Capítulo 21

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Sonrió satisfecha al escuchar la condena del juez para el acusado. La mujer sonrió con dulzura y ella contestó de la misma manera.
-muchas gracias abogada- agradeció la señora. - usted es un ángel- dijo la mujer y ella sonrió a medias.

Se despidió de su clienta y prosiguió su camino fuera del juzgado, pero un Audi R8 parqueo frente a ella y cuando la ventana bajó miró el rostro que se encontraba trás el vidrio.
- ¿necesita que la lleve señorita?- preguntó con una gran sonrisa el rubio y ella sonrió sonrojada.
-ando mi auto señor- contestó siguiéndole el juego. Él se puso una mano en la barbilla fingiendo estar pensativo.
-¡Oh! Asunto arreglado- se expresó Jack y ella frunzo el ceño sin entender. - mi chófer se encargará de su auto señorita- dijo el rubio y detrás de ella se encontraba Cleo con una gran sonrisa de esa que lo caracterizaban.
- bueno si es así no hay problema- dijo ella entregándole las llaves al chófer y después subió al asiento del copiloto junto a Jack que se encontraba en el del conductor.
-¿Cómo te fue en el juicio?- preguntó Jack tratando de sonar interesado aunque en realidad no le importaba como le había ido a esa arpía.
- bien todo resultó bastante bien- dijo ella muy emocionada. - otro miserable trás las rejas- prosiguió con entusiasmo y él frunzo el ceño.

Después de eso se mantuvieron en silencio hasta llegar a un restaurante, ella lo miró sorprendida y él sonrió de oreja a oreja ayudándola a bajar del vehículo.

Los dos caminaron hasta el local sentándose en una de las mesas que tenían una muy buena vista.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó ella alzando una de sus cejas mientras tomaba asiento.
- no hemos tenido una cita así que tómalo como una- dijo él y luego un mesero se acercó a la mesa entregándoles el menú.
- bienvenidos a Corner Restaurant- dijo el joven de unos 20 años con una sonrisa encantadora.

Después de ordenar empezaron hablar de cosas externas sin importancia con algunas bromas y sonrisa para Sabana todo estaba saliendo perfecto con el chico que esperaba ser feliz, pero por parte de él todo estaba saliendo perfecto para su venganza de hacerla infeliz.

El camarero llegó con los platillos y comenzaron a comer en silencio, pero cruzaban miradas y sonrisas.

Al terminar Jack pagó aunque la pelinegra renegó diciendo que estaban en el siglo XXI, pero fue en vano por qué el rubio no aceptó.

Salieron del local para encaminarse hasta el penhouse de la pelinegra. El camino todo fue silencioso, pero existía comodidad. Al llegar ella bajó, pero antes de entrar Jack le robó un beso apasionado donde ella se sentía en las nubes. Fueron abanzando entre besos hasta llegar al elevador y ya adentro se separaron.
- me encantas- dijo el rubio y luego volvió apoderarse de esa boquita que lo tenía hipnotizado aunque quisiera negarlo él sabía que muy a fondo de ese corazón de témpano existía aún ese sentimiento insoportable por la víbora que tenía al frente.

Salieron del elevador privado directo al penhouse. Ella enrolló sus piernas en la cintura del rubio mientras se devoraban la boca.

Jack se sentó en el sofá con Sabana a horcadas en sus regazos y empezó a besarla en el cuello mientras ella con sus manos soltaba los botones de su camisa. Al sentir el roce de esos delegados dedos sentía esas sensaciones exasperantes que solo ella le trasmitía. Él volvió a la boca de la pelinegra mientras ella cruzaba sus brazos por el cuello y jugaba con su cabello y él por otro lado sacó la blusa de Sabana y luego soltó su sostén. Su boca viajó hasta los pechos de la pelinegra que jadeaba de placer y sus manos traviesas empezaron a jugar con el cierre de su pantalón logrando desajustar el botón y la cremallera.

El rubio cambio la posición dejando a Sabana bajo sus brazos y una sonrisa pervertida se asomó en la comisidura de sus labios. Sus manos soltaron la falda de la chica dejándola solamente con sus bragas y después se levantó admirando a esa mujer que lo tenía engatusado desde que era un adolescente. Sabana miró a Jack levantarse y una sonrisa adornaba su rostro, ella comparó todas sus fricciones, sus músculos, su abdomen que parecía una tabla, pero su atención viajó hasta la cicatriz que sobresalía en esa escultura de hombre.

Jack retiró su pantalón y ella volvió a sentarse en horcadas sobre él besándole la boca, luego bajando por su barbilla hasta llegar al cuello mientras que debajo de su entrepierna se rosaba la erección que ese endemoniadamente hombre sexy estaba teniendo.  Ella retiró sus bragas y como pudo retiró el bóxer del rubio para luego hundirse en él.

Después de una sección de sexo los dos calleron rendidos en la habitación quedando ella completamente dormida en el pecho de Jack mientras él se dejó llevar por el cansancio y ese olor a vainilla del cabello de Sabana.

Les quiere Yarlin 💜

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