Sin rumbo y confundida, así era como se sentía Regina luego de haber salido de la oficina de Emma.
Por su mente estaban pasando muchas cosas, tenía tantas preguntas y al mismo tiempo pocas respuestas.
En esos momentos Regina no sabía cómo sentirse.
No solo era el hecho de volver a ver a Emma, sino también de haberse enterado que tenía una hermana gemela a la que nunca llego a conocer, ni conocerá porque por cosas del destino falleció luego de dar a luz a dos preciosas niñas.
No bastando con eso, la persona en la que su hermana confío antes de morir y a la que le pidió que cuidara de sus hijas como si fueran suyas no era otra, sino la mismísima Emma Swan. La misma mujer de la que ella se había enamorado.
Después de ese beso que habían compartido ambas en la oficina de la rubia y con tal intensidad.
Regina supo que no debía permanecer allí por más tiempo o sino terminaría dejándose llevar.
Por eso prefirió salir a dar un paseo para poder calmarse, ya que a pesar de su confusión estaba molesta con Emma por haber huido y ocultarle todo.
Eran muchas las cosas que tenía que procesar y en esos instantes no sabía cómo hacerlo.
Después de pasear un poco por las calles parisinas tratando de despejar su mente y sin lograrlo, por fin tomo y taxi y le indico la dirección del hotel donde se hospedaba.
Para Emma Swan todo sucedió tan rápido.
En un momento ambas estaban besándose como si nada más importase aparte de ellas y luego un segundo después Regina se separó y se fue dejándola allí con sus pensamientos.
La rubia había tratado de mantenerse fuerte, pero una vez que la puerta de su oficina se cerró detrás de sí, ella no pudo evitar soltar las lágrimas que había estado conteniendo.
Todo era tan confuso ahora.
Tenía tantas cosas en su cabeza, que no sabía ya que hacer y a pesar de su rechazo hacia la morena, ella aún seguía amándola y todo esto que estaba sintiendo ahorita, ese mar de emociones y sentimientos estaban amenazando con consumírsela poco a poco y esta vez no estaba tan segura de poder luchar contra ellos nuevamente.
Por eso lo más seguro para ella y por el bienestar de su relación y su futuro matrimonio era mantener las distancias con Regina. Aunque estaba casi segura de que la morena no se la pondría tan fácil y menos aun sabiendo de la existencia de las niñas.
Después de recibir un mensaje de Elsa avisándome que Graham había llegado y que ahora él se encontraba con las gemelas debido a que ella tuvo que atender unos asuntos con urgencia, me fui al baño que se encontraba en mi oficina y me retoque el maquillaje borrando todo rastro de que hubiera estado llorando unos minutos atrás y trate de serenarme lo mejor posible.
De igual manera, decidí que lo mejor que debía hacer era dejar que las cosas pasaran como tuvieran que pasar y sin pensar mucho más en ello tome mi bolso y me fui a buscar a mis hijas y a Graham.
Finalmente cuando los divise en la cafetería que tenemos en la empresa, los tres estaban muy entretenidos comiendo helado y no pude evitar reír cuando Anna le rabo un poquito de su helado a Every cuando ella estaba distraída hablando con Graham sobre el nuevo juguete que le había comprado su tía Ruby o Rubs como le decían ambas por cariño a mi mejor amiga.
Anna al escuchar mi risa no tan disimulada salió corriendo directamente hacia mí, haciendo que me agachara y la recibiera gustosa en mis brazos.
Al ver como Anna se bajó de su silla y salió corriendo Every y Graham voltearon y se dieron de cuenta de mi presencia.
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Mundos Opuestos || Wattys2019
Romance¿Qué pasara cuando algo que comienza como una noche de negocios termina en algo más? Averigua eso y mucho más en Mundos Opuestos