25: ¿Por qué lloras, mariquita?

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Escucho una voz muy lejana, se escucha por allá por el coño e' su madre, o sea, bien lejos. 

Intento abrir mis ojos y no puedo debido a que los siento muy pesados, naguevonada, ¿SERÁ QUE SE ME PEGARON LOS OJOS POR TANTA LAGAÑA? HELP ME.

Mis sentidos se van afinando poco a poco y comienzo a escuchar claramente quién es y que es lo qué me esta diciendo.

—Grecia, por favor despierta. Han pasado dos malditos días—habla la voz que reconozco como la de Luke. Si mi mente no me falla pues, es él.

Y verga manao, ¿Dos días? Le eché bolas marico... No ya va, ¿DOS DÍAS? Yo soy floja pero no tanto. A ver que me informa este men.

—Necesito que vuelvas, necesito que me vuelvas a sonreír o a golpear. Te he extrañado mucho y he sido un completo idiota, no te merezco—su voz se quiebra y empieza a sollozar—. Necesito que vuelvas y me perdones, que me perdones por ser tan terco y estúpido. Lo siento tanto, por todo. Tienes que volver porque... ¿Que sería de mi vida sin ti? ¿Que sería de todos nosotros sin tu presencia?

Todo se queda en silencio por un momento y solo se escuchan sollozos por su parte y no puedo más, escucharlo así me parte el corazón y el alma.

Vuelvo a intentar abrir mis ojos y lo consigo con éxito. 

Miro donde estoy y parece una habitación de hospital, sin mencionar que tengo puesta una vía. Lo miro y está con su cabeza agachada, con el cabello revuelto y sus mejillas están rojas empapadas de lágrimas. 

Huh, ¿Ahora que le digo? Ah, ya sé.

—¿Por qué lloras, mariquita?—pregunto con voz débil y carrasposa. Estiro mi mano para tocarlo.

Levanta la cara de golpe y sus ojos se iluminaron como focos de navidad.

—Eres tú...—susurra esperanzado—. ¡Oh por Dios, por fin estás despierta! No sabes lo preocupados que estábamos, yo-

Puse mi mano en su boca para callarlo.

—Primero que nada, te perdono Luke, y antes de que preguntes si te escuché—dije enumerando con mis dedos—. Segundo, ¿Que carajos pasó? ¿Cómo terminé aquí? Me gustaría de verdad saber porque parezco muerta en vida. Y tercero y último, tengo hambre.

Porque con hambre se nace chamas.

—Tú.. ¿No lo recuerdas?—me pregunta frunciendo el ceño.

Negué con la cabeza.

—¿Qué es lo ultimo que recuerdas?—volvió a preguntar.

Hice un esfuerzo por recordar. Veamos, fui a la heladería y luego a la playa con.. Yef.

—¿Dónde está Yef? ¿Él está bien? ¿Cómo llegamos aquí?

El aparato que marca mis latidos comenzó a acelerarse y Luke me miró asustado.

—Grecia, por favor, tienes que calmarte—intenta tranquilizarme tomando mis manos.

—No, Luke. Tú no lo entiendes, ¿Dónde esta él?—pregunto de nuevo y Luke bajó la cabeza—. ¡Dime!

Soltó un largo suspiro y levanta la cabeza de nuevo para luego tomarme la mano con delicadeza.

—No quería ser yo quien te lo dijera pero bueno. Grecia, él... No aguantó a llegar y-

¿QUÉ?

—¿De qué hablas?—pregunté temerosa de la respuesta.

—Él te abrazo para protegerte y.. recibió todo el impacto por ti—contó y noté como mi vista comenzaba a volverse borrosa—. Hey, ¿Estás bien?—me preguntó y negué. 

LATINA ―5SOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora