ÁMAME [Kailu - Baekyeol - ChenMin]

15. Aeropuerto (1era parte)

(Minseok)

Mi día había transcurrido de forma tranquila. Había dado un buen examen en la mañana y luego el profesor me felicitó por sacar la nota más alta en un proyecto. En el trabajo había hecho muchas ventas, un joven había llegado a comprar varios pares de zapatillas deportivas y el supervisor me dio el visto bueno por una gran venta. Mi día no pudo haber estado mejor... ahora salía del trabajo con dirección al paradero y tomar el bus que me llevaría a casa. Esperé junto con varias personas y en eso un carro se detuvo en mi delante. No me había percatado de quien se trataba hasta que tocó su claxon y llamó mi atención.

–¿Jongdae qué haces aquí? - pregunté al ver que era él el que conducía.

–Sube - pidió.

–¿Para qué?

–Hoy es la cena con tu abuela, ¿Ya lo olvidaste?

En realidad había hasta olvidado eso. Además que no creí que Jongdae llegara a ir realmente a mi casa.

–Lo olvidaste ¿no? - preguntó desde adentro.

–Si - fui sincero.

–Vamos, sube. No puedo estar mucho tiempo estacionado en un paradero.

Le hice caso y subí a su coche. Me acomodé y me puse el cinturón de seguridad.

–Ahora si. Vamos - le sonreí.

Jongdae se quedó observándome por unos instantes. Me miró de pies a cabeza con mucho detenimiento.

–¿Sucede algo? - pregunté.

–Hoy te ves diferente - comentó - creo que ahora tienes un brillo especial.

–¿Enserio? - me alegré de que lo haya notado. Si el lo notaba entonces Jongin también lo haría, aunque solo me había delineado los ojos. No era mucho el cambio que había hecho de un día para otro - Gracias.

–Dime donde queda tu casa. Ya olvidé el camino - prendió el motor.

–Solo sigue de frente...

–Antes quiero ir a un Súper mercado - pidió.

–OK. A diez cuadras hay uno.

Condujo con prisa y se estacionó al frente del Súper mercado.

–¿Qué fruta le gusta a tu abuela? - preguntó de pronto.

–Le encanta el mango...

–Bien. Le llevaré una bolsa de mango a tu abuela, como señal de agradecimiento por la cena.

–¡Ohhh! Que lindo... en verdad muchas gracias - agradecí de corazón.

Me miró de forma extraña y salió dejándome esperándole dentro del carro. Cuando salió no solo trajo en el cochecito un bolsa de mango, había comprado peras, manzanas, dos manos de plátano y leche.

–¿Por qué has comprado tanto? - pregunté saliendo de su coche.

–No he gastado nada - dejó las bolsas en los asientos de atrás - es mi forma de agradecer.

–No quiero deberte nada ¿Cuánto es? - saqué mi mochila para buscar mi billetera.

–... - No es necesario - me detuvo cogiendo mis manos - Acéptalo solo por hoy - me solté rápido de su agarré y solo asentí con la cabeza.

Nuevamente subimos al coche pero esta vez para ir directo a mi casa. Al llegar le ayude con algunas bolsas y las colocamos sobre la mesa. Mi abuela lo recibió con una amplia sonrisa y luego hizo que se acomodara en los pequeños muebles que teníamos.