»9.Pendeja«

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†Saúl Aguirre†

Termino de preparar el desayuno para la mujer de mi vida, la que más he amado y amaré.

Apago la cocina y preparo todo en los platos. Friego los platos y utensilios que utilicé.

Abro la nevera y saco la mermelada de fresa que le eh preparado.

Hice hotcakes, piqué fresas, nutella y una sabrosa mermelada.

Esta mujer aparte de una adicta al sexo, es una adicta a las fresas.

Bueno, adicta al sexo somos ambos.

Preparo todo en la charola, término de ponerme la blusa blanca y mi short playero azul, me agrego un poco de perfume que tanto le gusta a ella y listo.

Voy hasta la habitación y al entrar la veo aún dormida. Con su cabello todo revuelto y algunos en su cara, con el cobertor solo cubriendo desde sus rodillas para abajo, y su camisón enseñando un poco sus piernas y entrepiernas con bragas.

Ella es tan perfecta, que no hay una sola palabra para definirla, solo esa; perfecta.

Y sé que dicen que no hay nadie perfecto, solo Dios: pero, cada uno debería tener el derecho de tener a alguien perfecto en su vida, y en la mía, es ella, ella mi perfección, mis hijos son mi perfección.

Dejo el desayuno en una mesita, y voy hasta las bolsas de ropa que traje y sacó unos short blugins un poco rotos, y una camisa blanca, lencería del color blanco, un cepillo de dientes, y la pasta dental esta en el baño.

Pongo la ropa con cuidado en la cama, y me monto encima de ella, con mis puños apoyados en la cama, empiezo a dar besos en su cuello, y en su cara, mis manos van adentro de su camisón tocando sus glúteos..y no despierta.

Mordi su cuello, y su mentón y nada, me estoy empezando a preocupar.

Hasta que veo como sonríe con los ojos cerrados.

—¿Te estas haciendo la dormida Sandoval?—susurré.

Ella negó.

—Sigo dormida, sigue, sigue...—susurró y solté una carcajada. Dios mío, esta mujer.

—Despierta, mira lo que te hice.—dije y me levanté de la cama, ella abrió sus ojos, tome la charola y puse el desayuno en sus piernas, me senté en la orilla.— Buenos días mi amor.—besé sus labios.— buenos días señora ninfómana. —murmuré y ella mordió mi labio, me dolió porque ayer cuando me mordió me rompió.

—Idiota.—murmuró.— buenos días licenciadito entrometido.

Miro su plato y sonrió.

—Buen desayuno, hotcakes quemados.—susurró haciendo un "puchero"

—Están ricos, pruebalos.—ella llevó un pedazo de hotcake a su boca.

—¡Aguirre! ¡Esto tiene demasiado azúcar!—dijo riendo.

—Están sabrosos.—tomé el tenedor y comí un poco.

—¡Oye! son míos.

—Eran tuyos.—dije y le di otro mordisco al hotcake.

—Estúpido.—murmuró y tomo de su mermelada.—, esto si esta sabroso, fue lo único que hiciste bien.—dijo y reí.—, ¿y estas rosas tan lindas?

—Las busqué, estaban por la orilla de la playa. Ufs, tuve que recorrer como tres millas para encontrarlas.—rodó los ojos.—, son para ti.—susurré y me acerqué a ella.

Volvemos Al Pasado ↬PrivilegioDeAmar²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora