Capítulo 7: Indeseable N° 2

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*No One POV*

Harry se apartó de la discusión que sus amigos habían empezado. Sí, tenían el Horrocrux y sí, tenían varias ideas de donde podían estar los otros. Pero no estaban más cerca de destruirlos o de encontrarlos, lo que claramente ponía a sus amigos nerviosos. Harry se sentó en la entrada de la carpa, tomando la primera guardia y se sorprendió un poco cuando se encontró pensando en Alice. Había leído sobre el ataque a su pueblo antes de que el Ministerio cayera y sabía gracias a Tonks que la señora Classidy había muerto. ¿Dónde estaba ahora? ¿Había regresado a Hogwarts protegida por su estatus de sangre pura?

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.- dijo, apuntando la varita al viejo pedazo de pergamino que siempre tenía en el bolsillo. El Mapa de Merodeador le mostró a todos los estudiantes que habían regresado para el nuevo año escolar, pero por más que lo revisó no encontró el punto que rezaba "Alice Moon". ¿Estaba escondida con sus amigas? ¿Estaba sola? Y lo más importante, ¿estaba segura?

Hermione encontró respuestas a algunas de sus preguntas días más tarde mientras leía una copia de El Profeta.

-Harry.

El chico la miró. Ron estaba haciendo guardia y él se estaba encargando de preparar algunas cañas improvisadas para pescar. Su amiga no se movió ni dijo otra palabra, por lo que Potter se acercó a ella.

Lo primero que vio fue su foto, bajo la cual decía "INDESEABLE N°1". Pero eso no era nuevo. No, lo que era nueva era que debajo de su foto estaba la foto de Alice con la inscripción "INDESEABLE N°2" y una pequeña descripción de porqué el Ministerio la buscaba, junto con la recompensa que se ofrecía por entregarla viva; la cual era tan alta como la de Harry.

-¿Porque la están buscando? ¿Qué tiene Ali que Vol...?

-NO DIGAS SU NOMBRE- gritó Ron desde la entrada.

-¡Bien! ¡El Innombrable! ¿Qué tiene Ali que el Innombrable necesite?

Ninguno lo sabía.

Lejos de los chicos y su charla, Alice terminaba de poner los encantamientos protectores. Sus pensamientos giraban en torno a la foto de su cara y a la recompensa por su cabeza. Su abuela no le había advertido sobre todo esto y de repente le pareció que sería imposible sobrevivir a la guerra. 

-Ama Moon, Jules vio Carroñeros cerca de los límites de los hechizos.- la voz de la elfina estaba cargada de miedo y Ali supo al instante lo que significaba: las habían visto llegar y sabían que estaban allí. 

-Mierda. ¿Puedes desaparecer debajo de los encantamientos?

Jules negó con la cabeza.

-No puedo transportarlas a todas sola, ama. Los encantamientos consumen mucha magia y solo podría llevar a una persona más conmigo.

Ali lo entendía. Jules las acababa de transportar y había ayudado a poner los encantamientos. Comenzó a caminar de un lado a otro, pensando que hacer. No podían luchar, no sabían cuántos Carroñeros había. No podían esperar a que se fueran, podían quedarse sin recursos antes de que eso pasara. Una idea cruzó la cabeza de Ali y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza cuando la consideró. Su corazón se estrujó en su pecho al notar que era la única opción. Se separó de sus acompañantes y sacó de su mochila una mochila de repuesto en la que puso algunas de sus pertenencias.

-Bien, esto es lo que haremos. Kathe, ven aquí.

La niña se acercó y Ali la abrazó.

-Confía en Jules, cuida de ambas y manténganse a salvo. Te prometo que todo va a estar bien.- le dijo y luego se separó, poniendo su mochila en la espalda de Kathe. Besó su frente antes de apartarse. 

-Ali...

-Jules, eres la mejor elfina del mundo y tengo mucho suerte de que seas parte de mi familia.- continuó Ali, abrazando a su elfina. Cuando se separó se paró tan alta como era y miró a Pardalis. La lechuza se posó en su hombro y Ali entendió el mensaje.

-Ama Moon...

-Jules, lleva a Kathe al extranjero lejos de la guerra una vez que los Carroñeros se hayan ido y cuida de ella como si fuese tu ama. Enviaré a Pardalis a buscarlas cuando sea seguro de vuelta.

-Señorita Alice...

-Es una orden, Jules.- dijo Moon y la elfina asintió. Tres "te quiero" fueron susurrados en la noche y un último abrazo fue dado. Tres pares de ojos estaban inundados en lágrimas, algunas de las cuales rodaban libres por las mejillas de sus dueñas.

-¿Lista para la aventura?- le preguntó la Ravenclaw a su lechuza, que ululó como respuesta. Se colgó la nueva mochila a la espalda y se alejó de la carpa sin mirar atrás. Cruzó el espacio que la separaba de sus captores y atravesó sus propios límites de protección.

-¡Pon las manos en alto y la varita donde podamos verla!

Moon hizo lo que le pedían.

-¡Camina lentamente hacia nosotros!

Ali observó de reojo el límite de sus propios encantamientos, rogando que su sacrificio diera resultado y confiando plenamente en la capacidad de Jules de mantener a Kathe segura. Lo más probable es que las dos se fueran del país hasta que ella las convocara de regreso una vez finalizada la guerra. Inhaló profundo, intentando disminuir el dolor punzante en su pecho, y caminó hacia los Carroñeros que le apuntaban con varias varitas.

-¿Tu nombre, preciosa?

Les diría su nombre real, claro que sí. Su estatus de sangre la protegería y tal vez su castigo sería que la enviaran a Hogwarts. Podría planear una revolución desde dentro de colegio, estaba segura. No todo estaba perdido.

-Alice Moon Classidy.

Uno de los Carroñeros buscó su nombre en un pequeño cuaderno mientras otro la examinaba. Le quitó la varita de las manos y observó complacido las ropas que la chica vestía.

-¿Eres de Slytherin?

Ali recordó estar vistiendo su conjunto de la casa de las serpientes. La mantenía abrigada. Y pensó que, como era un miembro honorario de la casa, no habría mentira en asentir con la cabeza ante la pregunta. El hombre sonrió y la sujetó con menos fuerza, como si no quisiera dañar la carga valiosa. 

-Bien, te llevaremos al Ministerio y luego ellos te regresarán a Hogwarts. ¿Entendido?

Moon asintió una vez más, no confiando en su propia voz. Estaba lista para desaparecer rumbo al Ministerio hasta que el Carroñero de la lista habló.

-Jefe, tenemos un problema.

El hombre que la sostenía le indicó a otros dos que la sujetaran mientras él se acercaba al de la lista. Sus cejas se fruncieron y sus labios se transformaron en una línea.

-Órdenes son órdenes.- dijo, antes de tomar a Ali de nuevo y desaparecer con ella. La chica cerró los ojos durante el trayecto y pronto deseó no haberlos abierto nunca. Frente a ella no estaba el Ministerio, ni Hogwarts. No, frente a ella se encontraba la enorme reja negra que daba entrada a la Mansión Malfoy.

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¿Se reencontrarán Draco y Ali en el próximo capítulo? Ni yo sé.

Espero que les guste, gracias por leer :)

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