The Malfoy |Drarry/Harco| (EN HIATUS)

VII.

NA: HOLAAAA, ACTUALIZACIÓN ADELANTADA. AQUÍ TENÉIS LO PROMETIDO <3

VII. Everybody Wants to Rule the World.

| Londres, Inglaterra.|

01 de Marzo de 2014, una hora antes del 02 de Marzo.

La calma abordada aquella noche resultaba una dulce bendición a una fémina de melena dorada, las curvas de su cuerpo descansaban sobre el asiento de un lujoso auto bajo una calmada espera, sus largos dedos recorrían reiteradas ocasiones el volante personalizado. En medio de la oscuridad distinguió el acercamiento de una discreta silueta, se movía como agonizantes ventiscas heladas a mediados del verano, fantasmales e irreales. Fue su recto andar el delator de la identidad del varón encubierto, esos hombros que se mantenían tensos cual cuerda de arco a punto de liberar el tiro maestro y la determinación que destilaban sus pies a cada toque contra el suelo. Ella podría reconocerle siempre, con los disfraces que quisiera, las pieles prestadas y el estacionario iris que se coloreaban tal cual lo haría un camaleón.

La puerta del vehículo se abrió bajo la atenta mirada azul de un insignificante espectador, aquel afortunado ser resultó el único testigo que logró presenciar el encuentro nocturno entre la asistente personal del Primer Ministro Inglés y un caballero cuyo aspecto asemejaba a un turista americano. Los vio besarse a la lejanía e incómodo evitó saber más de la pareja frente a su negocio. Detrás de la puerta gris de ese Audi clásico, los pasajeros intercambiaron miradas cómplices alejadas totalmente del romanticismo. El auto se marchó pocos segundos después.

El lugar destinado tenía la suficiente actividad nocturna para hacer pasar desapercibidos a tales personajes hasta la zona segura de ambos. Ya dentro de los confines de la habitación, ella protegió excesivamente cada una de las posibles brechas inseguras mientras él se despojaba de su cascara temporal. Con una ráfaga de magia volvió su verdadera identidad, todas sus finas facciones se manifestaron excelsas y la fiereza fría contenida en sus océanos cristalinos se reflejó cual tormenta a punto de tocar suelo.

No pasó mucho cuando la rubia le alcanzó al armario cercano al baño donde el hombre comenzaba a preparar un ritual, dentro del cuarto sólo existían paredes oscuras y suelos negros, la luz que entraba era constantemente absorbida por la penumbra del interior. Había extraños símbolos por todas partes, una mesa y varios elementos repartidos por dos anaqueles. Algunos procedían de seres que seguían palpitando en vida -otros dormitaban inertes- y otros venían de la naturaleza e increíblemente había unos cuya presencia iba arraigada a una imaginación ignorante.

Sobre la mesa estaba un pentagrama de culto tallado a la madera con canales para líquido, el cual que se concentraba justo al lado del anaquel más pequeño. Un dedo blanco acarició devotamente la figura antes de aumentar la intensidad de las llamas en las velas rojas distribuidas por los bordes del cuarto, fue entonces que los caracteres se definieron a la perfección.

Eran runas antiguas, de las preferidas entre los magos oscuros y ambiciosos.

-"¿Hora?" -preguntó él. Una fracción de segundo después ella le responde.

-"Faltan quince para las doce, mi señor."

-"Es momento de iniciar entonces." -sin esperar algún comentario, se aleja de aquel pupitre y se hace de algunos materiales en la estantería.

La naturalidad con la que sus dedos hábiles de mueven por la colección de materiales oscuros resulta enigmática a la vista espectadora; a los pocos minutos ya hay distintos objetos distribuidos sobre la madera. El athame se exhibe pomposo sobre la madera, haciéndole cercana compañía, está un gotero de laboratorio y por ultimo varios frascos negros encierran en círculo perfecto a la estrella ocultista. En el suelo de la habitación, justo al centro, descansan dos tazones -uno grande y profundo y el otro tan pequeño cuyo diámetro no mediría más de tres pulgadas- con una delgada vela roja sobre el ultimo. Un tanto alejado, pocos centímetros en realidad, yace una bolsa de tela sucia a medio abrir.