Jarabi (#1 Mc Reyes Demonios)

Capítulo 6

Capitulo Editado 

Killian

Dos meses después...

Hace dos meses que mi Bella me dio la oportunidad de conquistarle; me siento el hombre más afortunado. Por el momento, no hay señal de Neón ni de Diablo. Eso no me deja nada tranquilo; reforzamos más la seguridad en el club. Por otro lado, Asim ya consiguió un local cerca del club; hará su taller de motos y automóviles, y también tendrá arriba lo que será su departamento.

Reemplazar a Asim fue muy difícil para nosotros, en especial para mí. Tuvimos que elegir un nuevo vicepresidente del club; se llama Seth, lleva años con nosotros. Todos los hermanos y las chicas del club lo respetan, se merece el puesto. Empezamos el festejo por el ascenso de Seth como nuevo vicepresidente; él tiene que hacer un discurso.

—Atención a todos, el vicepresidente va a decir unas palabras —dice Asink por el micrófono. Se lo pasa a Seth.

—Gracias a todos, no tengo cómo agradecerles por haberme elegido como el vicepresidente, no tengo palabras para decir lo que siento ahora. Solo les digo que prometo proteger al club, ser un buen vicepresidente. ¡Ahora hay que celebrar! —dice y comienzo a sentir mi teléfono vibrar; lo saco de mi bolsillo, veo que es Arlette y contesto.

—Hola, Bella, ¿qué sucede? —pregunto.

—No soy tu bella, idiota, soy Diablo, ahora mismo estoy con ella en mi club. ¿Quieres divertirte con nosotros? Adiosito —responde en forma burlona y cuelga el teléfono.

—Se terminó la fiesta —grito enojado y desesperado. Al mismo tiempo me levanto del sofá y comienzo a caminar hacia la salida hasta que me topo con Asink.

— ¿Qué pasó, hermano? —cuestiona con extrañeza. Mientras se acerca Asim, empiezo a empujar a todos los que están en mi camino.

—Tengo que ir a buscarla, está en el club enemigo; si alguien quiere ir conmigo, que lo haga —contesto enojado.

Llegando al club de los Ángeles Kings, saco mi arma y nos dirigimos directo allí. Veo que hay dos prospectos en la entrada. Miro a Asim, me muestra la jeringa con el sedante, asiento como una señal de que los duerma. Camina detrás de ellos y a uno le inyecta, después al otro; me hace la señal de que podemos entrar.

— ¿Diablo, dónde está mi mujer? —grito. Él aparece aplaudiendo y sonriendo.

— ¡Bravo! Tu noviecita está con mi hermana. ¿En serio pensaste que le haría algo a tu novia? Jamás lo haría. En realidad quiero hacer una tregua contigo —dice y se empieza a bajar y camina hacia mí.

— ¿Cuál es esa tregua? —pregunto mirándolo.

—Igual que tú, no quiero que le pase nada a Arlette, quiero protegerla como tú. Conozco al club que quiere a Dora, tráeme a Dora, voy a dársela al sujeto y caso resuelto —responde y me quedo pensando por unos segundos.

—Está bien, trato hecho, pero si me llego a enterar de que es una trampa, te descuartizo, Diablo. ¿Dónde está mi chica? La quiero ver —le digo mientras él me mira. Hace una llamada con su teléfono.

—Tráela —dice y cuelga. Un minuto después la traen y él le agarra del brazo.

— ¡Auch!, sé más cuidadoso —dice mi Bella. Diablo rueda los ojos y me lanza a Arlette, pero ella cae en el piso. Le ayudo a levantarse, inspecciono si no tiene ninguna herida.

— ¿Estás bien? —le consulto.

—Sí lo estoy —responde y mira a Diablo con odio. Le abrazo.

—Qué románticos, pero ahora quiero que salgan de mi club. Acuérdate del trato, trae a Dora —dice Diablo mientras que se da la vuelta para subir la escalera. Nos dirigimos rápido hacia la salida. Una vez que salimos, nos vamos hacia mi moto y le subo a mi Bella en la parte de adelante; se recuesta por mi pecho y sonrío. Arranco la moto y nos dirigimos al club.

Una vez en el club, trato de levantar a mi Bella, ya que se quedó dormida. Le cargo estilo princesa y me voy hacia la escalera para dirigirnos a mi habitación. Le pongo en la cama y me dirijo hacia la puerta; ella toma mi mano impidiendo que lo haga.

—Quédate conmigo, duerme conmigo —susurra. Asiento y me quito mi chaleco, mi remera, mi jeans y me quedo en bóxer. Me acuesto al lado de ella, se remueve y se queda abrazándome.

—Te quiero, Killian —susurra. La miro y sonrío.

—Yo también te quiero, Bella —le digo mientras le acaricio el pelo. Mis ojos empiezan a cerrarse y me duermo.