Capítulo 33

1.1K 80 2
                                        

Entró a la habitación y su respiración se paró al ver esa escena. Su florecilla se encontraba dormida en esa cama de hospital con una bata blanca que cubría su cuerpo, en la cabeza tenía una venda, su brazo estaba enyesado y uno que otro raspón en su hermoso rostro. Se acercó a la cama sentándose en la silla que estaba a su lado y agarró esa pálida mano que estaba completamente fría.
— Perdóname cielo— dijo mientras dejaba un casto beso en la mano.
— Estás aquí por mí culpa— prosiguió el rubio mientras acariciaba el rostro de la pelinegra que dormía profundamente.

Su mano bajó hasta el abdomen de Sabana y una sensación extraña recorrió todo su cuerpo.
—Hola— dijo acercándose al vientre. —Soy tú papá— agregó mientras dejaba un beso en él.

Una lágrima recorrió su mejilla al ver esa escena, parecía sacada de un libro.
— Sabés no has nacido, pero ya quiero tenerte entre mis brazos— continuó el rubio y ella se paralizó, no entendía la situación. — Tú papá es un idiota que hizo llorar a mamá, pero prometo que voy a recuperarla y vamos a formar una gran familia junto los tres— añadió Jack, pero ella estaba en shock ¿Por qué decía eso? ¿A quién le hablaba? ¿Acaso ella estaba embarazada? Esas preguntas atacaron a su cabeza, mientras miraba al rubio acariciar su vientre. Todavía no olvidaba absolutamente nada de lo que había sucedido, lo odiaba y su corazón dolía, pero esa escena la mataba por dentro. Él se tensó al sentir un sollozo y levantó la mirada, ella tenía los ojos llorosos y lo miraba llena de dolor.
—¿Qué haces aquí? Lárgate— susurró con su voz temblorosa mientras lágrimas recorrían sus pálidas mejillas que estaban cobrando color.
—Sabana, amor por favor déjame explicarte— rogó él, pero ella empezó alterarse.
— Lárgate, lárgate— empezó a gritar y la máquina empezó a sonar, dos enfermeras y un médico llegaron inmediatamente.
—Necesito que salgas— dijo el doctor y lo sacaron casi arrastra de la habitación. Su corazón estaba contenido, estaba preocupado y se culpaba por todo.
—Tranquila ya pasó— dijo la enfermera y ella empezó a respirar un poco más tranquila.
—¿Cómo te sientes?— preguntó el Dr. Youls según su placa.
—Como una mierda— contestó mientras sentía un punzón en su cabeza.
—Es normal después del accidente que tuviste— agregó el médico mientras apuntaba en su libreta.

No tenía ni idea de que había sucedido, lo último que recordaba era que había presionado el freno, pero éste no había sedido y después perdió el conocimiento.
—Por dicha no pasó a mayores y usted tanto como el bebé que lleva a dentro se encuentran fuera de peligro— dijo el Dr.Youls y en ese momento todo se detuvo. Entonces si estaba embarazada, su mano libre de yeso viajó hasta su vientre acariciándolo, aún no podía creer que dentro suyo hubiera otra vida.
—¿Estoy embarazada?— preguntó aún confundida y el doctor asintió con una sonrisa.
— Así es, por esa razón debe cuidarse más y tratar de no alterarse— dijo el médico y luego salió junto con las enfermeras.

Lágrimas brotaban por su mejilla mientras acariciaba su vientre.
— Bebé un bebé— dijo emocionaba aunque eso también la asustaba, no tenía ni idea de cómo ser una madre, pero algo si estaba segura, ese bebé era su rayito de luz, en tanto dolor.

Corto lo sé, espero que les guste y ya casi estamos muy cerca del final.

Les quiere Yarlin 💜

Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora