–¡Liz! –me gritó uno de mis amigos desde la distancia. –¡Sal de ahí, es peligroso!
–Sé que puedo hacerlo. –dije sujetando mi espada con firmeza.
–¡No hagas una locura, Jones! –gritó mi amigo, desde un lugar seguro. –¡Sal de ahí antes de que te chamusque!
Vi como la gran criatura se alzaba sobre mi, su cuerpo recubierto de fuertes escamas que hacían imposible hacerle daño con las espadas. Con sus ojos verdosos me miraba, abrió la boca echando una gran llamarada de fuego.
Me escondí detrás de una roca para evitar quemarme pero el fuego consiguió quemar un poco de mi camisa hecha de tela que sobresalía. Cuando el dragón estuvo distraído corrí hacia donde se encontraban mis amigos para acordar que era mejor alejarse, e intentar solucionar este problema de otra forma.
Cuando íbamos a escapar sentí como me agarraron elevándome en el aire. Me retorcí en el agarre de aquella criatura viendo como abrió la boca, dejándome ver sus afilados dientes. Escuché los gritos aterrados de mis amigos y el dragón comenzó a acercarme a su boca cuando...
¿Qué? ¿Queréis saber cómo llegué hasta ahí? Entonces acompañadme para descubrirlo.
Me encontraba haciendo mi maleta por segunda vez para irme de viaje con mi clase a un pueblo antiguo para ver sus castillos y parajes, y así aprender más sobre la historia antigua de nuestro país. Cuando estuve satisfecha con la maleta, la cerré con la cremallera y un pequeño candado, y salí de mi casa para ir al encuentro con el resto de mis compañeros.
No iba demasiado arreglada, ya que el viaje sería largo y prefería ir cómoda antes de elegante. Yo me conformaba con mi atuendo actual; unos vaqueros, unos botines negros y una camisa de manga corta de color gris con un estampado de unas pequeñas huellas de perros. También me até a la cintura mi cazadora vaquera por si tuviera frío en algún momento, la verdad es que era algo friolera.
Cuando llegué al lugar del encuentro algunos de mis compañeros me saludaron y me junté con mi grupo de amigas. El profesor llegó casi al mismo tiempo que el autobús algo que nos hizo gracia ya que nuestro tutor solía ser muy puntual a la hora de llegar a los sitios. Todos dejamos nuestras maletas en el amplio maletero del autobús y me senté al fondo junto con mi mejor amiga Alessa.
–Qué emoción, estoy deseando ir a ver todos esos castillos tan antiguos. –dije con emoción, y mi amiga se rio ante mi reacción. –No te rías, Alessandra.
–¡No me llames así! Dime Alessa. – su sonrisa se borró y me miró mal, ella odiaba que la llamaran por su nombre completo. –Y sí, yo también estoy deseando de ir a ver esos castillos. Aunque la más emocionada eres tú.
–La verdad es que sí, estudiar arqueología siempre ha sido mi mayor sueño. –sonreí emocionada. -Y ahora lo estoy cumpliendo.
–Bueno, pues cada vez falta menos para que lo cumplas. –me dijo, abrazándome por los hombros –Sólo tienes que esperar 4 años, apenas ha empezado el curso y ya se me hace eterno.
–A mi se me pasará rápido, con lo que me gusta se me hará ameno. –sonreí.
Alessa se durmió a la mitad del trayecto, apoyando su cabeza en mi hombro. Por mi parte me dediqué a mirar el paisaje; pasamos por varios pueblos, y en cada uno el campo era diferente. Hice varias fotos al increíble horizonte que veía por la ventana, sobre todo al lago que rodeamos con el autobús.
También me entretuve hablando con mis compañeras que habían sentadas detrás de nosotras, hablamos en voz baja para no despertar a Alessa, cuando la despertaban sin ningún motivo solía reaccionar de forma violenta y se pasaba el resto del día con mal humor.
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Desmadre Medieval
Teen FictionLizbeth Jones estudia para ser arqueóloga, su sueño desde que era pequeña. En su universidad deciden hacer un viaje a un pequeño pueblo rural, donde hay varias excavaciones de gran importancia. Un día todo eso cambia. Sin saber cómo ni por qué, ell...