El aula ÉPSILON

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Amor, cualquier curso menos historia.

De los cuatro profesores que habíamos iniciado la investigación, en el Cementerio Baquíjano y Carrillo, solo habíamos quedado dos. Rodolfo y Christian habían muerto y Julián se había alejado lo más posible del Perú para olvidar lo que habíamos descubierto. Era necesario olvidar las últimas indicaciones del historiador aquel y las tumbas que debíamos visitar, era necesario tomar un respiro y dejar de pensar en lo cerca que había estado la muerte también para él. Por ello, su esposa le había pedido que ya no enseñara historia, que le dejara el curso a cualquier profesor y que volviera a la literatura y la filosofía.

Ser tutor ayudaría también a olvidar. ¿El salón? Uno de Segundo de secundaria. ¿Qué ocurrió con la profesora anterior? Se había retirado sin motivo aparente. ¿Y el tutor o la tutora? Parece que también había abandonado todo sin mediar mayor preocupación. El salón, blanco y simple, requería de decoración. ¡Yo traigo profe! se escuchó una voz ¡Yo también! ¡Yo también! Dos alumnas en especial se disputaban el compromiso de convertir al salón en el mejor decorado del colegio: Luisa y Tamara. Ambas con la suficiente energía para movilizar un ejército. En silencio, pero muy eficaces, Grace, Xiomi, Melania, Juana, Karla...Cada una de ellas con una responsabilidad distinta y con el ánimo de destacar.

Las voces en aquel viernes 21 de marzo se multiplicaron, pero también los compromisos silenciosos.

- ¿Y nosotros?

Un grupo se había quedado sin hacer mucho. Así que debían apoyar en la colocación de adornos, conseguir las fechas de cumpleaños, crear un grupo en Facebook y otras actividades más. Oscar, Michel, Leonid, Gianfranco, Aldo...cada uno con una historia distinta, con un complejo e infinito universo difícil de explicar. ¿El objetivo? Que estuvieran ocupados, que se sintieran útiles. El aprecio mutuo no dudó en aparecer, como también los problemas. Más de uno se acercaba a contarlos. ¿El resto? A eludir cualquier conversación con la dureza típica del adolescente decepcionado.

¿Cómo ganar su confianza? ¿Cómo explicarles que el sufrimiento es mental y el dolor sólo es físico? Tal vez con las acciones, porque se habían cansado de escuchar arengas, diatribas, amenazas, coacciones, castigos y otros sistemas de torturas que solo servían para callarlos momentáneamente, pues luego huirían de la realidad con algún videojuego, algún videíto o...quién sabe, algo más.

El corazón de un estudiante se gana con buenas actitudes, pero eso también trae enemigos.

Expedientes secretos :)Where stories live. Discover now