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-Escuchame una cosa, huerfanito, te recomiendo que te sientes, porque mi historia es larga...

La voz de Bonnie retumbo en mis oidos. Nos encontrabamos en el parque de siempre, a la hora habitual. Ese dia, el preciado viernes, habia llegado el momento en el cual la chica me cuente sobre su vida, como me habia prometido. Viejo habia llegado muy tarde la noche anterior. Asi que en el desayuno, fue amable, pero vi como sus ojos se cerraban al compas de sus palabras. Sigo preguntandome como no se durmio en su trabajo... la cuestion es, que la unica que pregunto sobre mis planes de la tarde fue Ross, ya que mi querido "padre" (aceptemoslo, hay que decirlo con comillas), durmio apenas puso un pie en la casa. Y no exagero: Ross tuvo que ayudarlo a llegar a la cama, porque se mareaba. En el colegio, Ashton me acoso con un cuestionario sobre que hacia con Bonnie. En realidad, me pregunto que hacia con una chica (el maldito se hace el gracioso todo el dia sobre mi preciada virginidad). Le explique lo mas poco y sintético que pude, mis conocimientos hacia ella. Aunque no le convenció mi respuesta (la conoci en el parque y nos hicimos amigos), dejo de molestarme, y se puso feliz. Me dijo que cualquier ayuda que necesitara le pidiera. Lo cual me parecio idiota. Podia manejarme muy bien, y no necesitaba que mi amigo me de consejo sobre como tratar a una chica. Pero sin embargo, le pedi que a la tarde, aleje lo mas que pueda, al resto de nuestros amigos. Y hasta ahora funciono. El clima era frio, pero el sol de la tarde, bañaba cada hoja de arbol y trozo de tierra. Hoy vestia el buzo y el jean, que se venia haciendo tipico de mi. Bonnie, por su parte, seguia tan grandiosa como siempre. Su Jean negro, era acompañado de una chaqueta de cuero y el tipíco cigarrillo. Su melena castaña, seguia tan alborotada pero ordenada como siempre. Estábamos sentados, en el que ahora, era nuestro arbol. Los rayos del atardecer, se filtraban por medio de las ramas del gran sauce. Nuestras figuras, quedaban algo escondidas, por las largas extremidades del mismo, y su grandeza, nos refugiaba algo del viento. A decir verdad, el cesped, estaba bastante frio para mi gusto. Pero no importaba mucho. Bonnie, tenia sus rodillas flexionadas, y coloco sus brazos en ellas. Yo me sente a su lado, pero con las piernas estiradas.

-Tenemos toda la tarde...-respondi sonriendo. Ella hizo una sonrisa de lado, aspiro su cigarrilo y exhalo. Lanzo un suspiro, y su espalda, quedo apoyada en el tronco. Miraba un punto fijo, como la tarde anterior. Sin mirarme a los ojos.

-Yo era la tipica y alegre chica, cualquiera, de el barrio. Vivia con mi mama y mi papa. Teniamos una casa en los suburbios de aqui. Mi padre era un gran empresario. Mi mama, siempre tuvo dinero de toda la familia. Tenia lo que queria y era feliz. Pero realidad, tenia otros planes.  A mi nueve años, le detectaron a mi padre cancer. Curiosamente, no recuerdo de que, y mama nunca quizo que esa memoria vuelva a mi. En fin, una noche, cuando tenia mis trece recien cumplidos, papa quedo inconsiente. No fue nada extravangante: estabamos sentados en el living. El me enseñaba a jugar al pocker. De un momento a otro, me observo, cerro sus ojos, y se desplomo sobre la alfombra -Bonnie aspiro su cigarrillo. Yo mantenia silencio. Esperaba que el recuerdo la sensibilice, pero no lo hacia. Solo tenia el seño fruncido, y su rostro tenso. Exhalo el humo, y siguio el relato- no reaccione gritando. Solo... me fije si su corazon latia. Y lo hacia. Empeze a llorar, y mi madre, se acerco a ver que pasaba. Nunca olvidare su rostro de preocupación y horror. Ni siquiera me pregunto que paso. Fue corriendo y tomo el telefono para llamar a emergencia. Tuvimos la suerte de destino, que estaban mis tios cenando, y ayudaron a mama a colocar a papa en el sillon. Mi tia Liz, me llevo llorando afuera. Mama y tio Max, quedaron intentando despertarlo. Mi tia, solo me secaba las lagrimas, mientras nadie secaba las suyas. Yo no hablaba, solo quede a la merced de la situacion. Me abrazo y quedamos sentadas en el porche. Nuestros sollozos, era lo unico que acompañaba a los cantos de los grillos. Al rato oimos las sirenas de las ambulancias. Liz, me aparto de la puerta, para que los medicos acarreando una camilla, pudieran entrar. Un poco despues, salieron con mi padre en ella, conectado a un respirador. Mama paro un instante para besar mi mejilla, y susurrarme que me amaba y todo estaria bien. Subio a la ambulancia, que partio al instante. Mi tio me alzo entre sus brazos, y me subio a su auto con ellos. Observe que en su camisa habia algo de sangre, y volvi a llorar. Intento calmarme, pero mi tia tambien se ahogaba en sus lagrimas. A toda velocidad, llegamos detras de la ambulancia. Sin escuchar, baje corriendo del auto, y quise perseguir la camilla en la que iba mi padre. Pero muchos enfermeros me agarraron evitando seguir con mi camino. Grite y patalee, llame a mi padre. Pero todos me veian como una chiquilla desesperada. Mi madre llego, me arranco de las zarpas de los hombres, me coloco en el suelo, y abrazandome, lloro conmigo. La escena era desoladora: una madre y una hija, sentadas en el frio y blanco piso de un hospital llorando. La gente que pasaba nos observaba con compasion, tristeza o, simplemente indiferencia. Como si supieran que la tragedia, que todavia no habia sucedido, ya habia pasado. Recuerdo haber querido partirles la cara con un golpe. No queria sus sentimientos, y menos, sus verdades. ¿Pero que podia hacer? Tenia trece años, y no sabia depender de mi. Mis tios, nos levantaron, y lloraron con nosotras. Mis lagrimas, eran por el miedo de lo que podria suceder. Las de ellos, por la verdad que sabian, que estaba por pasar, sin poder cambiarla. En pocas palabras, llorabamos por miedo a la realidad. Mis lagrimas se secaron. No tenia nada mas. Asi que me quede berreando, sentada en una de esas silas en la sala de espera. Mis tios y madre, hablaban apartados de mi. Una enfermera, se acerco a mi, y me tendio un vaso de jugo. Me sonrio con tristeza, acaricio mi cabello, y se fue. Yo me quede observandola ir. Su acto no fue de compasion, sino de bondad.  Cuando, al dia siguiente, mis abuelos vinieron para llevarme, no pudieron por el escandalo que arme. Pero lo peor fue, que mama dejo quedarme. Fueron tres noches de puras pesadillas, en las cuales no me movi de ahi. El cuarto dia, nos dejaron pasar a la habitacion de mi papa. Primero mama, tios, amigos, familiares... y a pedido de el, yo al final. Habia llegado mi turno. Debi pasar, por todo un blanco pasillo, en los cuales, en las sillas de cada lado, habia gente conocida llorando. Avanze a paso lento, mientras todos levantaban sus vistas para observarme. Abri lentamente la puerta, y ahi se encontraba el... demacrado, arruinado...destruido por su propio cuerpo. Pense, que pudo haber estado peor,y eso me dio algo de fuerzas... Me acerque a el, intentando no llorar, aunque las lagrimas salian igual. El habia recuperado la conciencia, pero sus ojos solo estaban entreabiertos, y sus labios solo permitieron una debil sonrisa. Tome su mano, y el cerro solo dos dedos en la mia. Comenze a decirle un discurso de que lo amaba, que queria que se ponga bien, que iba a salir de ese horrible lugar. Me llene de ilusiones de actividades que hariamos juntos cuando mejore. Pero no estaba en la tierra; estaba en un mundo perfecto. Un mundo que solo existia en mi cabeza. Lleno de mis sueños y esperanzas inalcanzables. Cuando todas las palabras se me acabaron, el sonrio. Sonrio de verdad. Todo su esfuerzo y combate contra la anestecia, para dedicarme una ultima sonrisa. Me dijo que mis planes, eran fabulosos, que los lograria. Seria una gran persona, y mis espectativas las cumpliria al lado de mama, mis tios, abuelos amigos.... pero no se nombro a el. Yo le explique, que deseaba que este conmigo en cada una de esas cosas. Pero el solo, esfumo su sonrisa a una de labios. Su mano palida, y con todas las venas y arterias vistas, se cerro sobre mi. Y al observar su extremidad, senti como mi cabeza, volvia bruscamente. Salia de mi sueño idiota, y despertaba en el lugar donde estaba. Entonces vi. Vi la realidad. No solo estaba destruido, sino, que estaba casi muerto. Los tubos eran el doble de lo que habia visto. Su cara, era igual que su mano. En pocos minutos, parecia que fuese anorexico, ya que su piel se pegaba a cada hueso. Ojeras grandes, y ojos perdidos. Respiracion lenta y dificultosa. Labios agrietados y morados. Realidad habia hecho lo suyo. Sin aguantar mas, apóye mi cabeza cerc de su mano y comenze a llorar. Me di cuenta, que a lo mejor, casi siempre estuvo asi y yo, no lo vi. Me maldije y quize retroceder el tiempo... pero no se podia. El solo me dijo debilmente, que no llore. Repeti inumerablemente la palabra te amo, y ya cuando volvi a observarlo... me dijo que cuide a mama, y que sea la persona maravillosa que siempre fui. Susurro, que confiaba en mi y que nunca lo olvide. Con su ultima exhalacion, solto un te amo. El agudo pitido, decia que su corazon se habia detenido, y me aparte rapidamente de el. Senti, como mi corazon se congelaba, y no volvia a ser el mismo de antes. Por un instante, un pequeño y glorioso instante, no senti ni me importo nada. Mis oidos aislaron todo sonido, y solo sentia los golpes y retumbaciones del piso, de muchos medicos entrando a la habitacion. Me agarraron de atras, y no pude hacer fuerzas para evitarlo. Ahi, esa espantosa habitacion, acababa la vida de mi padre. Vi por ultima vez, como todos se abalanzaban sobre el para salvarlo. Y esa fue la ultima escena. Ya me habia arrastrado hacia el pasillo, y habian cerrado la puerta para evitar que mire. Me iban llevando a cuestas, mientras muchos de familiares y conocidos, se levantaban y se abrazaban unos a otros llorando. Verme a mi, siendo sacada contra la vluntad que no tenia, y tantos especialistas entrando a la habitacion de mi padre, solo significaba una cosa. Mi corazon volvio a sentir, y mi cerebro se volvio a conectar. Los sonidos, volvieron a mis oidos. Deje de ver borroso,y recorde nuevamente lo que sucedio: mi padre estaba muerto. Mis ojos se llenaron de lagrimas, y quize volver a la habitacion para salvarlo. Empeze a forcejear contra los dos enfermeros, que hasta entonces, me habian tenido con facilidad. Los tome tan de sorpresa, que tardaron en volver a agarrarme. Hasta entonces, volvi a correr por ese endemoniado pasillo, vuelta a mi destino. Pero cuando estaba por llegar,y mis lagrimas corrian por mis ojos, sus brazos volvieron a evitar todo movimiento.No podia soltarme de su agarre y esta vez era mas. Sin soportarlo, me tire, con claras intenciones de quedar en el piso. Pero los enfermeros, me sostenieron en sus brazos. Me alzaron, y me llevaron lejos. Llore toda la noche, rodeada de lagrimas de otras personas. Al dia siguiente fue el velorio. Lo observe tan frio y sin vida que me dolia. Me prometi ser fuerte y no volver a confiar mas en nada. Ni en la realidad que me rodeaba. El cajon, se cerro, y descendió bajo tierra. No lo veria mas. Deje flores, y parti. No queria estar al lado de mi madre, asi que solo camine hacia el auto. Desde ese dia, no volvie a ser la tipica Bonnie. Ya no me sentia feliz. A los dos años, mama se enamoro del idiota de Robert. El muy desgraciado, no tiene nada de dinero, y vive de todo de mi madre. Pero su hijo, Diego, es genial. Entre los dos hacemos la vida imposible a Robert. Pero mama, no entiende nuestros comportamientos. Comencé a sentirme sola, y aprendi a sobrellevarlo. Al fin y al cabo, eso me esperaba. En el colegio, me siguen teniendo pena. Asi que no los soporto. En otras palabras, la realidad pudo con su plan- Volvio a aspirar su cigarrillo, pero no hizo ademan de decir nada mas. Yo me quede observandola, pues solo tenia una pregunta: como logro contar tan terrible historia, sin siquiera soltar una lagrima. Pero luego recorde lo que hace unos dias me habia dicho: nunca dejes que la realidad te supere... Bonnie, perdio la batalla contra la misma. Y para no volver a perder, decidio ser fria y sin sentimientos. Alguien como yo.

TEENAGERS: Dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora