Capítulo 5

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Al llegar a mi hogar, mi querido compañero perruno me recibe con esa calidez que cada persona merece. También, la pantalla del celular se enciende indicando que me llegó un mensaje, es de Evan...

Muyaya, ¡Estás viva!

Obviamente ¿Acaso me extrañabas?

¿Quién sabe?

"Mierda, no me esperaba esta respuesta"

Exacto, ¿Quién sabe?

:D

Pero bueno, háblame de tu día.

Nada interesante, solo clases y hablar con mis amigas.

Suena divertido.

Lo es, hasta que alguien habla de lo que no debe.

¿Se puede saber qué pasó?

Mi amiga me apoya en mi sueño, pero tiene conflictos internos debido a mis constantes prácticas.

¿Y cuál es?

Quiero dedicarme profesionalmente a la danza clásica.

Eso suena increíble, no me imagino lo talentosa que has de ser como bailar ballet.

No se vale solo del talento en este deporte, también es necesaria la práctica.

¿Y qué tanta práctica o experiencia tienes?

Desde los tres años, saca tus cuentas.

¡¿Trece años?!

Ostia, has de ser una profesional a estas alturas.

Más allá de esa parte de la conversación no tiene relevancia. Simplemente hablamos de cosas más triviales o sin sentido. Sin embargo, es grato poder conversar con alguien como él...

Caída la noche, sigo hablando con Evan. Sus chistes no son los mejores, pero su alegría se contagia a través del parlante del celular. Él me llamó hace una hora por Messenger y de ahí que estamos hablando.

—A ver si entendí bien, ¿te gusta Mägo de Oz? —respondo con un simple sí —, ¿cuál es tu canción favorita?

Quiero morirme en ti —comento con una sonrisa.

Lo quiera o no, esa canción me hizo llorar mucho la primera vez que la oí. Me fascinó su letra y el sonido de los instrumentos. Desde que conocí a esa banda hasta el día de hoy, ha sido una gran influencia en mi vida... No podría pensar que sería de mí sin esta banda.

—Y dime niñata ¿Cómo estuvo tu día? —"Tenías que preguntar eso" —Muyaya, ¿Sigues ahí?

—¡Ah! Sí, sigo aquí —susurro.

Pongo mis dedos en el puente de mi nariz y cierro los ojos. Los recuerdos de este día no son muy gratos para mí... "Mónica conchasumadre". Sus insultos ya ni siquiera me afectan, pero a otros niños del liceo sí. Y no quiero que se sientan de la misma forma que me han hecho sentir a mí un sin fin de veces.

"Tengo que frenar esto de una vez por todas si quiero evitar que más gente salga lastimada"

—¡Neo! ¡Responde! —El grito de Evan me devuelve a la realidad—. Hostia, no me vuelvas a asustar así. —Puedo oír que suelta unas cuantas maldiciones—. Nombraste a una tal Mónica y luego te quedaste en total silencio. —"Mierda, seguramente lo dije sin darme cuenta" —, dime ¿Esa tía te ha hecho daño?

BelovedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora