Capítulo 16: Invierno Eterno

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Kurapika despertó aquel día, sus ojos se sentían pesados después de haber llorado por la muerte de Shal. No recordaba siquiera en que momento se fue a la cama. Se levantó lentamente, Kuroro estaba durmiendo a su lado.

Se encontraban escondidos en un pequeño departamento de un edificio antiguo en un barrio aparentemente peligroso. Se levantó, tratando de no despertar al pelinegro y se dirigió a la pequeña cocina del departamento, buscando entre los cajones, necesitaba una taza de café.

Afortunadamente encontró todo lo necesario para preparar el café instantáneo que encontró.

-Buenos días- saludó la voz de Kuroro, y Kurapika se sobresaltó un poco.

-Buenos días.

Tomó una taza y hecho un poco del café que había preparado, entregándosela al pelinegro.

Él la recibió: -gracias- dijo antes de dirigirse a la pequeña televisión que había en la cocina y prenderla, para conocer las últimas noticias del día.

No había nada demasiado llamativo, sólo uno que otro robo menor, noticias sobre fraudes por internet y un incendio forestal.

Aún así Kuroro dejó encendido el televisor mientras bebía su taza de café recién preparado.

Kuroro parecía un poco distante y taciturno, la noche anterior había estado tranquilizándolo, pero la emoción del día anterior se había esfumado y ahora las cosas entre ellos eran muy tensas; después de todo él fue quien envío a Kuroro a la cárcel y por su culpa un inocente había muerto.

-Kuroro yo quiero disculparme, me equivoqué contigo... - comenzó a decir el rubio, esperaba que Kuroro lo mirará y aceptará sus disculpas; pero su mirada seguía puesta en el televisor.

-No tienes de que disculparte, todo es culpa mía por jugar con fuego -dijo con una voz fría y sin emociones - y por confiar en tí - agregó mirándolo, había algo extraño en sus ojos, era ¿Odio? Kurapika lo sabía muy bien, no sólo había arruinado su relación con Leorio, sino que ahora también había hecho lo mismo con Kuroro.

Aún se sentía confundido con respecto a sus emociones por él, pero al verlo ser tan frío y distante cuando anteriormente había sido todo lo contrario, era muy doloroso. No le gustaba aquella sensación.

-En las noticias principales -dijo la señorita en el televisor- tenemos un reporte de un tiroteo alrededor de las 6 de la tarde en el barrio de Hattan, no se encontraron a los responsables, pero si un cuerpo mutilado que colgaba cabeza abajo de las escaleras de incendios. Las siguientes imágenes pueden ser perturbadoras, así que recomendamos discreción o que sintonice otro canal- las siguientes imágenes eran de Shalnark, al verlas Kurapika sintió la necesidad de vaciar el contenido de su estómago así que se dirigió al baño rápidamente, sin embargo Kuroro permaneció ahí grabándolas en su mente, se aseguraría de que el culpable sufriera las consecuencias de sus actos.

Sus dedos habían sido amputados y su cuerpo colgaba como si estuviera crucificado solo que invertido, aquello le recordaba el símbolo detrás de su chaqueta de cuero favorita. Sus ojos habían sido arrancados, y habían cortes en todo su cuerpo. Expuesto como una forma de burlarse de él y lo sabía muy bien, era un mensaje de su hermano.

-¡Líder!-irrumpió uno de sus compañeros, llevando consigo un paquete -Dejaron esto para ti, en la entrada. No sé cómo nos localizaron.

Kuroro acercó el paquete a su oído, moviéndolo un poco para escuchar su interior, por lo menos no parecía ser una bomba. Abrió el paquete con cautela, aún podría ser una trampa; y se encontró con los dedos mutilados de Shalnark y sus ojos muertos observándolo. Cuando Kurapika vió el contenido del paquete volvió al baño, su rostro estaba pálido y la brutalidad de los actos del hermano de Kuroro le enfermaban; tal vez si no hubiese sido por Shal él hubiese estado en aquella pequeña caja.

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