[07]

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[07]

—A ver, Emilia Ruíz, Claudio me lo explicó todo, que tenés a tu chiquita y que no piensas abortar, yo apoyo tu decisión. Pero decime, es el segundo hijo en menos de 2 años... ¿podrás con la carga? Claudio sabe que debe hacerse responsable por sus actos, de eso no hay problema, pero, ¿te has detenido a pensar en vos? ¿La escuela, los estudios, la maternidad, tu otra hija...?

—Muchas veces Rosario, y no sé qué hacer, mi madre cuida a Martina cuando estoy en el Like pero no estoy segura de que apoye mi decisión de tener otro hijo, desde que me enteré supe que sería difícil, lo más complicado del mundo pero...

— ¿Pero?

—Pero es mi bebé y no podría con la culpa si lo dejo en adopción o si, lo aborto —Emilia llorona, ya te extrañábamos.

—No, no, no, no, no, en esta casa no somos pro-aborto, aun es una práctica muy peligrosa; es tu decisión sin embargo, ¿qué pensás hacer con el bebé?

—Es que, ¿todavía no ha nacido y ya debo tomar una decisión?

—Ella tiene razón mamá, la estás presionando mucho...

—Muy bien, muy bien, yo no diré nada, solo, Claudio, respóndeme algo —pidió su madre—. ¿Vos te sentís preparado para tener un hijo?

No quiero escucharlo, no quiero escucharlo, no quiero.

—Si vos siempre vas a estar ahí y me aconsejás, sí. —meh, no fue tan malo...

Su madre sonrió y se acercó a mí para darme un abrazo, que yo agradecí—. No estás sola Emi, nosotros estamos contigo.

[...]

— ¿Segura de que te sentís bien?

—Solo estoy un poco mareada, pero no te preocupes, voy a estar con mi mamá y con Martina —sonreí yo meciendo a mi bebé.

—Sí, pero-

—Claudio, estoy bien, te avisare cualquier cosa.

— ¿Paso por ti para ir al Like?

—Eh, bueno, si quieres. Nos vemos después —yo bajé del coche junto a Martina y caminé a mi casa con total tranquilidad—. Mamá, ya llegamos...

—Hola hija, ¿cómo se portó Martina?

—Algo traviesa, pero estuvo bien, se divirtió —yo la dejé en su cuna y me senté en la sala junto a mi mamá—. Es... es algo difícil, intentar sobrellevar la escuela y la maternidad, pero ya le estoy agarrando el hilo.

—Me gusta oír eso, yo sé que tú puedes chiquita —mi mamá me sonrió pero sabía que había algo que me tenía intranquila—. ¿Sucede algo? Es sobre ese joven, Claudio, ¿no?

—Pues, un poco —admití yo—. El me gusta mucho pero, tiene novia.

De inmediato la cara de severidad de mi mamá se hizo presente, ya sabía que iba a regañarme.

—No me malentiendas, yo solo intento ser su... ¿amiga? Quien quita si algún día podamos estar juntos, tal vez —expliqué, a lo que ella pareció comprender.

— ¿Y ya le contaste sobre Martina?

—Sí, bueno, él se terminó enterando sin que yo le contara. Pero se lo tomó muy bien, adora a Martina —la sonrisa de mi madre se ensanchó.

—Pues si es así, ya me agrada un poco más ese muchacho.

[...]

—Nos vemos mamá, adiós Martina, las quiero mucho —me despedí de ambas y subí al auto en donde Claudio me esperaba.

Decir Adiós | ClaumiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora