Eres mi prisión

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— No entiendo. — Le dijo Sofía a la bestia. — Quiero que me expliques qué eres y que es lo que haces aquí.— Le ordenó.

— No hay necesidad de que me exijas nada, — Le contestó la bestia con un tono irritado, parecía tener dificultad en controlar su paciencia cuando hablaba con ella, por un instante la joven pensó que él intentaría atacarla de nuevo — Nos guste o no, a menos de que encuentre una forma de escapar, vamos a seguir unidos hasta que mueras.

— Eso es si yo lo permito. — Le interrumpió Sofía, quien ahora sentía náuseas de tan sólo imaginar vivir toda una vida con esa criatura siguiendola, observándola de por vida. Se volvería loca.

— Lo primero que tienes que saber es que yo no quiero estar aquí. — Los hoyos negros que tenía por ojos, observaban a la joven sin parpadear. La inmensidad de esa mirada hacia que el corazón de Sofía se acelerará con tan sólo imaginarse ser  absorbida por ellos —  ¿Quién soy yo? Provengo de un mundo paralelo a este, no soy de otro planeta, más bien sería de otra dimensión. La Tierra y mi mundo son el mismo, pero los dos son el reflejo el uno del otro. ¿No sé si me explico?

— No, — Le contestó luego de unos segundos de silencio — pero continúa.

— Hace muchos siglos que mi especie encontró la forma de viajar a otras dimensiones, lo cual nos ayudó a avanzar tecnológicamente de una manera impresionante. Esta dimensión es una de las doce dimensiones en la cual no solo hemos encontrado vida, sino que también encontramos vida inteligente. — Continuó la criatura con su relato— Al principio tratamos de comunicarnos con los humanos, e incluso ayudarlos, pero encontramos que era una tarea difícil. Ustedes son una especie supersticiosa, muchos de los humanos nos llamaron dioses, para otros fuimos demonios. Poco a poco la confusión fue aumentando hasta que dejamos de ser dioses para ser llamados solamente demonios. Los religiosos comenzaron una campaña en contra de nosotros. Muchos de los nuestros murieron en aquellos tiempos, al igual que algunos de los humanos. Así que decidimos cortar la comunicación con ustedes. Ahora sólo visitamos, los observamos, pero el contacto directo con ustedes está prohibido.

— Esta bien, — observó Sofía, está parte de la historia si la podía entender. Así que la criatura que tenía frente a ella era un demonio, con razón siempre le daba una sensación de que algo estaba mal cada vez que lo miraba. — eso no me explica que haces tú siguiendo mis pasos por todas partes. Es profundamente perturbador tenerte ahí en todo momento.

— Aún no terminó con mi historia. — Le dijo el demonio un poco irritado, su voz aumentó  de volumen y para relajarse el demonio respiró profundo antes de continuar con su relato — Siendo nuestras dimensiones tan diferentes a menos de que haya cierto tipo de tecnología envuelta, nosotros no podemos tocarlos a ustedes, o ningún objeto físico en esta dimensión. Por su parte, ustedes no nos pueden ver...

— Eso no es cierto, — Le interrumpió— yo te puedo ver.

— Si me dejas continuar te explicaré porque me puedes ver. — La criatura comienzo a caminar frente a la cama de un lado de la habitación hacia el otro. Parecía como si estuviese buscando los términos más simples para explicar su historia y que Sofía lo pudiera entender. — Tú me puedes ver por qué eres descendiente de algún humano que era parte demonio.

— ¡Ugh! — Exclamó sin poder evitarlo, no podía imaginar cómo una persona jamás podría tener algún contacto físico de esa manera con un demonio. Para Sofía ellos eran unos seres repugnantes.

— Los humanos y los demonios no podemos procrear entre sí. — Le explicó el demonio, el también reflejaba un poco de disgusto ante la imagen que seguramente se había formado en su mente. — Cuando aún teníamos contacto con los humanos, para hacer unas pocas de las interacciones más fáciles, al igual que para experimentar, algunos de los humanos se comenzaron a inyectar nuestra sangre. La combinación de los ADNs fue compatible. Aunque hubo humanos que sufrieron transformaciones drásticas. Eso fue una de las principales causas por las cuales ustedes comenzaron a temernos.

Un demonio en mi habitación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora