Hacía dos semanas que habíamos partido del castillo para que los gobernantes de las criaturas firmasen el tratado de paz. Imra había estado muy cariñosa conmigo últimamente haciendo que Cassandra estuviera enfadada conmigo todo el tiempo, no podía ni saludarla sin que ella me mostrara un gesto de desagrado hacia mí. Amelia y Dana aprovecharon eso para también ponerse cariñosas conmigo mientras se reían al ver las reacciones de Cassandra. Mis amigos encontraban divertido la situación y no hacían más que seguir provocando a la suerte, es decir, que la princesa no me hablase jamás.
Ahora nos encontrábamos en un claro rodeado de árboles con una pequeña fogata, la noche nos había pillado de imprevisto y tuvimos que apañarnos con los escasos materiales que habíamos encontrado. Eros estaba un poco asustado por estar en esta parte del bosque, la cual decían que es la más peligrosa.
–¿Falta mucho para llegar al mar? –pregunté cruzándome de brazos y apoyándome en Gus.
–No creo que falte mucho, como máximo podemos tardar cuatro horas más. –comentó Imra con una sonrisa. –Mañana ya tendremos la penúltima firma, la de las sirenas.
–Siempre me han fascinado las sirenas, estoy emocionado por conocerlas. –dijo Parzival emocionado.
–Pues espero que no te hechicen con sus cantos y te ahoguen en el mar. –comenté viéndole con curiosidad. Él frunció el ceño molesto y los demás rieron. –No me mires así, es la verdad.
–En eso tiene razón, en la biblioteca de mi padre hay libros de esos y todos dicen lo que Liz nos acaba de contar. –Amelia me apoyó, ella estaba tumbada en una cama improvisada al lado del fuego. Dana dormía junto a ella como si fuera un tronco, no se despertaba por nada.
–Es por eso que le pedí a Luna que me trajera unas cosas que nos podrían ayudar. –les entregué un par de tapones para oídos. –Nos los pondremos en los oídos y así no escucharemos las canciones si nos cantan.
–Gran idea, Liz. El futuro me llama la atención. –comentó Eros viendo el objeto con curiosidad.
–Tampoco te pierdes mucho.
****
La noche pasó con tranquilidad menos cuando Amelia decidió asustar a Eros, mi amigo gritó asustado y se levantó como si hubiera sido movido por un resorte. Después de reírnos durante un rato y él se tranquilizó, nos volvimos a dormir para descansar.
A la mañana siguiente seguimos con nuestra travesía tras desayunar, la comida comenzaba a escasear, teníamos que comprar en el pueblo más próximo si queríamos tener para el regreso. Imra se ofreció a llevarme e ir nosotras primero pero me negué, quería ir con los demás.
Al rato comencé a notar la suave brisa del mar, el olor era inconfundible y no pude evitar sonreír. No había visto el mar desde que llegué a esta época, y esa era una de las cosas que más extrañaba de mi tiempo, el ir a la playa, ver el océano y escuchar las olas romper contra las rocas.
Ahora estábamos entrando en el verano y mis ganas de ir a la playa aumentaban, me gustaría regresar un día a mi época sólo para ir un poco a la playa, espero que a Luna y Fred no les importe si lo hiciera.
Cuando todos vieron el mar soltaron un jadeo de emoción, todos tenían sonrisas en sus rostros y no pude extrañar también mi móvil para hacer una foto de este momento. Nos fuimos acercando con cuidado al agua cuando unas sirenas comenzaron a emerger del agua.
Algunas comenzaron a cantar pero gracias a los tapones no las escuchábamos, al ver que sus cánticos no nos hacían efecto, se presentó la que creo que era la reina. Comenzó a hablar pero solo veía que movía los labios, no escuchaba nada. Sentí como si alguien me llamase pero lo ignoré y me dediqué a ver el paisaje, seguramente eran las sirenas para provocarnos. Dana se puso frente a mí, empezó a hacer me señas y señalaba sus oídos, me quité los tapones pero fue una mala idea.
–¡LIZBETH! –gritó Amelia en mí oído. Me tapé los oídos adolorida.. –Lo siento.
–Dios, casi me dejas sorda. –me quejé haciendo una mueca. Me levanté de nuevo y miré a mis amigos. –¿Qué ocurre?
–Bienvenidos a mi territorio, humanos. –saludó la reina sirena. –Me presentaré, me llamo Aqua y soy la que gobierna estos mares. ¿Qué puedo hacer por vosotros?
–Venimos en nombre del Rey para ofrecerte un tratado de paz, así ninguno de nosotros atacará al otro, reinará la paz y la armonía. –expliqué enseñándole el tratado, escrito por escribas del Rey.
–Me parece justo, estaba esperando esto durante mucho tiempo. –tocó el papel y una rubrica apareció en el tratado. Me sorprendí pero no dije nada, todo esto de la magia todavía me sorprendía. –Me alegra de verte otra vez, Imra.
–Yo igual, hacía siglos.
Imra y Aqua se quedaron hablando mientras los demás nos quedábamos en la orilla algo apartados. Nos pusimos los tapones de nuevo para evitar algún error, vi como Eros comenzó a andar medio tambaleándose al agua donde una sirena lo llamaba.
Lo habían hechizado.
Antes de que pudiéramos reaccionar, Dana llegó a dónde se encontraba Eros en un rápido movimiento. Empujó a la sirena de regreso al agua, y arrastró a nuestro amigo con nosotros, pese a sus quejas.
–Déjame, quiero ir con mi amor. –dijo atontado.
–No. Estás hechizado, lo que dices no es verdad. –aclaró Dana cruzándose de brazos, parecía algo celosa.
–Vosotros no lo entendéis, estoy solo. Liz tiene a Cassandra; posiblemente Amelia se quede con alguien más y Dana también. –todos lo miramos extrañado. -Los emparejo porque estarían bien juntos, y Parzival tendrá a alguna chica hermosa. Quiero ir con mi amor.
Se intentó levantar de nuevo pero Dana lo sentó en el suelo a la fuerza y le propinó una buena cachetada, sonó feo ya que también le giró la cara. Todos nos quedamos conmocionados. Eros nos miró confundido y llevándose una mano a la mejilla, la cuál ahora la tenía colorada.
–Eso duele. –se quejó.
–Al menos lo tenemos de nuevo, esta vez ponte bien los trastos estos. –refunfuñó Dana mirando detenidamente a Eros.
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Desmadre Medieval
Teen FictionLizbeth Jones estudia para ser arqueóloga, su sueño desde que era pequeña. En su universidad deciden hacer un viaje a un pequeño pueblo rural, donde hay varias excavaciones de gran importancia. Un día todo eso cambia. Sin saber cómo ni por qué, ell...