〖️ v e i n t i d o s 〗️

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『️ – No juegues conmigo – 』️







Habian pasado varios días desde que el menor habló con Samuel y las horas de clases transcurrieron con normalidad por el momento, y nada del otro mundo se hizo presente, haciendo el día más largo para Guillermo, el cual entre suspiros mirada la comida frente de él, ya que ahora se encontraba en la cafetería con Frank.

— Hey ¿Que sucede? No te ves muy animado como los anteriores días — mencionó llevando una cucharadas de comida a su boca — ¿Qué paso? ¿No fuiste a ver a De Luque? — aquella pregunta hizo a Díaz morder su labio inferior.

— No quiero hablar de él en este momento — comentó posando sus manos dejaba de la mesa para jugar con sus dedos.

— ¿Por qué? ¿Se pelearon o algo? — cuestionó dejando su plato de lado para mirar atentamente al mayor y esperar su respuesta.

— ¡Solo no quiero! — gritó golpeando la mesa y llamando la atención de todos, cosa que hizo al propietario sonrojarse y bajar la mirada avergonzado — Perdón, yo solo... no quiero hablar de ello ¿vale?

Frank se quedó callado unos segundos viendo la expresión herida de su primo para luego hablar.

— Vale, perdón por insistir — mencionó levantándose de su asiento, logrando sentir como alguien agarraba su brazo con fuerza — ¿Qué haces Guillermo?

— No te enojes conmigo por no decírtelo — aquellas palabras sorprendieron al menor, pues era la primera vez que Díaz le pedia algo como eso, ya que habían pasado por una situación igual, aunque el azabache no estaba de ese humor.

— No me enojare, solo prometeme que luego me contaras ¿vale? — el contrario asintió, provocando que Garnes sonriera dejándolo solo, no sin antes decirle; — Sea lo que sea, que allá pasado entre ustedes dos, deben arreglarlo.

Díaz pensando eso se levantó de su asiento y se encaminó hacia los pasillos para dirigirse hacia la azotea, donde siempre iba cada vez que quería pensar algo.

Al llegar a las escaleras comenzo a subir y cuando llegó al último escalón abrió la puerta y camino hacia la barandilla, donde se recargo un poco y miro las bellas vistas que tenía, aunque una voz interrumpió su tranquilidad.

— Hermoso ¿verdad? — se volteo viendo como la figura de Samuel se acercaba hacia él y se colocaba a un lado mirando el paisaje.

— ¿Qué hace aquí? — preguntó con un poco de frialdad en sus palabras, cosa que el castaño noto, pero decidió no decir nada a cambio.

— Solo vine a tomar un poco de aire, no viene mal estar solo luego de un largo día — comentó recargando sus brazos en la barandilla.

— ¿Quiere estar solo? Pues lo dejaré solo — exclamó comenzando a caminar, pero el agarre en su brazo se lo impidió.

— ¿Qué sucede contigo? — cuestionó arrugando su entre cejó — Primero haces todas esas cosa ¿y luego así como así me ignoras? — añadió jalando el brazo del menor hacia él.

— ¡¿A tí que te pasa?! — gritó tratando de alejarse del mayor, ya que su corazón comenzaba a doler — ¿No que odiabas que me acercara a ti? ¡¿Por qué ahora te preocupas por si te ignoro o no?! — dijo con la voz entrecortada —... Ya sueltame.

Quiso irse pero Samuel no se lo permitía, no quería dejarlo ir, y no sabía el por qué estaba haciendo algo como eso.

— Jamás dije que lo odiaba ¿o si? — dejó escapar inconscientemente mirando directamente las mejillas sonrojadas del azabache — Guille–

No juegues conmigo — murmuro a punto de llorar, pero no quería verse lamentable enfrente del Samuel, aunque no pudo aguantar las más lágrimas cuando el castaño lo abrazo.

️mom's new boyfriend; ωιgєттαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora