Capitulo 15

16 1 4
                                    

Estaba inquieto. No sabia, si bajar del auto y quedarme con la pobre Lydia, que observava desde la vereda, como los hermanos (y yo), estabamos a punto de cometer una locura. Sus celestes ojos, no se quedaban quietos. Iban y venian, por todos los que concurrian a ver la picada del mes (quien sabe si del año...la cuestion esque con los nervios que tenia, hasta me olvide como me llamaba). De ves en cuando, la chica miraba el Ferrari, en el que nos encontrabamos. Diego, encontraba su azulada y timidos ojos, y le dedicaba una sonrisa simpatica, picara y tranquilizadora. Intente buscar alguna mirada, yo tambien, tranquilizadora. Pero lo unico que recibi, fue un guiño de un tipo de sexualidad dudosa. Me sacudi el cabello. Todo esto era demasiado. Era un Green. Ya estaba traumatizado. Lo ultimo que me faltaba, era terminar en un hospital. Escuche como mas motores rugian, hacercandose a los Mini Cooper. Pero todos, estabamos a una considerable distancia. Bonnie, estaba en la moto (MI moto), a unos metros delante nuestro. No se giraba y sus enguantadas manos, tomaban euforicas los aceleradores. Suspire, y me removi en el asiento de cuero. A los segundos, un puño me pego fuertemente en la zona del hombro.

-¿¡Que te sucede?!-intercepte a Diego, que tenia su mano, con la que me ataco, elevada a la altura de mi cara.

-Si no te quedas quieto, el mismo puño va a tu nariz-dijo apoyando su brazo en la ventana baja, y sin mirarme.

-Bueno, bueno. Tranqulizate tu tambien. Entiendeme....

-Oye, si entiendo que es la primera vez que estas aqui. Pero nosotros no-ahora, si me dirigio su fria y rara mirada-. No moriras si es lo que te preocuopa.

Respire ondo e hice una mueca.

-Gracias por la aclaracion-admiti.

Quedamos en un silencio incomodo. Aunque antes ya estabamos en silencio, yo me habia mantenido entretenido con mis pensamientos de posibles muertes. Y Diego...bueno, evidentemente me estuvo observando. Este chico, me ponia mas nervioso, a medida que los dias pasaban. Sus miradas eran de recelo. Su voz, de enfrentamiento. Y era solo conmigo. Y eso era lo peor. Lo mire de reojo, y adverti, sorprendido, que el realizaba la misma accion. En el acto, ambos miramos al frente, incomodos.

Carraspee.

-¿Nunca hay problemas de que los policias arriven en medio de la carrera?-pregunte. No solo para cortar ese tenso ambiente, (y para distraerme de la persistente mirada del raro sujeto que me guiño el ojo) ,sino porque era una duda que de verdad tenia. Viejo, el año pasado, me habia comentado de estas picadas, mientras debiamos esquivar esta avenida a altas horas de la madrugada. Las habia clasificado como "peligrosas" e "inconcientes". Dijo, que nadie se hacia cargo, y que nadie entraba a las largas y oscuras calles, los domingos de madrugada. Yo no comprendi, e incluso crei, que era algun cuento de Viejo, para conversar de ...algo. Y ahora estaba en un auto a punto de...

-No. No se meten. Ademas, es ridiculo que nos metan presos. Saldriamos a la hora.

-Entonces...¿estas carreras podrian considerarse fantasmas? Es decir, nadie ve ni escucha nada...

La risa de Diego, resono en el auto. Crei que la conversacion habia terminado. 

-Por algo, son ilegales.

Las palabras, fueron cubiertas, por los euforicos gritos que se alzaron. Observe a mi alrededor, como la gente, salia de la calle, y dejaban solo los vehiculos en las calles. Negras, como un campo a oscuras, las luces rojas, amarillas, blancas y los altos faroles que iluminaban, te daba la impresion, de un ambiente simpatico. Luego analisabas otras cuestiones. Las personas que se encontraban alli, la hora, los cuchicheos, los papeles blancos, con altos numeros pasados en secreto...el ambiente, perdia su encanto. Percibi un movimiento de mano y una sonrisa, que Diego dirigia al frente. Al observar al mismo lugar, Bonnie, se encontraba mirandonos, con una impecable sonrisa en sus labios. Se coloco el casco, y elevo una de las piernas en la moto. Habia cambiado su chaqueta de oficial, por una de cuero. Toda de negro, era invisible a los ojos curiosos. Lo unico que delataba su presencia, era un fulgoroso azul de la BMW. Diego arranco el auto. Subio los vidrios, y el aire acondicionado comenzo a andar. El silencio en el exterior se extendio. Lucas,habia avanzado hasta el medio de los dos Mini Cooper. Solo veia el movimiento de sus labios.

TEENAGERS: Dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora