IV

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14 de Febrero del 2014 a minutos de 15 de Febrero del 2014.

|Ubicación desconocida|

Harry permanecía de pie expectante en la que era su habitación.

Después que Viktor llegase a ordenarle mejorar un poco su apariencia y esperara que se viese de manera decente el silencio inundó el lugar. Primero, porque el morocho tenía demasiados pensamientos revoloteando en su cabeza y la desconfianza (ahora parte de él) le impedían ser el mismo de antes. El Harry Potter que al escuchar tal noticia hubiese salido directamente a buscar a su libertador a enfrentar de una vez por todas la realidad en la que su rescate había posado su vida.

Solía tener una vena de héroe suicida que era fuego puro, muy latente sobre su cuello, incluso después de la guerra seguía palpitante. Más, cuando fue condenado a Azkaban y se ahogó en la miseria por tres años esa parte suya quedó dormina en lo profundo de su ser.

El búlgaro había entrado a su baño privado para asearse de manera breve el rostro y cabello, usó un encantamiento para quitarse la pordiosera barba y arregló la medida de sus pantalones, limpio todo rastro de indigente en si mismo y terminó volviendo a ser el Viktor Krum que encantaba a miles de magos.

Harry contaba el tiempo en su mente, quince minutos se habían ido y estaba a punto de ser otro día. Como el magistral auror que solía ser, le fue fácil descubrir que su compañero (viejo amigo también) había recibido alguna orden de esperar con él una señal para poder hablar con el misterioso Fawkes.

Cuando la luna menguante pareció como un fantasma junto a las deslumbrantes estrellas y por un instante un rojo extraño brilló por el contorno de ésta hasta volverla un tono casi imperceptible amarillo, Viktor se alejó del ventanal donde antes estaba y le indicó que le siguiera.

Salieron de la habitación entre pasos calmos, el mestizo por un momento sintió la misma sensación que tuvo cuando caminaba hacia su jucio hace tres años. Tan fuera de sí pero a la vez totalmente contenido en cada músculo de su cuerpo.

Caminaron hasta la entrada de la mansión en un mutismo rotundo, no había espacio para nada más y el niño que vivió agradeció haber cambiado tanto en aquella maldita prisión.

Justo en el majestuoso marco de la puerta principal una alta figura masculina permanecía de espaldas, con el cuerpo poco encorvado hacia adelante y los hombros imperceptiblemente tensos. Tenía rizos cortos poco pronunciados y llevaba puesta una máscara, las correas de piel sobre su cabeza lo evidenciaban; su musculatura no era tan marcada como la del ex jugador de Quidditch pero podía reconocer a simple vista la fuerza física que el desconocido poseía. Vestía por completo de color oscuro, pantalón, gabardina y botas negras.
No pasó mucho antes que el desconocido se enterara de sus presencias, después de todo les esperaba.
Les miró fijamente con el rostro de un ave y bajó la cabeza como saludo. El mago fugitivo notó un cigarro intacto en su mano izquiera y un arma de fuego oculto entre el pantalón.

-"Hola, señor. Se ve mejor que la última vez. " Dijo el extraño con la misma voz distorsionada. La que se asemejaba a un rugido aterrador.

Harry le reconoció. Era el hombre cuervo que participó en su fuga. Halcón, la mano derecha de Fawkes.

Durante dos meses Harry Potter contempló diversas posibilidades respecto a su libertador, sobre la personalidad y el perfil que este tendría. Una de sus tantas hipótesis estaba relacionada con la persona en frente suyo. Él podría ser el lider de lo que conllevaba su destino y la vida fuera de aquel refugio.

-"Su protector se quedará."

El morocho asintió y le miró con intensidad en espera de lo que de verdad le importaba.

The Malfoy |Drarry/Harco| (EN HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora