Capítulo 6: Un viaje peligroso

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-¿Kuroro? ¿Qué haces aqui?- dijo Kurapika sorprendido.

-¿No puedes deducirlo por ti mismo?, creí que eras más listo- kurapika lo miró con molestia.

-¿Tu eres el otro estudiante que fue invitado a este viaje?

-Así es- afirmó con un guiño - perece que pasaremos algunos días a solas- dijo acercándose peligrosamente a kurapika.

Kurapika inmediatamente apartó a Kuroro y tomó sus cosas para salir del avión. Kuroro miró entretenido en dirección a el rubio y lo siguió.

-¡Deja de seguirme!- exigió Kurapika al notar cómo Kuroro no se apartaba de él.

-Bien- dijo Kuroro encogiéndose de hombros - entonces sígueme tu- kurapika lo confundido y al ver el libro que kuroro tenía entre sus manos kurapika no pudo evitar seguirlo.

-¡Regresame el diario de Pairo!- exigió.

-Oh, ¿en verdad lo quieres? Ya que lo habías olvidado en el avión, pensé que no lo querías- Kurapika se lanzó a Kuroro para intentar quitárselo, pero como era de esperarse el pelinegro alzó el libro por encima de su cabeza, fuera del alcance del rubio y aprovechó la proximidad y puso su otra mano alrededor de su cintura para atraparlo y darle un beso en los labios.

-¡D-Deja de hacer eso!- interrumpió kurapika, tratando de zafarse del agarre del mayor, aunque parecía que kuroro no se lo dejaría tan fácil.

-Ven sigueme- le ordenó mientras seguía su camino a la salida del aeropuerto. Kurapika resopló con Fastidio, sin embargo siguió a Kuroro. Para cuando salió del lugar, Kuroro ya había conseguido un taxi que los llevaría a la RADA -Real academia de estudios avanzados-.

Mientras se dirigían al lugar, vio como Kuroro ojeaba el diario de su hermano y decidió no arrebatárselo de las manos. Quería recuperar el diario, pero quería que Kuroro viera -o más bien leyera- lo que su hermano sentía por él. Que sintiera remordimientos por su muerte. Que sintiera el mismo dolor que él sintió cuando perdió a Pairo.

Miró con atención el rostro de Kuroro, esperando notar cualquier reacción de tristeza, culpabilidad o arrepentimiento. Sin embargo no pudo ver nada de eso en su rostro. Kuroro leía las palabras del libro con rostro inexpresivo y mientras más páginas pasaba, más furia crecía dentro del corazón de Kurapika. ¿Cómo era posible que no sintiera nada?

El taxi se detuvo, anunciando su llegada a la RADA. Kuroro salió del automóvil y cargo el equipaje de ambos. Una vez dentro del edificio una señorita se acercó a ellos.

-¿En qué puedo ayudarles?- preguntó en inglés.

-Venimos de la academia Chrollo para el curso avanzado- contestó Kuroro con una perfecta pronunciación y dominio del idioma- Yo soy Kuroro, y él es Kurapika.

-Oh, ya veo. Síganme por favor- dijo mientras los llevaba por los pasillos de la escuela dándoles un pequeño tour de las instalaciones - Y esta es su habitación durante su instancia - dijo después de abrir una puerta. En la habitación habían dos camas individuales, dos escritorios, dos armarios y un baño.

-¿Vamos a compartir habitación? ¡Maldita sea!- pensó Kurapika.

Kurapika miró la habitación, tenía un mal presentimiento acerca de este viaje. Empezaba a considerar el regresar a casa. Pero apartó pronto esa idea, no dejaría que Kuroro arruinará este viaje.

La joven se despidió de ambos, dejándolos a solas. Kuroro sintió la mirada de kurapika sobre él y al mirarlo vio la sospecha en sus ojos. Kuroro sonrió, podría tener mucha diversión fastidiando al rubio durante su estancia.

-¿Disfrutas de la vista?- le preguntó al rubio

-devuelve me el diario- volvió a pedir Kurapika sin prestar atención a las provocaciones del pelinegro.

-Te lo devolveré- dijo Kuroro y eso tomó con la guardia baja a Kurapika, ¿asi de fácil le regresaría el diario de Pairo? - con una condición.

-Ya lo sabía- pensó y después dijo - ¿Qué es lo que quieres?

-Una cita

Kurapika suspiró con cansancio:- No lo haré, yo ya tengo un novio.

-¿Y?

-¿Y? No voy a salir contigo, eso estaría mal.

-Es sólo es una cita- dijo kuroro acercándose al rubio, quien retrocedió inconscientemente hasta que su espalda quedó contra la pared -Además- empezó a decir a su oído- él no tiene porqué enterarse.

Kurapika trato de controlarse, pero aún así un pequeño estremecimiento le invadió, miró directamente a los ojos de Kuroro

-No confío en ti, ¿cómo sé que me vas a regresar el libro? ¿Cómo se que más tarde no usaras el diario para que haga más cosas raras contigo?

Kuroro rió: - Una cita ¿es eso algo raro para tí?

-Viniendo de alguien como tú, lo es.

Kuroro puso el diario en las manos de kurapika, pero antes de soltarlo dijo:- ya he cumplido con mi parte. Ahora le toca a usted.

Después de eso se dirigió al cuarto de baño. Dejando a Kurapika a solas. Siempre era tan difícil manejar la situación cuando Kuroro se encontraba involucrado. Lo odiaba, en especial la forma en que pedía -o más bien exigía - lo que quería. Era como si estuviera seguro de que no se le negaría nada.

Kurapika miro la puerta del baño con rabia.En ese momento el celular de kurapika comenzó a sonar y al mirar al identificador toda su furia se desvaneció y fue sustituida por otra emoción.

-Kurapika, soy yo Leorio- al escuchar su voz Kurapika sintió como su cuerpo se relajaba - ¿cómo estas? ¿Qué tal el viaje?

-Estoy bien Leorio, no tienes por que preocuparte.

-¿Enserio? Suenas extraño, ¿sucedió algo?

Kurapika consideró hablarle a Leorio de su molesto compañero, aunque las palabras de Kuroro hicieron eco en su mente no tiene porqué enterarse.

Si le hablaba de Kuroro, probablemente Leorio se preocuparía de más y no deseaba eso. Pero por otra parte, le había prometido no ocultarle nada más y si Leorio se enteraba de que kuroro era su compañero de viaje y se lo había ocultado, eso produciría aún más problemas entre ellos.

-No, estoy bien. Sólo un poco cansado- le dijo para tranquilizarlo - sólo un poco más, necesito encontrar el momento adecuado para decirle- agregó mentalmente el rubio.

-Bien, yo solo quería asegurarme de que habías llegado con bien. Ya es muy tarde y seguramente mañana tendrás que madrugar. Buenas noches Kurapika.

-Buenas noches Leorio- sonrió el rubio

-Bien, nos vemos.

-Leorio- llamó Kurapika antes de cortar la llamada, dudo por un momento y dijo- te amo.

-Y yo te amo a ti.

Aunque no tuviera al médico frente a él, kurapika sabía que estaba sonriendo. Después de cortar la llamada, Kurapika se sentía muy culpable. No había podido decirle de Kuroro y ahora se sentía muy mal; no sabía cómo manejaría el asunto de su cita con el pelinegro. Esperaba encontrar las fuerzas para explicarle todo, no quería perder a Leorio.

Invierno EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora