School = Suicide (parte I)

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Lunes, la alarma suena a las seis de la mañana no es tan difícil levantarme ya que de hecho no pude conciliar el sueño, Penny no volvió desde el sábado por la mañana y por lo que puedo recordar estuvo en una comida con sus padres y supondré que no aquí.

Tomo una ducha caliente y lenta, sinceramente no tenía ni la mínima gana de ir al colegio solo quería pasármela encerrada en mi habitación esperando el regreso de Penny y dormir para recuperar el sueño que no pude conciliar hace un momento, la vida sería más fácil ahora ya que mis padres regresarían a trabajar a su empresa, después de unas largas vacaciones que se dieron porque obvio ellos son sus propios jefes así que a mí me dejarían de fastidiar con la nueva idea de comer todos juntos en familia, de salir a rondar por lo menos quince minutos por la casa para hacerme la aparecida y ellos se sintieran bien con su mente sabiendo que son ejemplares.

Salí de la ducha con la toalla enredada en mi cabello empapado y una bata grande blanca cubriendo mi desagradable cuerpo, antes de acercarme al armario me subí en la báscula para comenzar la mañana con desilusiones por mirar mi peso y ver que no he bajado ni un jodido gramo, baje de inmediato de ahí para ir después al armario y tomar los vaqueros más sueltos debido a que no quería que mis piernas grandes y anchas se notaran, tome una remera color piel con tirantes y un jersey color coral. Me vestí lo más rápido que pude a estas horas de la mañana hacia un frió espantoso y me congelaba más de lo debido.

Me acerque al espejo de cuerpo completo de mala gana e intente no mirar tanto mi cuerpo, amarre mi cabello rubio en una coleta con un moño a juego y pinte mis pestañas para así poder disimular un poco las motas moradas que estaban debajo de mis ojos.

Una piedra revoto en mi ventana y enseguida supe que Penny había llegado por mí. Me coloque las botas de una manera rápida, tome mi bolsa con algunas libretas dentro de ella y baje antes de que mis padres salieran de su habitación.

-Hey, buen día- dijo mi amiga frente al volante, cerré la puerta una vez que estuve dentro del coche, ella giro el embrague y nos dirigimos al suicidio. Al menos para mí.


-Llegamos- anuncio Penny, ella sabía que no estaba tan feliz de haber venido a la escuela, de hecho deseaba que esto terminara lo más pronto posible

-¿Cómo te sientes?- pregunto ella con duda-miedo en su voz, yo solo me encogí de hombros y mire a fuera- Hagamos que esto termine lo más pronto posible- respondí y Salí del auto.


El colegio era exactamente el mismo, los mismos casilleros color gris, los mismos salones con un cupo de treinta alumnos por aula, el mismo prefecto y tutor por piso y los mismos pretenciosos, criticones y vacíos alumnos que la institución permitía, todo era malditamente igual. Sentí la calidez de la mano de Penny sobre la mía, gracias a la intervención divina ella estaba en el mismo grupo que yo así que entrando al salón, al menos yo, pude sentir todas las miradas y susurros detrás de mí, busque lugares para las dos lo más alejado de mis compañeros de grupo así que nos ubique en la penúltima fila al final de la hilera.  

-Muy bien el primer paso ya lo dimos- susurro mi amiga muy cerca de mí, le solté una sonrisa ligera. Saque mi carpeta y un lapicero al igual que Penny, tome un respiro y me permití relajarme solo un poco hasta que el profesor Ville entro con una sonrisa irónica en su cara.

-Mmmm- murmuro- es fantástico poder oler la pereza, incredulidad, torpeza y ese hueco vacío que tienen justo dentro de su cráneo, nuevamente- nos miró a todos tomándose su tiempo para retarnos a cada uno de nosotros con su más jodida mirada y una vez que termino volvió a hablar- Como todos ya saben soy el profesor Tomas Ville pero pueden sentirse con la confianza de llamarme Sr. Ville, bueno seré su profesor de álgebra de tercer grado- sonrió y nos dio la espalda para comenzar apuntar las reglas y las formas de evaluación.

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