Capitulo 8 ~Salida~

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Esta vez el primero que despertó fue onceler que miro a su lado encontrándose a Greddler aun dormido, parecía bastante tranquilo, aunque algo notaba era como el de traje pareciera que delimitaba su espacio en la cama, al menos parecía que después de terminar lo que el contrario lo obligaba a hacer por las noches el regresaba a su espacio de la cama y lo dejaba a él en el suyo y eso de cierta forma le pareció bastante triste.

-debe ser muy común para él – pensó observándole aun con algo de miedo – será mejor que vaya a ducharme – siguió para levantarse lentamente no queriendo despertar al contrario puesto había tenido otra experiencia en la noche bastante amarga al menos para él y no quería que se repitiera, aunque sabia con tristeza que lo haría.

Una vez que logro levantarse se dirigió con sigilo a la puerta del baño entrando teniendo cuidado de cerrar la puerta con seguro al menos así le podría evitar un poco, lleno la tina con agua tibia sentándose en la orilla para observar con un nudo de tristeza en su pecho, no pensaba que las personas podrían llegar a ser tan malas como el de traje, pero no podía quejarse él era quien había aceptado y era por una buena causa solo que en ese momento le tenía un gran miedo al contrario.

Se metió a la tina quejándose un poco puesto que le ardían las zonas en donde Greddler había mordido, se palpo el cuello apartando la mano inmediatamente sintiéndose bastante miserable, se sentía pegajoso no solo en el pecho aun a pesar de que el de traje había lamido toda la crema batida que había derramado en él y además se sentía cálido y sumamente pegajoso dentro también; acerco tímidamente una de sus manos a su entrada apartándola avergonzado.

En cuanto se sintió lo suficientemente limpio salió de la tina viéndose en el espejo en tanto se secaba, no había pasado ni una semana desde que estaba ahí y se veía bastante triste y demacrado, los ojos hinchados por llorar tanto al igual que los labios por ser besados y mordidos por el contrario, el cuello lleno de marcas de mordidas al igual que sus hombros, aparto la vista dejando caer unas lágrimas abrazándose a si mismo viendo entonces sus muñecas que estaban adornadas con moretones por cómo le había atado tan fuerte aquella vez, recordarlo solo le hizo sentirse peor así que duro un rato más dentro del baño llorando hasta que se dio cuenta de que si el de traje ya estaba despierto y le hacía esperar tal vez le castigaría

-todo va a salir bien onceler – se dijo suspirando secando sus lágrimas – tal vez si lo tratas bien y eres amable deje de obligarme... -pensó sabiendo muy en el fondo que eso probablemente no pasaría

Después de eso salió del cuarto de baño encontrando al contrario todavía dormido lo cual le alivio un poco, así que tuvo tiempo de vestirse y salir de la habitación en silencio, por suerte al de traje se le había olvidado cerrarla

-en una suerte que no esté cerrada – pensó caminando por el pasillo dirigiéndose a donde recordaba estaba la cocina - ...pero si alguien la hubiese abierto anoche... nos habrían... - se tapó la cara que sentía caliente

-¿onceler? – escucho la voz de la chica que vio acercarse a él en cuanto se quitó las manos de la cara - ¿el señor Greddler te dejo salir solo?

-no, él esta dormido

-¿y a donde ibas? – pregunto la chica pensando que tal vez trataría de escapar

-a la cocina, no hay problema en que vaya ahí, ¿verdad?

La chica lo pensó un poco observando al pelinegro no se veía como una mentira además si trataba de escapar Víctor le atraparía en un instante

-claro puedes ir solo que no trates de...

.no voy a escapar Gladis... - dijo con un tono triste - ... tengo que quedarme aquí porque acepte el trato

La joven se mantuvo en silencio observando al chico, en serio sentí pena por él, palpo su hombro sonriendo

El juguete de mi amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora