Ladrón de soles

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Corre un niño con veinte soles robados en una noche sin estrellas. Cruza la caudalosa avenida Faucett cual rana asustada que atraviesa troncos de río. No le asustan los postes fríos, las serpientes negras ni el ridículo riachuelo de lecho miserable. Escapa por la avenida Morales Duárez, escondido entre fumones y mototaxis. "A casa" – piensa. "Pero antes un caldito". Buscará entre la noche un ambulante lejano y cómplice. "Tío, uno de tres", le dice. Come ligero, paga rápido, ¿lo seguirán? No importa, la noche lo acompaña.

"Los soles son estrellas", recuerda. La última clase de un colegio que no pudo terminar. Ese Primer año de secundaria de padre bueno hasta la mujer esa. Épocas del profesor aquel, tan dedicado. Siempre esperando lo mejor, enseñándole matemática, ciencias, comunicación. ¿Cómo se llamaba? ¿Seguirá luchando contra el mundo? ¿Se habrá cansado ya? "No se gaste profe", recuerda la frase del Jefe de disciplina: "Los que nacen ladrones, serán ladrones". Tan flaco el profe, tan firme aquella vez. Remangarse la camisa para intentar reventarlo a puñetazos por expresarse así de un alumno, el Director que interfiere y el patio de escenario. "¡No se meta en mi trabajo carajo!", le grita al Jefe de Disciplina, quién no deja de reírse. Ese profe, buena gente, tanta fe: "No le hagas caso hijito, sigamos con la clase". La última ayuda. No regresó al día siguiente. ¿Qué habrá sido de él?

Papá que seguía saliendo bien arreglado, regresando tarde o no regresando, mintiendo. "No me han pagado", "me deben". Madre desesperada, luchadora, golpeada. La rabia en los puños y las primeras peleas en el colegio. Papá borracho cada noche, ¡mi comida mierda! Furia en los dientes, contenerse para expulsar insultos en el aula. Ira en las manos, intentar defenderla, papá es más fuerte. Ojos morados, más peleas y lisuras en el colegio. ¿No le dije Director? Mejor si lo expulsamos. Mamá en el hospital, yo la llevo vecina...por esta vez. Donde está profe, que fue de usted. Furia guardada, llanto, hambre y lágrimas. Ir al colegio sin tareas, sin trabajos, sin cuadernos. ¡Salga de mi clase irresponsable! Pero profe. ¡Salga de mi clase! Sáqueme usted huevón. El viejo en las entrañas, el miedo de la madre ¿por qué no se defiende? ¿No le dije Director? El Jefe de disciplina que viene, más miedo. Dónde está profe, no debió irse. Aferrarse al pupitre, miedo; caminar a Dirección; llorar de rabia, miedo. No me bote Director....por favor, mi madr..... El puño, la risa y el grito del Jefe de disciplina. ¡Lárgate! Furia y sonrisa, amabilidad. Vete por las buenas o a ti y a tu padre me los sueno. No se preocupe Director, nadie vendrá por él, cuántas veces ya llamamos y nada. Salir mientras todos miran, "expulsado", "expulsado", "expulsado". Llegar a casa, no importa. Papá se ha ido, antes ha golpeado a mamá. Sentadita ella, el hermanito que llora, la deuda de tres meses. No lloren los dos, no lloren. La policía que llega muy tarde y padre que no volvió. Una visita a la comisaría, dos visitas, más. Déjelo ya señora, usted que se mete con un hombre así, ya no debe estar en el distrito. No hay plata para curar golpes, no hay familia cuando uno viene de tan lejos por un futuro distinto. Madre tan mal, con pasos lentos, dolor de cabeza. Luego sin moverse, desparramada en el rincón de doscientos soles, rincón del que saldrán el próximo mes si no se paga.

¿Los soles son estrellas? No, son monedas de la cena y desayuno. No hay padres, profesores buenos, ni colegios; no hay madre sana que pueda trabajar.

¿Ahora?, guardar las estrellas restantes en el bolsillo. Soles que servirán para la comida y el atraco de mañana.

Expedientes secretos :)Where stories live. Discover now