Makoto
Alfa, sinónimo en repetidas ocasiones de grandes logros, distinción, prestigio y poder. Es como si al identificarte como alfa el éxito estuviera cien por cien garantizado. Mentira. Mi vida como alfa no había sido especialmente fácil. Oh, corrijo, no es fácil.
Y todo se remonta a mis progenitores. Mamá y papá era un par de betas que no esperaban más que descendientes betas. La probabilidad de que uno de sus hijos resultara ser un alfa era minúscula, sin embargo, así fue. Se sorprendieron sí y sí, estaban orgullosos de mí, pero no por mi condición sino por que era un buen chico. La atención, el cariño y el apoyo eran bien repartidos entre mis hermanos pequeños (ambos beta) y yo. Nunca hubo diferencia alguna.
Pero... Nacemos con una marca que nos acompañará el resto de nuestros días y que, en la mayoría de los casos, determina el modo vida que debes llevar. Si eres alfa debes ser alguien inteligente y poderoso, si eres beta debes conformarte con vivir en la clase media y si en cambio eres omega tienes que ser dócil y sumiso. Pero, mamá y papá me enseñaron bien que juzgar a las personas por sus apariencias era incorrecto y, aunque ellos resultaron corresponder a un par de betas de vida digna, comprendí con el tiempo que tenían razón. Me topé con omegas autoritarios y nada lindos, betas dirigiendo grandes empresas de lujo y alfas con...
¿Delicioso aroma a café y menta?
Sentí un golpe de papeles contra mi coronilla.
—Tachibana, deja tus fantasías mediocres e imprime esto.
Respira hondo, Makoto. No caigas en sus juegos... pero la tercera vez que me mandaba algo parecido hoy.
—¡No soy tu maldito secretario, Yamazaki! — volví a darle con los documentos en la cara y me levanté en busca de un café. —Agh. Estoy deseando presentar este proyecto. Te juro que el próximo lo dirigiré yo.
Él puso sonrisa burlona y se marchó en dirección contraria a la par de unas palabras también dirigidas con sorna:
—Para ese día yo seré el jefe de esta empresa.
Lo odio.
Por supuesto que hay alfas que son unos tremendos imbéciles y nada elegantes y quien lo niegue que lo vea a él. Su manera de molestar era agotadora hasta el punto que distraía mi mente. Tan solo percibir su aroma sutil en el ambiente hacía papilla mis sesos. No la aguantaba, no porque a la par de compañeros éramos competencia, sino porque era un cretino que hacía todo bien y alardaba de ello. Humildad no era una palabra que existiera en su diccionario.
Él es el típico alfa que por serlo cree que tiene derecho a todo. Es un niñito malcriado que tuvo su puesto asegurado en la empresa de papá. Aunque debía admitir que sí era bueno en lo que hacía y que ponía empeño y seriedad en ello. Ayudaba y guiaba a Momo y desde que lo pusieron a su cargo, el chiquillo había mejorado considerablemente.
—... pero si este método podemos ahorrar algo de tiempo y la calidad de mantiene en los niveles que... —sí, incluso alguien como él podía parecer un verdadero alfa por fuera, malditas apariencias.
💞💚💙💞
El día terminó. Se hizo largo debido a un retraso en unas ediciones que había pedido a un equipo de diseño. Debía recibir esos archivos a mediodía y no llegaron hasta última hora de la tarde. Como se había acumulado mi trabajo debido a la espera, cuando recibí el fax, los guardé sin siquiera revisarlos.
Quería llevármelos a casa para completar el proyecto en el que estaba trabajando pero, debido al agotamiento, los olvidé. Después de haber salido del edificio tuve que volver a por ellos.
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Tu Alfa Por Mi Omega [Free!] [SouMako]
FanfictionAU Omegaverse. El descontrol de unas feromonas puede causar muchos problemas.