Jarabi (#1 Mc Reyes Demonios)

Capítulo 7

Capitulo Editado

Killian

Me levanto. Siento que Arlette no está en la cama; eso me da un poco de pánico. Me dirijo a mi ropero, me pongo mi jeans, mi chaleco, salgo de la habitación y escucho risas por toda la cocina. Miro a Asink y a Arlette preparando el desayuno. Me acerco a ella, le abrazo por la parte de atrás y le beso la mejilla.

—Buenos días, mi Bella —le saludo mientras ella se da la vuelta.

—Buenos días, cariño —dice sonriendo mientras se acerca y me da un beso. Escuchamos a alguien aclarar la garganta.

—Hello, hay alguien aquí que no quiere ver escenas románticas. Gracias —dice Asink sosteniendo un cucharón y señalándonos.

— ¿De qué se reían hace un rato? —pregunto cambiando de tema.

—Asink me contaba las cosas que hacías de niño —dice Arlette riendo. Miro a Asink fulminándolo. Los dos se miran y empiezan a reír. Pienso que puedo vengarme y tengo una idea.

—Asink, ¿te acuerdas de esa vez que...? —empiezo.

—No lo digas —me interrumpe amenazándome.

—Cariño, suéltalo, no me dejes con la intriga —dice Arlette.

—Asink se quedó atascado en el inodoro —digo rápido. Arlette empezó a reírse.

—Y... Killian se quedó atascado en el basurero —cuenta Asink. Mi bella ríe aún más.

—Asink se atascó con un pollo que estaba en su cabeza —cuento yo y todos empezamos a reír porque es cierto.

—Paren, me voy a orinar todo, cariño, ¿no irás a trabajar? —consulta bella y empiezo negar divertido.

—Voy a pasar todo el día contigo —le digo acercándome hacia ella y la beso. Escuchamos a Asink aclarar la garganta otra vez.

—No quiero sobrinos todavía, ¿sí? —dice Asink burlándose mientras que se va a su habitación. Ruedo los ojos, empezamos a reírnos, mi Bella se para y se dirige hacia a la habitación y yo la imito; se da vuelta una vez que estamos adentro.

—Así que estarás todo el tiempo conmigo —me dice acercándose más; me da un beso. Al comienzo era lento, después fue intenso. Se separa sonrojada.

—Lo siento, yo no estoy lista todavía —manifiesta apenada.

—Esperaré, amor —le aclaro poniendo mis manos en sus mejillas.

—Quiero salir, ¿adónde podemos ir? —pregunta.

—Tengo una sorpresa, lo planeé todo —le digo mientras me acerco a darle un beso; ella me mira con sorpresa.

— ¿En serio? —pregunta. Asiento y sonríe.

—Te quiero, Killian —dice abrazándome.

—Te quiero, Arlette —le declaro besando su frente.

—Vamos a ducharnos, después vamos por tu sorpresa, Bella —susurro. Me mira y asiente.

—Vamos, pero no vamos a bañarnos juntos, yo primera en la ducha —dice riendo mientras sale corriendo y yo le sigo.

—Amor... —digo antes de que entre al baño.

— ¿Qué pasó? —pregunta.

—Esto es una cita —le digo.

—Es una cita —confirma sonriendo.

Una vez que nos bañamos y preparamos todo, es hora de ir a nuestra cita. Nos tomamos de la mano y nos dirigimos a la moto.

— ¿Vamos a ir en la moto? —pregunta.

—Sí, iremos en la moto, Bella —le contesto y le pongo el casco rosado extra que compré solo para ella.

— ¿Es rosado? A mí no me gusta el rosado —dice con un puchero y una mueca de asco.

—Vamos, te subo a la moto —le digo ignorando su queja.

—Pero vamos a cambiar de casco, no me gusta el rosado —dice con los brazos cruzados; yo bufo y a regañadientes me quito el casco.

—Toma —le digo mientras que le paso el casco negro y ella me entrega el casco rosado.

Subimos en la moto. Ella para sujetarse pone su mano en mi cintura. Sonrío, arranco y nos dirigimos a nuestra primera cita oficial.

Llegando al parque de diversiones, nos bajamos y empezamos a caminar hasta los juegos. Bella se pone en modo niña y empieza a correr hasta un juego de pistolas mientras que la sigo. Pago el juego y empezamos a jugar, juego tras juego. Me di cuenta de que estábamos anocheciendo.

—Ven, Bella, te quiero llevar a un lugar —susurro en su oído. Me mira sonriendo, asiente, le tomo de la mano y le subo en la moto. Llegamos a la montaña y vimos el hermoso atardecer. Dios, me estoy volviendo mujer, no puedo creer lo que me está pasando con esta mujer.

—Bella, ¿quieres ser mi novia, solo mía? —pregunto y ella me mira asombrada.

—Sí quiero, Killian —dice.

—Me haces mejor persona, eres mi mujer, solo mía, Bella —le galanteo besándole.

—Soy tuya, Killian, como tú eres mío —dice de manera posesiva.

—Me encanta cuando tienes la voz posesiva, Bella —le comento sonriendo. Comienzo a acariciar mi pulgar en su mejilla, y cuando acerco mi cara a ella, mis labios al igual que los de ella se juntan hasta que la respiración se dificulta.