[03]

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—Muy bien, ya salió la prueba, solo repíteme por qué tuve que pedirle a mi novia que llenara una de esas muestras...

—A ver, solo piensa un poco León, es obvio que Machu NO está embarazada —yo levanté mis dedos de manera acusatoria, poniéndolo nervioso—. Eso quiere decir que la prueba va a salir negativa y, cuando se la entregue al doctor va a dejar de sospechar y no voy a perder mi beca, ¿entiendes? Si en el Like se enteran de mí, condición, yo lo pierdo todo, pero si no, todo puede continuar normalmente...

—Pero, Em, ¿luego qué vas a hacer? Cuando se empiece a notar y, ya no puedas ocultarlo.

—Eso todavía tengo que pensarlo, por ahora puedo usar una de esas fajas especiales para embarazadas y eso no le hará daño al bebé —propuse—. Y, con respecto a Claudio... eventualmente tendré que decírselo, solo tengo que encontrar el momento exacto.

—O, puedes llamarlo ahora mismo y darle la gran noticia —yo le di un zape por su alocada sugerencia—. No mames, pegas bien fuerte wey.

—Lo siguiente será comentarle a Ulises, él también tiene derecho a saber, los 3 estamos juntos en esto —levanté mi mano y alcé mi meñique para que, junto a León, hiciéramos la promesa—. Ahora, deja de andar de vieja chismosa porque si dices algo juro por Dios que te dejo sin descendencia, ¿capisci?

Él asintió y yo bajé del auto para después despedirme y poder entrar a mí casa, era hora de ver a mi chiquita.

—Hola mamá, ¿y Martina?

—Hola hija, ¿cómo te ha ido? Ella está tomando la siesta ahora mismo.

—Lástima, quería jugar con ella un rato...

—Sabes, del Like me llamaron, dicen que te has estado sintiendo mal esta semana, ¿qué tienes chiquita?

—Ya me siento mucho mejor mami, creo que solo necesitaba un descanso de tanto estudiar, sabes que tengo que exigirme mucho para no perder mi beca...

—Sí, pero mucho esfuerzo hace daño, ya vez como te pusiste, deja que este fin de semana te voy a consentir —yo sonreí y me acerqué para abrazarla, no sé qué haría si no tuviera el apoyo de mi mamá.

—Gracias mami, te quiero mucho, ¿lo sabías?

—Yo también te quiero... pero Emilia, ¿por qué estás llorando?

— ¿Qué? —Me toqué las mejillas notando que efectivamente estaban húmedas por las traviesas lágrimas—. Ah, no me hagas caso, es que tú y Martina me hacían mucha falta. Pero bueno ya, yo voy a ver a Martina, ¿sí?

Ella asintió no muy convencida por mi explicación y yo me alejé rumbo al cuarto en donde dormía plácidamente mi bebé.

—Hola princesa... —susurré para no despertarla—. A mami le has hecho mucha falta últimamente, ha de ser por las hormonas, sabes, te tengo una sorpresa Martina —yo miré hacia ambos lados y me aseguré de mi mamá no estuviera cerca; agarré la manito de mi hija y la puse delicadamente sobre mi vientre aún plano—. ¡Sorpresa...! —canturreé haciendo que la niña se removiera entre sueños, mi intención no era despertarla, por lo que solo me quede ahí, contemplándola, observándola dormir, admirando lo fácil que es su vida y lo complicada que ha resultado ser la mía.

Me puse a pensar, ¿qué debo hacer con este bebé? Definitivamente no puedo conservarlo, pero, ¿un aborto?Jamás sería capaz de eso, ¿darlo en adopción? Tampoco concibo esa idea.

Si lo tengo me va a ocurrir lo mismo que con Martina, no voy a querer separarme de él o ella por más difíciles que sean las circunstancias. Pero si no lo tengo, va a ser algo de lo que me arrepienta toda la vida.

Decir Adiós | ClaumiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora