-Te he llamado todo el día, Hiro.- sonaba un poco molesto.
-Lo sé, Wasabi. Lo siento, acabo de despertar.- los ojos del japo-americano rodaron solos, ¿su amigo estaba hablando en serio?
-Hiro, ¿otra vez te desvelaste?
-No.- Hamada jura que intentó sonar convincente.
-Hasta acá puedo oler tus mentiras, amigo.
-Wasabi, todo está bien, ¿de acuerdo? Sólo tenía sueño.- se levantó de la cama y puso el teléfono en altavoz para buscar qué ponerse.
-No sé si olvidas con quien estás hablando, pero está bien. Lo creas o no, no llamé para regañarte.
-Algo me dice que mientes, amigo.- la risa salió sola.
-Deja ese tono burlón conmigo, ¿sí?
-Sólo dime qué pasó, Wasabi.- le contestó un poco antes de colocarse la camiseta.
-¡Hiro!- un grito femenino se escuchó en el aparato y el chico sólo pudo enarcar una ceja, confundido.
-¿Honey?
-Sí. Soy yo. Lo siento, Hiro, pero necesitamos que vengas de inmediato a la Universidad.- su tono de voz era distinto.
-¿A la Universidad? ¿Para qué?- cuestionó al mismo tiempo que se ponía el pantalón.
-Sólo hazme caso, ¿sí?- rogó un poco la rubia.
-Ah....-un suspiro salió de sus labios- bien, voy para allá.
-¡Corre amigo!- otra voz salió del teléfono celular.
-¿Ese fue Fred? ¿Están en altavoz?- Hamada sacaba sus tenis tipo converse de bajo su cama mientras preguntaba eso.
-Sin dramas, pequeño. Deja de perder el tiempo y ven acá.- esa definitivamente era su amiga Gogo.
Los sonidos agudos y cortos que transmitía ahora el teléfono, le indicaban al genio que su amiga había cortado la llamada. Terminó de ponerse sus tenis y salió del departamento.
Siguió el conocido camino a su antigua casa de estudios y los recuerdos le invadieron otra vez. ¿Cómo había olvidado una fecha tan importante?Al llegar, divisó a sus amigos en las escaleras de la entrada principal. Todos lucían extraños. ¿Por qué lo veían así?
-¿Pasa algo, chicos?
-Hiro...tú...- Honey se tomaba su tiempo. Oh no, sabía que pasaba.
Gogo la interrumpió.
-Hiro, ¿sabes qué día es hoy?
Ahora entendía todo.
-Sí. ¿Por qué?
-Amigo, sabemos que ésto no va a ser una buena noticia, o tal vez sí, no lo se, viejo. -mientras decía todo eso se movía de forma extraña, algo común en él.
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~El escritor que llevo dentro~
Hayran KurguHiro Hamada ocultaba muchas cosas, pero lo más sagrado era esa caja de libretas bajo su cama. Cuatro años llevaba escribiendo a su amor. Amor que se fue por su culpa. ~*~*~*~ Hola!! Hace tiempo que soy super fan de la parejita de Hiro Hamada y Migu...