-No sé de qué estás hablando, Hiro.- Honey fingía demensia.
-Honey, escuché a Fred y vi tus gestos. ¿Por qué te fuiste con él?- Hamada le hablaba pesado, mirándola con el ceño fruncido y cruzado de brazos.Honey sabía que era por sus dramas de telenovela y no por celos, y no mentiría, era gracioso. Pero debía mantener la compostura.
-Me fui con él porque acaba de llegar desde hace mucho y necesitaba que lo llevara a su hotel.- explicó la rubia.
-¿Y su hotel está a cuántas horas? Porque debe ser un camino largo para que vengas desvelada y los chicos no.- La pose de Hiro se endurecía.
-No, nos quedamos platicando. Lo siento Hiro, pero él aún es mi amigo y no es ningún enemigo.- Honey empezaba a hartarse de la actitud del pequeño.
-De acuerdo- intervino Wasabi -antes de que se maten el uno al otro, recuerden que son amigos y nada malo pasó.- Eso último lo mencionó viendo a Hamada.Y tan rápido como empezó el pleito, acabó.
Mientras tanto, en un parque cerca del hotel Piczmon*, dos morenos se reunían para conversar.
Uno de ellos vestía elegante, pero fresco. Jeans claros, camisa a cuadros azul por encima de una camiseta blanca de tirantes a convinacion con sus converse blancos. En su rostro se posaba una sonrisa arrogante que hacía juego con sus ojos ámbar. Él era Marco De La Cruz, cantante del momento en su país natal y mejor amigo del otro moreno, Miguel Rivera, en sus tiempos libres desde que tenía quince años.
Al verse, un abrazo de hombres con dos palmadas en la espalda fue su saludo, como buenos mexicanos.
-Quien diría que tú vendrías a un lugar como éste, Marco.- se burló Rivera.
-Si tu pudiste, era obvio que yo podría, Miguel.- contestó el de ojos ámbar, riendo.Ambos se sentaron en una banca del parque y así empezó su plática, de cosas triviales como sus estados de ánimo a chismes de vecindad que habían vivido sus familiares, hablaban y hablaban como si no hubiesen hablado en años, cuando sólo dos meses de no saber del otro los separaba.
-Y bien, ¿qué haces aquí? No me digas que estás de gira porque ya lo sabría por tanta fan tuya que hay en donde vivo.- dijo Marco.
-No, voy a dejar por el momento mi carrera. Me tomaré un descanso.- contestó con simpleza el Rivera.
-¿Y eso?- la sorpresa podía verse y escucharse en De La Cruz.
-Voy a recuperar a mi chino. Ya te lo había dicho.- dijo, como si fuera lo más normal del mundo.
-La neta no creí que fuera cierto.- contestó con simpleza, recargando su peso en el respaldo de la banca.
-Pues es cierto, Marco. No voy a dejar que problemas de pubertos nos arruinen la vida.- Miguel sonaba decidido.
-Entonces sabes que para cualquier cosa aquí me tienes, al fin y al cabo que voy a quedarme aquí un tiempo.- los hombros de Marco se alzaron, quitándole interés a lo que mencionó.
-¿Al fin pudiste separarte de tu pueblo?- la ceja izquierda de Miguel se arqueó.
-Lo haré hasta que el agua de calzón que te dio el chino ese te quite el efecto de atarantado que tienes, idiota.- las carcajadas salieron de la boca de Marco.Miguel solo lo miró mal y le soltó un golpe en el hombro.
-¡Oye!- se quejó Marco -¿¡ESTÁS TONTO O QUÉ, WEY!?
-Pasaste mucho tiempo en la Ciudad ¿eh?- se burló el contrario.
-Cállate ya.
-Ya, está bien. Mejor platicame otra cosa.- se recargo en la banca.
-Te platico que tengo hambre, Rivera. ¿A dónde me vas a invitar?
-¿Invitarte yo? ¡JA! Ni que te estuviera ligando wey.
-Ojalá tuvieras esa suerte.
-Ay no, guacala.
-Estúpido, ya quisieras que de estas pulgas brincaran en tu petate.
-No gracias, me van más las pulgas chinas y malhumoradas.- continuó la broma, explotando en risas exageradas.
-Ojalá que nunca me vea como tú en estos momentos.
-Cuando lo hagas, me entenderás.
-Cuando lo haga- contestó Marco, levantándose de la banca- te daré permiso para que me des un golpe en la cara.- río -Ahora vamos a comer, yo invito.
-De acuerdo, De La Cruz.- se levantó el otro mexicano y comenzaron a caminar.Volviendo con los genios, horas después.
-¿Ya me dirás qué pasó?- habló un más calmado Hiro.
-Ya te lo dije. Eso fue todo.- contestó la rubia.
-¿Estás segura?- el genio buscaba la mirada de su amiga.
-Sí, Hiro.- Honey sólo escapaba de él.
-Está bien, te creo.- suspiró el menor- ¿vamos a comer?
-Claro que sí.- le contestó, con una enorme sonrisa.
-Pues vamos, los chicos nos están esperando.
-Por supuesto.Después de veinte minutos de camino, diez minutos de discusión y cinco de tomar una decisión, se encontraban los los seis chicos entrando a un restaurante.
-Y bien, Karmi, ¿de dónde conoces a Hiro?- empezó la conversación el amante de los cómics.
-Oh bueno, fue hace muchos años, nos conocimos en una feria de ciencias. Fuimos contrincantes; empezamos odiandonos. Pero intercambiamos números después y nos hicimos amigos.
-Primero amienemigos, la verdad.- interrumpió Hamada.
-Sí, es cierto.- asintió la morena.
-Eso es asombroso, no sabíamos que Hiro podía tener amigos de su edad.- se burló Gogo.
-Ja ja ja, que graciosa.- el sarcasmo no tardó de salir de la boca del menor.
-Oh vamos, Hiro, sabes que es cierto.- secundo Fred, apoyando a su novia.
-Tú solo le das la razón porque comparten saliva.- comentó Hamada, a la vez que hacía una cara de asco fingida.
-¡Tarado!- sonrió Gogo, dándole un golpe en el hombro.Sólo se escuchaban risas en la mesa de los genios, hasta que Karmi interrumpió dando a conocer un descubrimiento.
-¡Oh por Dios!- susurró emocionada.
-¿Qué pasa?- se asustó Wasabi.
-No van a adivinar quién está en la mesa de la esquina.- sus susurro seguían presentes.
-¿Quién?- las cejas de Hiro mostraban su sentir confundido.
-¡Marco De La Cruz!Cuando la morena mencionó ese nombre, Honey Lemmon escupió el agua que estaba bebiendo; ¿¡CÓMO ERA ESO POSIBLE!?
*-*-*-*-*-*-*-*-*
2/2Créditos del dibujo para ureshisan_universe
1011 palabras de capítulo, nada mal.
Oigan raza, necesito su ayuda. Denme sus ideas de canciones que les gustaría para la segunda serenata de Miguel pal Hamada porfis!!
Me encantaría que participen en este pedul 🖤✔️Y bueno, este capítulo va dedicado pa Osito_Asesino porque hoy terminó sus estudios a nivel preparatoria ❤️.
Gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
~El escritor que llevo dentro~
Hayran KurguHiro Hamada ocultaba muchas cosas, pero lo más sagrado era esa caja de libretas bajo su cama. Cuatro años llevaba escribiendo a su amor. Amor que se fue por su culpa. ~*~*~*~ Hola!! Hace tiempo que soy super fan de la parejita de Hiro Hamada y Migu...