Más que un hobby (2)

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-  María, a ti te he buscado otro lugar. - Decía con una sonrisa maligna

- ¿Cual? - Preguntaba curiosa.

- Te quedaras en casa de Jack. - Dijo mirando a Jack el cual estaba embobado jugando con Steven.

Al escuchar su nombre levantó la cabeza y Miró a Eileen.

- ¿Que?...

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- ¿Que? - Preguntaba Jack el cual no se había enterado de nada.

- Digo que María vivirá contigo - Repitió con sarna Eileen.

La sonrisa de Jack cambió por una cara de sorpresa total. Las pequeñas risas de Steven por la cara de Jack se escuchaban muy tiernas para los oídos de Zoba. Mientras que Alder comenzó a reír a carcajadas intentando no doblarse por la risa.

- Espera, espera, espera... Yo rescato, no acojo. Lo sabes de sobra Eileen - Replicaba Jack.

- Oh querido, en el momento que rescatas estas abierto a cuidar. - Contestó burlesca.

Jack cayó inmediatamente, conocía muy bien aquel contrato extraoficial que hizo con Eileen.

Si rescatas estas dispuesto a cuidar.

No sabía muy bien por que aceptó, ni siquiera sabía en que momento Eileen pensó eso. todos modos lo más preocupante no era eso, no. Lo más preocupante es que Eileen era terca como una mula y no iba a retractarse. Si decidió que María viviría en su casa, así sería. Mirándolo bien tendría compañera de piso y alguien con quien poder charlar.

Mientras que Jack se debatía si seguir discutiendo o dejar el problema de lado, Alder seguía riéndose, ahora menos, pero seguía haciéndolo.

- Te ha tocado la lotería macho - Decía entre carcajadas.

Alder se ganó una mirada de asco por parte de Jack el cual suspirando pesadamente aceptó con un simple sí Desganado, cosa que María noto.

- Pues ya está todo hecho. Venga, a empacar cosas que os vais esta misma tarde.

María y Zoba se miraron.

- No tenemos nada de ropa... - Río Zoba.

María se dispuso a hablar pero un grito de angustia se escuchó en la puerta. Todos se giraron y vieron a una mujer rubia, delgada aunque no exagerado. De ojos celestes y labios finos.

- ¡Eso es imposible! Ahora mismo vamos a comprar ropa a estas señoritas. - La mujer se acercó rápidamente a ambas jóvenes mirando sus rasgos - Definitivamente hoy tendréis ropa nueva y preciosa.

Las hermanas se miraban extrañadas.

- No tenemos dinero - Dijeron al unísono.

La mujer río por ello y de su bolso sacó una tarjeta que de un movimiento de manos se convirtieron en unas 5

- Ese no es problema para mí - Dijo sacando la lengua.

¿Y quien es esta mujer? Pues...

- Iosefka... ¿A quien le has quitado las tarjetas esta vez? - Decia Alder mientras se llevaba una mano a la cara.

Bloodborne - Una noche diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora