Bloodborne - Una noche diferente

El cuervo aparece

Antes de nada quiero decir que vivo enamorado de esa imagen joder es perfecta y ya sabemos lo que dice Eileen "Un cazador debe cazar" Debo avisar que voy a cambiar el modo de redactar ya que el tema de escribir los diálogos entre " me gusta bastante pero siento que hay momentos en los que se me hace complicado, así que lo haré a la antigua, además de redactar en tercera persona :v además (tercera vez que digo además) pondré referencias a ver si las pilla alguien (ZobaMoon ejem ejem) aquí os dejo el capítulo :3

(ZobaMoon no me mates pls)

Y ahí estaba otra vez, aquel espacio en blanco e infinito en el cual se encontraba nuestro cazador y al igual que la ultima vez, no podía moverse de ninguna forma y eso le angustiaba.
Aquella figura que apareció la última vez estaba de vuelta, pero en esta ocasión era más nítida, nuestro cazador pudo observar como esa forma era parecida a una mujer aunque aún no podía confirmar nada y como la última vez, despertó.
El cazador se despertó en su silla en la capilla de Oedon agitado y sorprendiendo a las niñas y a la pequeña criatura.

- Cazador, ¿Estás bien? – El pequeño amiguito miraba con duda al cazador mientras que las niñas se acercaban curiosas, dejando de lado las muñecas con las que estaban jugando.

El cazador se limitó a asentir y levantarse de la silla estirándose por las largas horas sentado. Luego de unas pequeñas charlas entre las niñas y varios consejos del pequeño amiguito salió decidido a acabar con la bestia sedienta de sangre que se encuentra en viejo Yharnam, aunque el miedo de saber que le haría Djura por tocar una de las bestias que se encontraban en viejo Yharnam estaba presente, pero debía ser fuerte y acabar con esa bestia para tener acceso a la lámpara. Cuando llegó a viejo Yharnam miró hacia la Torre y asintió dándole a entender a Djura que no cometería un error. El cazador subió a la torre para hablar con Djura.

- Hola cazador, ¿Que te trae por aquí? – preguntaba el polvorilla mirando al cazador con la mejor sonrisa que podía dar.

No sabía cómo responder a ese acto tan bondadoso y sin nada de maldad, pero debía hacerlo por el bien de ambos.

- Voy a matar a la bestia sedienta de sangre – Dijo sin tapujos ni pelos en la lengua el cazador sorprendiendo a Djura.

El polvorilla cambió su sonrisa por una mueca de odio y se abalanzó sobre el cazador arrinconadolo en el borde de la torre. El cazador ya se preparaba para volver al sueño, cerrando los ojos esperando su destino se sorprendió al no recibir ningún golpe ni un disparo ni nada. Al abrir los ojos se encontró a Djura sentándose en su lugar mirando al suelo.

- Djura, sabes que debo hacerlo – El cazador se iba acercando, pero fue detenido por un disparo en el suelo cerca de su pie.

- Haz lo que tengas que hacer, pero no vuelvas aquí jamás – La mirada de Djura se volvió fría, pero se podía notar cierta tristeza.

El cazador solo asintió y se dirigió al lugar de la bestia.Salió corriendo en dirección a aquella iglesia donde se encontraba la bestia, después de esquivar decenas de bestias, iba a respetar la promesa de Djura cueste lo que cueste. Por fin llegó a aquel lugar. La bestia estaba parada en el fondo de la sala y lo miraba fijamente con una mirada que irradiaba ira y una sed de sangre muy grande, tanta que el cazador se sentía presionado. Poco a poco el cazador avanzaba mientras desplegaba el bastón. El cazador aceleró paso mientras que la bestia se dedicaba a observar al cazador hasta que se hartó de esperar y esta se abalanzó sobre el cazador, pero este lo esquivó rodando por el suelo para acto seguido lanzar un latigazo a sus piernas pero la bestia lo esquivaba sin problemas. El cazador lanzaba golpes sin éxito mientras que se dedicaba a esquivar los ataques de la bestia. No podía acertar ningún golpe y eso le frustraba, mientras que la bestia ya había acertado un par dejando al cazador aún más cansado de lo que estaba. En mitad del fragor de la batalla el cazador consiguió acertar un golpe pero este solo logró crear un rasguño en la gruesa piel de la bestia a la vez que esta se cabreaba aún más.