Sousuke
—¿Qué con tanta urgencia?
Los colmillos de Natsuya relucieron previniéndome de que lo que se avecinaba no era nada bueno, al menos para mí. Incluso me había interrumpido de una interesante conversación con Tachibana, así que ya podía tener una buena excusa.
—¿Por qué no me has contado antes? —dijo sin destruir la sonrisa boba. Se levantó para cerrar la persiana de la puerta de su consulta proporcionando una adecuada privacidad y volvió a tomar su lugar tras su mesa.
—No sé sobre qué. —admití sin bajar la guardia. La verdad es que me esperaba cualquier cosa de él.
—Que el chico lindo del otro día es tu nuevo...
No le dejé hablar.
—Él es diferente. —apresuré a decir.
Apenas lo habíamos hecho una vez y no lo hubiera tocado aún si él no hubiera dado el paso. Llevo enamorado de él mucho tiempo como para cagarla teniendo sexo sin más, aunque parecía que no todo estaba yendo de color rosa tampoco.
—Me gusta desde hace un par de años. — confesé. —Desde que entró a la empresa estoy embobado con él. De verdad me gusta Tachibana.
—¿Tachibana? ¿Acaso sois solo leales compañeros de trabajo? Vamos, sabía que te molaba desde el momento en que me llamaste con tanta urgencia aquel día solo que creí que me lo contarías tarde o temprano.
Me hubiera sentido tan tonto hablando sobre él... Sabía perfectamente que en el momento que empezara a contarle a Natsuya podría pasarme horas. También me avergonzaba porque era diferente de las otras historias que Natsuya había escuchado de mis anteriores romances. Pero era tarde había abierto la caja de Pandora:
—Y es lo que somos, o al menos hasta hace unos días. Y tampoco tan leales. —rectifiqué. Natsuya alzó una ceja insistiendo una continuación. —Me gusta hacerlo enfadar así que pasamos los días peleando. Esa era la única manera en la que me sentía diferente para él. Tachibana sonríe a todos y a todo. Contasmtemente. Y no es que no me guste, de hecho, me encanta, pero hacerlo así era mi única forma de ser especial para él.
Ves, un monólogo de idiota enamorado, me avergoncé de mí mismo y de escuchar mis propios pensamientos en voz alta.
—Pues parece no ser la única. —volvió a sonreír.
—¿Se puede saber cojones te has enterado de todo esto?
—Makoto vino a buscarme.
Que lo llamase por su nombre despertó una parte de mi alfa que no me gustó, que dijera que "fue a buscarlo" no ayudaba.
—¿Para qué? —pregunté simplemente, aún sin sentirme en el derecho de hacer esa interrogativa.
—Bueno... Sus síntomas extraños del día en que me llamaste y... Los de hace unos pocos días también. En resumen, estás descontrolando sus hormonas.
Que nos desestabilizábamos el uno al otro no era nada nuevo.
—Espera... ¿Hace pocos días también? ¿Qué día exactamente?
Hizo una mueca burlona.
—Al parecer venía de tu casa. —supuso. —La última vez que estuvo aquí me dijo que su destinado era un alfa y bueno... No me hicieron falta más conexiones.
—Espera, espera, ¿su qué?
—Destinado, mi querido Sousuke. Te lo he dicho, descontrolas su bioquímica.
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Tu Alfa Por Mi Omega [Free!] [SouMako]
FanfictionAU Omegaverse. El descontrol de unas feromonas puede causar muchos problemas.