Capítulo 12: Tocado Y Hundido

501 46 100
                                    

Sousuke

Fue una verdadera salvación que fuese mi día de adaptación al nuevo puesto. Kenjiro me había asignado una secretaría. Una chica complaciente y agradable que me explicó al detalle y me hizo permanecer atento haciendo que repitiera todo lo que ella hacía o decía. Fue de gran utilidad para pensar en otra cosa que no fuera Makoto. Porque había demasiado en qué pensar. Makoto era mi adicción. Un libro, una vez empezado, no podía parar de leer. Pero ahora necesitaba una pausa para poder dar sentido a estos sentimientos que ahora se habían confrontado. Claro que sabía que no fue su culpa, pero me era inevitable sentir enfado (porque su cuerpo reaccionó a otro), impotencia (porque ni siquiera pude ayudarlo) , orgullo (porque no quería saciar lo que alguien había provocado), egoísmo (porque quería monopolizar a Makoto), pero sobretodo una ansiedad a la que no podía responder. Y por nada del mundo quería derramar todos eso sentimientos negativos sobre Makoto.

Por eso mismo, no podía verle. Últimamente habíamos pasado mucho tiempo unidos, pero ahora me sentía un lobo herido a su alrededor.

Necesitaba solucionar eso pero ¿cómo?

Fue muy oportuno el mensaje de Natsuya al final del día para reunirnos a beber unos tragos en su casa. Era el único amigo en el que podía confiar. Pero no sabía por donde empezar así que comencé a beber imitando su ritmo, uno bastante fluido, y le dejé llevar la riendas de la conversación. Me arrepentí de haberlo hecho:

—Oye Sousuke, sé que no te interesan estas cosas pero quería hablar contigo primero, ya que eres mi amigo.

Lo vi de soslayo, se me erizó la piel. Era obvio que el tema de conversación serían aquellos análisis. Mi cuerpo se preparó para escuchar algo que ya sabía.

—Sois muy compatibles pero me temo que no sois destinados.

Suspiré profundamente a la vez que pasaba las manos por mi pelo. Las burbujas de mi cerveza revolotean desde el fondo de la jarra hasta mezclarse con la espuma, parecían bailar riéndose de mí. Bebí el resto de un solo trago en acto de venganza y llené el vaso sin pensarlo dos veces.

—Ya lo sé. —le aclaré. Natsuya ladeó la cabeza a modo de pregunta. —Makoto llegó ayer a mi casa como loco, aún peor que cuando le provocaron mis feromonas.

Sus ojos se abrieron de par en par. Pegué un nuevo trago como alivio refrescante al nudo en mi garganta.

—¿Qué?

—Le inyecté un inhibidor bastante potente y al rato se quedó dormido. —continué.

—Sousuke, ¿qué cojones ha ocurrido?

—Un omega. —mi estómago pareció haberse dado la vuelta. —Y no cualquier omega.

—¿Destinado?

Odiaba esa palabra. No me tomé la molestia de contestar a esa pregunta. Miré a su jarra, quizá era la primera vez que la suya estaba casi llena y la mía a menos de la mitad.

Natsuya apoyó sus codos sobre la mesa y se inclinó hacia mí, como si lo que tuviera que contarme fuese un secreto. Imagino que en realidad estaba buscando mi mirada desorientada mientras medía las cervezas.

—¿Qué vas a hacer? Dijiste que aunque los resultados...

La imagen de un Makoto encendido en lujuria por otra persona lanzándome un súbito "te quiero", volvió a mi mente sin piedad. Sentí calor en mi vientre, en mis mejillas, y dudé por un momento si fue por el alcohol o la indecorosa imagen. Me irritó la duda.

Tu Alfa Por Mi Omega [Free!] [SouMako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora