme a dormir, pensé en lo injusta que resultaba ser la vida. Como si de alguna manera, las peores cosas les pasaran a las mejores personas. Pero yo no era una mejor persona. Al final, mi debate culminó conmigo echada en la cama dispuesta a dormir.

―Toma Kiara, un regalo para ti. ―Andrew me tendió una hoja de papel. Ambos habíamos estado dibujando y aunque él no era del todo malo, sólo dibujaba garabatos. Miré la hoja y no entendí el dibujo al momento. Era un corazón azul, parecía haber un lápiz al lado y en el centro del corazón estaba dibujado el número 7. Pero no entendía que significaba.

― ¿Qué quiere decir... eso?

― Es un corazón, azul porque quiero que sea diferente... ―Señaló el lápiz de al lado―, y este lápiz, es de tinta azul, como si hubiera dibujado el corazón con él.

― ¿Y el 7?

― Ambos tenemos 7 años. ―Sonreí. Ese dibujo era tan incoherente... no le encontré el sentido. Sin embargo, lo abracé. Era mi mejor amigo.

Me desperté con el sonido del timbre. Maldije en voz baja... me estaba gustando mi sueño. Era un lindo recuerdo, así se tratara de Andrew. Levantándome con toda la pereza del mundo, fui a abrir la puerta. El rastro de sueño que aun cargaba encima, desapareció en cuanto lo vi en la puerta, en mi puerta.

―Necesito explicarte.

Asintiendo, me hice a un lado para que pasara.

―Abbie estaba de cumpleaños ayer... no fui a su cumpleaños para salir contigo. Se enfadó conmigo. ―Me miró, pero no dije nada―. Me fui detrás de ella sólo por un minuto. Necesitaba explicarle...

―Siempre tienes explicaciones. ―Dije tajante.

―Cuando regresé, no estabas. ―Ignoró mi comentario anterior―. Me desesperé. Tuviste que venir sola a casa y Kiki, yo... lo siento.

Medité por unos segundos. No era para tanto. Si a él no le importaba, a mí tampoco.

―No importa ya. Tranquilo.

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