17. Por los pelos

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Y sin esperarmelo mi jefecito me vuelve a besar por segunda vez en la noche, en esa habitación de hotel.

Siento como los hermoso, deliciosos, carnos...bueno al punto, labios de mi jefecito rozan los míos, al principios es un movimiento lento y suave, pero a medida que avanza el beso se va tornando más y más apasionado, hasta el punto de que no soy capas de seguirle el ritmo.

No se en que momento comenzamos a caminar, pero cuando menos me doy cuenta yo estoy recostada en la cama con mi jefecito en medio de mis piernas. Soy yo o ha comenzado a hacer calor aquí, uff.

Llegados a este punto ya no me importa nada de lo que este sucediendo o de lo que vaya a suceder, solo me importa seguir disfrutando, ya luego me arrepiento.

Siento como comienza a subir el camisón que hace menos de 10 minutos me puse y cuando termina de quitármelo lo tira a algún lado del cuarto. Siento como mi cara y orejas se comienzan a calentar hasta que se que estoy más roja que el labial de la señorita Fran....Mierda.

Empujo el pecho de mi jefecito con ambas manos pero no lo muevo ni un milímetro, aghh.

-Muévase-digo entrecortado.

Maldita sea, casi me acuesto y pierdo mi virginidad con mi jefe, MI JEFE. ¿En que rayos estaba pensando?

En lo bien que besa, en sus hermoso ojos, en....

Si, si, si, ya entendí, no tienes que decirlo.

Yo solo digo la verdad.

Ahora me estoy volviendo loca, solo me falta comenzar a hacer caras raras.

Pues loca ya estas.

Cállate.

Lombardi en ese momento parece que recobra la compostura y se para. Noto como sus ojos se vuelven a tornar fríos y sin emoción alguna, como si el deseo de hace unos segundos no hubiera existido.

-Perdón señorita Cooper, esto no debió de haber sucedido, intente simular que nada de esto sucedió, entendió-dice mirando hacia otro lado.

-Si señor-digo después de haber tragado saliva.

-Bien, hoy voy a dormir en el sofa-coge su almohada y una cobija del closet.

Joder, ¿cómo es que la noche termino de esta manera?

Busco mi camisón por el cuarto y cuando lo encuentro vuelvo a ponérmelo. No puedo creer que casi pierdo la virginidad con alguien a quien ni siquiera amo, o sea, ni siquiera tengo una relación con él como para poder decir, al menos es mi novio o algo parecido. Aghh, estúpida.

Creo que si voy a aceptar la propuesta de Adriano para salir el sábado, ademas de que los sábados no son mis días laborales, así que tengo toda la libertad de ir a donde me de la grandisima gana.

Me acuesto en la cama, donde hace unos minutos iban a suceder cosas...prohibidas, si esa es la palabra, ya que esta totalmente prohibido tener algo con mi jefe.

Miro el techo hasta que logro quedarme dormida, lo ultimo que recuerdo es que estaba pensando en labios y fresas, lo se soy rara.

***

-¿Entonces simplemente te beso así como si nada? -pregunta una Sophie muy escandalizada detrás de la linea.

-Pues si, me dejas terminar.

-Pero es que hay algo que no entiendo.

-Pregunta-digo mientras me tomo el agua que me queda.

-¿No se suponía que tu jefe te odiaba y tu lo odiabas a el?-hace énfasis en "odiabas".

Mi jefe, Mi demonio||PAUSADA Y EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora