(C) Capítulo 7. Entrada al cielo

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-Tienes que salir de aquí- gritó la escandalizada voz - ¡Van a matarte!
Edelina soltó un chillido y se despegó de todo aparato que le rodeaba, saliendo sin mas remedio de la habitación, corriendo, su cuerpo se movía sin sentido alguno y su equilibrio parecía perderse en cada paso provocándole caer al suelo luego de unos metros, el golpe se escuchó resonar en el segundo que sus palmas chocaron con el suelo. Su objetivo no se destanteo por lo que no evitó que continuará con la misma energía mediocre para poder huir.
-¡Señorita!- gritó una enfermera asustada ante aquella imagen, pues no solo su cuerpo parecía haber empeorado sino que aquella brusquedad con su escapatoria le había provocado heridas por todos lados que le sangraban dejando esparcida por doquier, ella lo ignoraba y sin embargo aún parecía sentirlo. Su cordura no se había perdido por completo y en el lugar dado se paró en seco donde la enferma puro tomarle y detenerle.

La joven sostuvo su brazo con fuerza, Edelina estaba a centímetros de las escaleras sin darse cuenta que un paso en falso y caería al fondo. Ella le miró preguntándose qué sucedía, nunca había visto a alguien con tanta necesidad de irse. Al menos no en sus condiciones. Entonces su paciente la miró, Edelina abrió grande sus ojos con ellos casi por fuera, su nariz estaba rojiza junto a sus mejillas chapeadas y entonces poseída entre su deseo suicida reaccionó con la misma fuerza hacia el cuerpo de la inocente chica, se acercó con tranquilidad hasta que estuvo lo suficientemente cerca y su mirada se despegó de la suya para lanzar por pies del suelo el cuerpo de la joven que atravesaba el aire. Enfurecida por una razón que desconocía y provocando una herida, una paliza a la que estuvo a punto de someterse. Vio con descaro como su cuerpo se golpeaba con cada escalón en que pasaba y en un momento inoportuno termino guiándose al mismo camino, pues inconsciente de su acción vómito nuevamente, escupiendo de su ser sangre oscura marrón y cayó hasta el fondo en el vestíbulo, ya no estaba consiente de lo que realmente importaba. Al final de su rumbo, dónde se detuvo soltó la última palabra que podría pronunciar. Un quejido. Y entonces su rumbo acabó.
Todos a su alrededor corrieron hasta llegar a ambas jóvenes, guiándolas a terapia intensiva sin pregunta alguna.

El suelo estaba manchado en un charco de sangre y en el momento en que la enfermera herida tocó los consultorios su corazón se detuvo con el único recuerdo en testigo a la actitud que Edelina estaba sufriendo, la única que había podido ver a su espalda como la acompañaba un ser, un espíritu que aunque nadie lo creyese la había mandado a la muerte.
Por su parte Edelina estaba en medio de un juego por conocer su final y lo único que justificaba su extraña conducta era el cambio en su cuerpo tan influyente. La redireccionaron de habitación y a penas entrando a dicho lugar su cuerpo reaccionó a lo que sería un ahogo por su propia respiración, sacudiéndose entre la camilla y finalmente convulsionándose en el transcurso, no tuvieron más remedio que guiarla a los que serian los exámenes más delicados como peligrosos que podían pasar en tal instante.

Edelina estaba sufriendo, estaba en medio de un camino sin retorno en el que nadie participaba para detenerle. Y cuando finalmente las respuestas parecían aparecer algo más se interponía dando círculos al mismo teorema.
Un nuevo tumor cancerígeno se instalaba en la cabeza de ella y no podían hacer nada para contrarrestarlo.

Krista veía a través de la ventanilla de la puerta el cuerpo de su hija recostada y durmiente, y en ese momento el estado de ella no le daba otra salida que no fue ...
-Llama a la doctora, ya no hay más que hacer por nuestra parte- señaló la madre a su exmarido. - Hazlo por ella

Los doctores diagnostican estos tumores por medio de un examen neurológico y otras pruebas como imágenes por resonancia magnética, tomografía computarizada y una biopsia.
¿Razón? Se cree que debido a la radioterapia contrajo un nuevo inicio de cáncer cerebral debido a un tumor que se encontraba cubriendo el hemisferio derecho del cerebro, un cáncer metastásicos, es decir, que comenzaron en alguna otra parte del cuerpo y llegan al cerebro.
Respuesta: "clínica especializada"

Todo aquello era un proceso sumamente complicado pero sabían que formaban algo, habia un núcleo con el cual tendría que encontrarse Edelina de una u otra forma, ya fuera viva o muerta.
Estaba en medio de los paradigmas descarrillados del ciclo normal de la vida, construidos gracias a la estrecha existencia de nuestros pensamientos dándoles paso a un gran vacío que esperaba escribirse.

Todos los que habían estado cuidándola, estaban allí, padre y madre, Gerald su hermano, Nicole y Roland quienes la miraban en silencio en su habitación. Ese lugar ahora se veía deprimente, sus objetos se habían estado recogiendo y el color blanco y negro era lo único que se miraba por allí. Edelina no había vuelto a hablarles, pues ni siquiera había podido levantarse de su letargo.

Quedó en coma luego de unos días que se trató intensivamente y su decadencia era perceptible. Necesitaba un descanso de esa vida, y el doctor al igual que los padres estaban de acuerdo que resignarse a una posible muerte no debería sobrevalorarse.
Krista se sentó al lado de Edelina y la abrazó con tanta fuerza que podría asfixiarla. Hasta que minutos después las personas que la trasladarían entraron con lo que se veía necesario.
Y a pesar de todas las palabras mencionadas, los supuestos diagnosticos diarios y el vigilamiento total no parecía suficiente para satisfacer el sentido de humanidad para los padres de Edelina.

*

El camino fue largo, incluso eterno para aquellos que iban por primera vez a trasladarse. Anochecía en la ciudad pero sin embargo aún avanzando la luminosidad comenzaba a aumentar como en un modesto amanecer.
Al entrar a aquel lugar, como por arte de magia, los ojos de Edelina se abrieron, viendo una luminosa luz que cegaba sus ojos
- Tranquila, ahora estas a salvo-

Añeja fantasía: Evocación Del OrbeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora